Con homenajes y un concierto en el Centro Cultural Kirchner (CCK), se conmemora hoy el Día Nacional del Vacunador y la Vacunadora, en el marco de la pandemia del coronavirus y del plan de inmunización que lleva adelante el Gobierno nacional en todo el país.
Los actos tienen como objetivo reconocer la tarea y compromiso de los agentes de salud, en el marco de la segunda ola de la pandemia. Unos 22.000 agentes sanitarios sortean diariamente el miedo a contagiarse del Covid-19, en el marco del trabajo que realizan en todo el territorio nacional. Así, el Día Nacional del Vacunador y la Vacunadora se conmemora hoy con poco más de 40 millones de dosis de vacunas contra el coronavirus aplicadas en todo el país y el 62 por ciento del esquema de inmunización completo en mayores de 52 años.
Por qué se celebra el Día del Vacunador y la Vacunadora
La fecha fue establecida por la Ley Nacional de Control de Enfermedades Prevenibles por Vacunación Nº 27.491, la cual establece en su artículo 28 formula un reconocimiento a la “labor fundamental” de esos profesionales sanitarios “para la implementación de acciones de salud pública”.
”La fecha fue elegida en alusión al nacimiento de Albert Sabin, ocurrido el 26 de agosto de 1906, y de esta manera se reconoce la tarea y compromiso de los agentes de salud para realizar las actividades de vacunación en todo el país”, señalaron a Télam fuentes del Ministerio de Salud.
Historias de vacunadores voluntarios de Mendoza
En Mendoza, un grupo de estudiantes avanzados de Enfermería -de los distintos Institutos de Enseñanza Superior- se encuentran reforzando el trabajo de todos los equipos en los centros de vacunación. Son hombres y mujeres que dieron sus primeros pasos a principio de 2021, con el inicio fuerte de la campaña de vacunación y como parte del plan de prácticas profesionales. Son estos mismos mendocinos y mendocinas que actualmente están dando sus primeros pasos ya como enfermeros próximos a profesionalizarse y quienes, como parte de la contraprestación de una beca, están trabajando en los centros a cambio de 15.000 pesos al mes.
Estas son sus historias, y su día a día contados por ellos mismos. Jornadas de trabajo incansable, que combinan anécdotas que van desde la emoción y la adrenalina hasta convertirse en el más que imprescindible apoyo que muchos mendocinos precisan en un momento tan importante de su vida como es la vacunación para poder llegar al fin de esta (in)olvidable pandemia. Y que, incondicionalmente, encuentran en ellos y en ellas la contención. Aunque hasta el momento en que los tuvieron cara a cara eran perfectos desconocidos.
MIGUEL ÁNGEL, EL ENFERMERO QUE REPARA ELECTRODOMÉSTICOS
Miguel Ángel Sosa tiene 45 años y vive en El Resguardo (Las Heras), junto a sus padres y su hermana. Además de ser enfermero, trabaja por su cuenta. “Mi día a día es salir, hacer algunos trabajos y presentarme cuando se me necesita para un operativo de vacunación. Me dedico a reparar electrodomésticos, hacer tareas de pintura y de electricidad”, destaca Miguel Ángel. De hecho, mientras hace un resumen de su rutina, aclara que está aguardando a un médico en un consultorio porque se había comprometido a reparar algunos caloventores. “Actualmente estoy haciendo trabajos de mantenimiento en un centro médico”, aclara.
A mediados de marzo, Miguel Ángel fue convocado para iniciar sus prácticas profesionales. Lo asignaron al centro de vacunación que funciona en la Nave Cultural (Ciudad de Mendoza), y allí se desempeñó durante un mes. “La primera parte de mi trabajo fue entre marzo y abril, en La Nave. Y a partir de ello se abrió la posibilidad de una beca que se convocó para estudiantes de tercer año de Enfermería Profesional. Yo ya terminé de cursar, pero me faltaba completar las prácticas. Y por ello me inscribí”, destaca Sosa, quien sostiene que actualmente está trabajando en el estadio cubierto Aconcagua Arena.
MARIANA Y LA CONTENCIÓN TODO TERRENO
Mariana Vidal tiene 40 años, estudia la carrera de Enfermería en el IES que pertenece al Valle de Uco, aunque completó el cursado en el aula que se encuentra en el Hospital Lagomaggiore. De hecho, vive cerca del hospital, junto a su esposo y su hija de 20 años. “A partir del 1 de junio nos volvieron a convocar para participar de una beca rentada, con contraprestación. Cumplimos 80 horas de trabajo a cambio de 15.000 pesos. Pude participar porque soy alumna del último año de la carrera de Enfermería”, describe Mariana, quien tiene en claro que no es una gran suma, pero sabe que es fundamental para poder iniciarse en la profesión.
“Me quedan dos o tres materias para recibirme, pero ya no estoy cursando. Con esta beca estoy completando las prácticas que me faltan”, resumen Mariana, quien también está trabajando en el Aconcagua Arena. Al estar destinado ese espacio para operativos de vacunación para grupos especiales, entre 48 y 24 horas antes de las jornadas de vacunación se convoca a los estudiantes avanzados.