La sorpresiva muerte del periodista Horacio Serafini (68 años), histórico corresponsal de Los Andes en Buenos Aires, entristece a nuestra Redacción.
“Serafa”, como lo llamaban quienes lo conocieron, fue colaborador del diario en Buenos Aires hasta que se jubiló en diciembre de 2019. Aunque cumplía su tarea periodística a la distancia, por su larga trayectoria en la empresa, su calidad personal y profesional, Serafini se ganó el respeto y el afecto de todos.
Cubrió la actividad de Casa de Rosada y el Congreso durante varias décadas para la redacción de Los Andes. Afrontó el reto profesional de coberturas de años difíciles para el país, cuya mayor caja de resonancia fue Buenos Aires. Se ganó el respeto de funcionarios, dirigentes y legisladores nacionales, pero sobre todo, de los lectores.
Trabajó en distintos medios gráficos, agencias de noticias y medios internacionales, pero hizo de la corresponsalía -donde escribía también para el diario La Voz- su lugar en el mundo para desarrollar su dilatada carrera profesional.
Detrás de su máscara de hombre serio y de pocas palabras, había una persona afectuosa, de sonrisa corta y fino humor. Cuando se jubiló se dedicó de lleno a su otra pasión: el teatro. Tenía una hija, Julia.
Un inesperado derrame cerebral se llevó a un trabajador de prensa, como se autocalificaba. Sus restos fueron cremados en Chacarita.