El médico español Javier Zulueta es especializta en Medicina pulmonar, cuidados intensivos y del sueño, y se desempeña en el Hospital Mount Sinai Morningside (Nueva York). Por su parte, su compatriota José Luis Del Pozo también es médico, jefe de Enfermedades Infecciosas y Microbiología, además de catedrático de Medicina Clínica en la Universidad de Navarra, España. Ambos especialistas han dado que hablar a nivel mundial durante los últimos días. Y es que, vía Twitter, se explayaron en sus distintos fundamentos para insistir en que la flamante cepa Ómicron acerca a la humanidasd al final de la pandemia.
“Tengo la impresión de que Ómicron acaba con la pandemia. La tasa de infecciones es brutal, pero la gran mayoría con cuadros muy, muy leves. En Sudáfrica está bajando la incidencia igual de rápido que subió. Esto se acaba” fue el primer tuit de Zulueta, publicado este jueves por la mañana y que instaló la idea. Y luego fue Del Pozo quien, en base a este disparador, amplió sobre este concepto.
“Durante el tiempo que he combatido Covid-19 en la trinchera con un neumólogo/amigo/compañero como el doctor Zulueta he aprendido que escuchar sus reflexiones siempre merece la pena. Estamos viviendo en directo y a cámara rápida la evolución natural de un virus. Jamás en la historia habíamos tenido la ocasión de estudiar la variabilidad, que es mucha, de un virus RNA en vivo. Secuenciamos genomas virales en tiempo real, casi ciencia ficción”, destacó por su parte Del Pozo, quien citó la reflexión de su colega y amigo y le dio continuidad con un interesante hilo en Twitter y donde explicó -con sus fundamentos- por qué, en coincidencia con Zulueta, sostienen que este es el comienzo del fin de la pandemia.
“La tendencia natural evolutiva de un virus nuevo que salta al ser humano es transmitirse mucho y matar poco (eso cuesta años de interacción). Por eso es muy difícil que virus como el Ébola, que mata mucho y se transmite relativamente mal, ocasionen una pandemia. Sin embargo, los virus respiratorios, como los Coronavirus o los virus de la influenza son los candidatos perfectos para ocasionar una pandemia. A esto se suma el hecho de que jamás el ser humano había tenido tanta movilidad a través del planeta”, siguió el médico y catedrático español. Y explicó que que la evolución natural del SARSCoV2 está llevando a la población mundial a un virus muy transmisible y que ocasiona infecciones graves, fundamentalmente en pacientes vulnerables o inmunosuprimidos.
“Esto ya lo hemos visto antes con los otros coronavirus que surgieron en animales y se quedaron entre nosotros ocasionando cuadros catarrales año tras año. Y también hemos visto como los coronavirus que no pudieron adaptarse porque se transmitían peor y mataban mucho (SARSCov1 o MERS) no fueron capaces de quedarse”, agregó.
Vacunas: claves, pero no mágicas
Para Del Pozo, las vacunas son una pieza clave en el control de la pandemia, aunque aclara que no son la solución mágica. “No son esterilizantes. El vacunado puede infectarse y puede transmitir la infección. La inmunidad de rebaño no sirve aquí. Las vacunas evitan ingresos y muertes, Pero la solución de la pandemia necesita que el virus evolucione y se generen variantes menos letales, que consecuentemente se van a transmitir más y mejor”, se explayó.
Del Pozo explicó que el enfermo leve que está en la calle va a transmitir mucho, ya que su estado le va a permitir estar con más gente. Mientras que el enfermo grave, en un hospital, contacta con menos gente y va a transmitir peor esas variantes más agresivas. “No se si será Ómicron o las siguientes variantes (que las habrá), pero parece claro -con los números en la mano- que esta variante se transmite mucho y mata menos, que no es poco. Es decir que nos estamos acercando a la situación de equilibrio natural”, enfatizó Del Pozo.
Según el especialista, los propios datos y estadísticas dejan en evieencia que parece “imposible” parar a la variante Ómicron. No obstante, aclara que el objetivo de las medidas restrictivas apunta únicamente a ralentizar el ritmo de contagios, no evitarlos. “Por eso lo único que podemos elegir es la velocidad a la que se produce ese final de la pandemia”, sostuvo.
En referencia a ese final de la pandemia, el especialista en Enfermedades Infecciosas y Microbiología indicó que puede darse de dos formas. “Podemos elegir un final lento, que permita disminuir la presión sobre el sistema sanitario. O sea medidas restrictivas dirigidas a evitar muchos contagios en lugares cerrados y mal ventilados, con lógicamente menos muertes. Nos acabaremos infectando todos, pero a un ritmo más lento que permita respirar al sistema sanitario para atender racionalmente tanto a ‘pacientes Covid’ como ‘No Covid’”, indicó sobre la primera posibilidad. “O podemos generar un final rápido, utilizando medidas como mascarillas al aire libre, no aforos, no ventilación, o mandando a hacerse PCR/antígenos unas horas antes de juntarse con 30 personas. Nos contagiaremos todos en poco tiempo, pero entonces el precio a pagar será terrible porque la red sanitaria está muy dañada”, indicó en contrapartida a la primera posibilidad.
Las preocupantes cifras
Del Pozo ejemplificó con cifras y estadísticas certeras. “Si hace dos días hubo 50.000 positivos en España en un día (1 de cada 1.000 habitantes) y hace una semana ‘sólo’ 25.000, no hace falta hacer muchos números para darse cuenta de que los que toman decisiones han optado por el final rápido. Y que parece que es el final malo. Desafortunadamente llegamos tarde, como en las 5 olas previas. ¿De verdad que el ser humano sólo tropieza dos veces con la misma piedra? Solo queda apelar al sentido común y a la prudencia de la población que son los que sufren y padecen las malas decisiones de la gestión”, advirtió -con preocuapación- el médico.
Para el cierre, Del Pozo no descarta la posibilidad de que él y su colega (Zulueta) estén equivocados. “Si lo estamos, tened por seguro que rectificaremos como hemos hecho una y mil veces desde que empezó la pandemia, hace casi dos años, y asumiremos los errores de las decisiones que hemos tenido que tomar individualmente sobre pacientes o globalmente sobre el hospital. Porque errar es humano, y los médicos no somos ni mucho menos infalibles. Eso lo aprendemos en cuanto empezamos a ejercer la medicina”, sintetizó.
No obstante, antes de cerrar el hilo en la red social Twitter, el referente se mostró optimista. “En estos momentos de oscuridad, necesitamos serlo (NdA: optimistas), sobre todo porque nuestros pacientes se lo merecen y nuestra labor como sanitarios se centra en acompañar y tratar de curar a los enfermos, sean Covid-19 o no”, sintetizó.