En una de las jornadas más agobiantes del año, Carina Agüero, que vive en un loteo situado en el barrio Las Viñas, en El Algarrobal, de Las Heras, y es mamá de Agustina (20), Gonzalo (16) y Mirko (2), no tuvo ayer una sola gota de agua. Se trata de un problema recurrente que padecen en esta época la mayoría de los vecinos de estos humildes asentamientos. Allí viven unas mil familias.
Ama de casa y casada con Néstor Garay, empleado municipal, aclaró, en diálogo con Los Andes, que la falta de agua afecta a numerosos vecinos del sector, entre ellos Nova Terra, lindante a Las Viñas. Y alertó: “Ya no sabemos qué hacer”.
Por este problema, un grupo de vecinos recurrió a la Justicia y hace unos días recibieron un fallo a favor y a partir de ahora tanto el municipio de Las Heras como la provincia deberán ampliar al doble el sistema de provisión de agua que se hace a través de camiones cisterna (ver aparte).
“Es insólito, pero cuando sale apenas un hilo de agua de la canilla lo tomo como si fuera oro y enseguida vienen a mi casa otras familias con baldes o bidones a llevarse lo que pueden. Entre todos nos ayudamos”, agregó. Y confesó: “Mi hijo menor, Mirko, nació prematuro, por eso sus defensas son bajas y no puede enfermarse por nada del mundo. Necesita cuidados especiales y debo comprarle agua mineral ¿Bañarnos? Es una verdadera odisea, tenemos baldes y nos higienizamos como podemos”.
Carina señaló que los vecinos dependen del suministro del barrio Victoria, que posee el servicio gracias a la cooperativa de agua “12 de Octubre”.
“De todos modos, aunque intenten abastecernos, los días de intenso calor no llega a los domicilios, por eso la municipalidad de Las Heras debe reforzar con camiones. Nunca resulta suficiente”, se quejó.
La situación afecta desde hace un mes a los pobladores de esta zona –se calculan más de mil- donde viven numerosas familias que, en parte, usurparon terrenos o están en juicios o en trámites de adquisición.
“Un solo tanque para tanta cantidad de gente es muy poco y ni hablemos de cuando la bomba se rompe. En esos casos no sale ni siquiera una gota. Es desesperante”, detalló.
Tiempo atrás, Las Viñas era un barrio en sí mismo, aunque con el tiempo, un sector se diferenció con otra denominación: Nova Terra.
“Pero en este caso es todo lo mismo porque estamos en igualdad de condiciones. En mi caso me las rebusco como puedo, estoy pendiente a la noche por si aumenta la presión y tengo a mano recipientes de todo tipo, botellas, baldes, jarras…”, relató.
También sostuvo que la mayoría de las familias son numerosas. “Todos tienen muchos hijos pequeños y el agua es esencial no solo para ellos sino para todos. La cuidamos mucho y somos conscientes de que no hay que derrocharla, pero la escasez es desesperante”, dijo.
En los casos extremos, Carina acude a la casa de su padre o de una amiga. “Armo el bolso con ropa para lavar y también me baño allá. No nos queda otra alternativa. En verano carecemos de agua y en invierno nos falta electricidad”, sostuvo.
Irma González, que se dedica a deschalar ajo, también tiene hijos menores de 12, 8 y 6 años. Vive en el mismo sector y asegura que los vecinos del barrio ya no saben cómo reclamar.
En su zona el agua casi no sale de las canillas y en el Nova Terra es aún más grave. “Con estos calores ya no sabemos qué hacer y ni hablar cuando hay chicos. Necesitamos apoyo, que alguien nos dé una respuesta”, manifestó.
Según otros vecinos informaron a Los Andes, el líquido que provee Agua y Saneamiento del municipio de Las Heras “no es potable”.
Efectivamente, no existen garantías de saneamiento, de modo que los vecinos están consumiendo agua que no sería apta para el consumo humano.
“Los camiones municipales con agua se acercan al barrio cuando pueden, dicen que tres veces por semana, pero no es cierto. Apenas vienen una vez y no nos queda otra que compartir los baldes cuando nos bañamos. “Este lugar carece de pozo, habría que construirlo. Tampoco hay red que distribuya el servicio hasta los hogares, por eso hay muchísimas conexiones clandestinas”, insistió el vecino, que vive en un camino de polvo y tierra imposible de transitar los días de calor y viento.
Irma hizo hincapié en la necesidad de que las autoridades pertinentes realicen las obras necesarias para que el agua potable llegue a las viviendas.
“El camión suele dejar agua en Nova Terra pero no en Las Viñas porque dicen que acá hay mangueras. Pero de esas mangueras no sale líquido. Es todo una vergüenza”, se quejó la mujer. “Sé que el municipio fundamenta que no puede conectar agua, cloacas, gas y electricidad porque es un loteo usurpado, pero han pasado y censaron. Ya somos barrio, estamos asentados como tal y merecemos agua, esencial para sobrevivir”, concluyó.
La Justicia ordenó que les lleven agua dos veces por semana
Este importante reclamo se viene llevando a cabo hace, al menos, dos meses y se pudo llegar a una rápida respuesta, ya que el Tercer Juzgado en lo Civil, Comercial y Minas del Poder Judicial de Mendoza decidió fallar a favor del pedido de todas estas personas que viven allí, en el barrio Nova Terra.
Es que, a partir de ahora, la Municipalidad de Las Heras, junto con el Gobierno de la provincia, tendrán que proveer de agua potable a la zona a través de camiones cisterna dos veces por semana. Por ello, de pasar de distribuir un total de 100 mil litros, comenzarán a trasladar unos 300 mil litros para todas las familias.
“La solución más rápida es llevar agua a través de camiones”, dijo Mauro Homan, director de Asuntos Legales de la Municipalidad de Las Heras.
Además, aclaró que ya se pactó una reunión para llevar adelante obras más grandes en un futuro. “Es difícil realizar semejante obra. Con la situación económica por la que se está pasando es muy difícil resolver este problema de tal magnitud y tenemos que trabajar en una solución de fondo. También necesitamos trabajar junto con el Estado Nacional ya que, realmente, esto sin fondos se hace inviable. La situación es compleja y lleva tiempo”, aclaró Homan.
También recalcó que ya están trabajando en soluciones estructurales y agregó: “firmamos un convenio con la provincia para que nos asistan económicamente y así poder llevar adelante esto. Por el momento se va a realizar un control, estamos haciendo un censo poblacional de la zona y una cartografía para definir la dinámica de distribución”.
Como detalló el asesor legal del departamento, en el lugar calculan que viven aproximadamente unas 500 familias y que cada vez va más en crecimiento. “Vamos a empezar a cumplir la orden de la medida cautelar y vamos a enviar agua dos veces por semana. Esto se va a mantener hasta que veamos una solución definitiva. Solo es una contención temporal de la problemática, pero claramente la solución es que se hagan las obras correspondientes y lamentablemente el municipio es el último eslabón de esta cadena.
“La meta es resolver la problemática los más justa para todos y segura para todos. Vamos a tratar de conseguir las inversiones y queremos mejorarle la calidad de vida a las personas”, concluyó.