Cuando los alumnos terminan de cursar la secundaria, no todos obtienen su título de manera inmediata sino que dos de cada 10 demora en obtenerlo. Es que muchos llegan a esa instancia adeudando espacios curriculares y, tras la salida del colegio, la vida cambia, lo cual les hace más difícil aún obtenerlo. De hecho, hay un 10% histórico que nunca logra su egreso efectivo, es decir que de cada 10 estudiantes que lograron llegar al último año, hay uno que se quedará sólo con un certificado académico de nivel primario.
Estos son los datos que maneja la Dirección de Educación Secundaria de Mendoza, de la Dirección General de Escuelas (DGE). Se trata de un tema que ocupa y preocupa hace años a las autoridades educativas y por lo cual se han implementado diversos programas para fomentar la finalización de los estudios de nivel medio.
Justamente, a comienzos de junio se lanzó otro: el programa “A estudiar”. Se trata de una estrategia impulsada por el Ministerio de Educación de la Nación y acordada con las jurisdicciones en el marco del Consejo Federal de Educación. ¿El objetivo? Ofrecer acompañamiento para que logren terminar sus estudios con el plus de tres instancias de evaluación más al año.
Es que, sobre una cohorte promedio habitual de 12.000 alumnos, ese 20% anual estimado que no logra concluir en tiempo y forma el nivel medio implica que alrededor de 2.400 estudiantes cada año quedan con ese saldo pendiente y el riesgo de terminar en el grupo que nunca tendrá su certificación.
Los datos corresponden a escuelas orientadas y según señaló el director del área, Emilio Moreno, lo usual es que el porcentaje se reduzca a 15% al año.
Actualmente, hay en Mendoza 3.000 estudiantes que terminaron de cursar en 2021 y 2022 en esta condición. Son los destinatarios del nuevo programa, además de otros alumnos que aún están cursando el último año o incluso cuarto, pero que adeudan materias y por eso corren el riesgo de quedar con la “carga a cuestas”. Por ello, tras haber evaluado trayectorias, la DGE ha considerado que en la provincia hay 5.310 estudiantes que requieren acompañamiento para asegurar su egreso efectivo en las mejores condiciones.
De todas formas, en el área sostienen que es una proporción que viene en baja los últimos años. En 2022, 25% de los alumnos había quedado en esta situación tras la instancia de abril y este año, fue el 20%. Moreno apuntó que estas situaciones afectan más a escuelas urbanas.
Dificultades
Los especialistas saben que mientras más tiempo pasa más difícil les resulta y así lo destacó Moreno. “Lo que preocupa es que, cuando se desvinculan de la escuela, es más difícil convocarlos. Mientras más años pasan, más”, resaltó Moreno. Es que en general adquieren otras responsabilidades, tienen menos tiempo o quizás pierden el interés.
“Lo que nos está sucediendo hace unos años es que llegan al último año debiendo dos a cuatro espacios curriculares. El último año el chico va al pre, hace otras actividades y no logra el egreso efectivo y se queda con tres o cuatro espacios”, ya que se les acumulan los que quedaron de cuarto año más los de quinto, explicó.
Al salir a buscarlos para que ingresen al programa se encontraron con la realidad de quienes ya no iban a cursar. “Están trabajando, se cambiaron de casa, o están en el Ejército. En zonas rurales dicen que están trabajando en el campo y es difícil que asistan”, explicó Moreno.
Es que para el plan de acompañamiento es necesario que acudan al colegio en el que cursaron. “En Valle de Uco hay muchos en el Ejército, en Campo los Andes, y en este momento están en maniobra, pero han dicho que en septiembre podrían”, comentó el funcionario.
Por eso, se han generado instancias virtuales específicas para facilitar el acceso a esos grupos. En tanto, según los primeros relevamientos, en la mayoría de las escuelas urbanas están asistiendo con normalidad. Por lo pronto, Moreno dijo que 70% de la población objetivo ha adherido a la propuesta.
Consecuencias
La imposibilidad de obtener el título afecta la trayectoria de los estudiantes en el nivel superior e incluso dificulta su acceso a mejores oportunidades laborales. Es que las facultades suelen dar hasta mediados de año para presentar el título y, si no lo tienen, empieza a entorpecerse su trayectoria e incluso algunos terminan por abandonar, con consecuencias más severas.
Si no aprobaron en la instancia de abril ya no tienen cómo hacerlo sin estos efectos. Moreno explicó que a veces las universidades extienden el plazo hasta septiembre, sin embargo, suele suceder que los dejan cursar pero no rendir y pierden las mesas de julio para materias cuatrimestrales.
Por otra parte, para quienes se quedan sin el título las posibilidades de ingresar al mercado laboral se acotan. Actualmente se trata de un nivel obligatorio y no contar con dicha certificación dejará a la mayoría limitada a empleos de menor calidad y usualmente con menores salarios.
Para aprobar lo adeudado en el secundario existen las instancias de recuperación de saberes de abril, agosto y noviembre. Con esta nueva propuesta se habilitan tres instancias más para lograr el egreso efectivo. Mendoza dispuso que fuera en junio, septiembre y octubre.
En general, las áreas que más “arrastran” son matemática, lengua e inglés, las que tradicionalmente cuestan más a los estudiantes. “Se suman física y química pero, como no están en todos los bachilleres, la incidencia es menor”, cerró el director de Educación Secundaria.
El programa
El programa denominado “A estudiar” tiene por objetivo fortalecer los aprendizajes de los estudiantes del nivel secundario que cuentan con espacios pendientes de aprobación, a través de tutorías de acompañamiento.
Se implementa a través de tutorías de cuatro semanas de duración, en las tres instancias de evaluación. Abarca a estudiantes regulares que culminaron el último año de cursado obligatorio pero adeudan materias y a quienes están próximos a graduarse pero deben espacios curriculares de años anteriores (o del que está en curso). En segunda instancia puede ampliarse a alumnos de cuarto años que se encuentren en una situación de riesgo en el mismo sentido. Incluye a las escuelas secundarias orientadas de gestión pública.
Se organiza en dos encuentros semanales de un módulo, presenciales, en contraturno o los sábados, con evaluación formativa continua, como el formato de Recuperación de Saberes que se implementa en la provincia.
Para la puesta en práctica se conforman 3 grupos de acuerdo a los campos de saber o a las competencias que se busca desarrollar. Por ello, según lo que adeude, un estudiante puede estar incluido en más de un grupo.
El campo de saber 1 incluye escritura, lectura, comprensión de texto y técnicas de estudio. Allí ingresan quienes deben áreas como lengua, lengua y literatura y lengua extranjera. Es un grupo en el que hay 3.396 estudiantes que deben saberes.
El campo 2 apunta a trabajar el pensamiento lógico, la resolución de problemas, lectura, interpretación y análisis de las ciencias naturales y matemáticas. Allí llegan quienes adeudan matemática y ciencias naturales y son, de acuerdo con los registros, 3.533 estudiantes.
En tanto, el campo del saber 3 involucra análisis e interpretación de los contextos socioculturales y profundización del conocimiento de las ciencias sociales. En este segmento hay 2.844 estudiantes que deben materias.