César Fabián Fretes se desempeñó como “hermano jesuita” dentro de la comunidad argentina durante 19 años, hasta que en 2007 fue expulsado por las autoridades de la Compañía de Jesús (nombre exacto de los jesuitas a nivel mundial). Lo que motivó la expulsión fue el hecho de que las autoridades eclesiásticas confirmaran durante una investigación interna que Fretes había cometido, al menos, una decena de abusos sexuales en el Colegio del Salvador (CABA), donde se desempeñó entre 1999 y 2002, y contra alumnos del establecimiento.
En 2003, Fretes fue trasladado a la comunidad jesuita de Mendoza, y aquí se desempeñó en el templo central (San Martín y Colón) y en una parroquia del Barrio San Martín. Recién 4 años después del traslado a Mendoza y 5 años después de que se denunciaran los primeros abusos en Buenos Aires, Fretes fue expulsado de la comunidad y suspendido como religioso desde el propio Vaticano en 2007. En 2017, mientras seguía en Mendoza, Fretes falleció como consecuencia de un cáncer.
Más allá de estos reiterados abusos, lo que llama la atención es que recién a comienzos de junio de este año se conocieron públicamente los episodios. Y fue luego de que dos exestudiantes del Colegio del Salvador hablaran ante la prensa sobre los ataques que sufrieron de parte del religioso Fretes (no había llegado a ordenarse como sacerdote, pero completó el seminario).
Por esto mismo es que, en medio de la conmoción por los abusos -que recién salieron a la luz ahora, aunque datan de 2002 (por lo menos)- y las aclaraciones que se ha intentado hacer desde la Compañía de Jesús, durante las últimas horas se conoció una dura carta abierta firmada por 324 exalumnos y familiares de quienes han asistido al Colegio del Salvador. En esas líneas, los exestudiantes y sus familiares piden explicaciones a las autoridades del establecimiento y de la compañía religiosa.
El silencio de las autoridades durante 20 años (entre 2002 y 2022), la falta de información con que se trasladó a Fretes a Mendoza (teniendo en cuenta que había una investigación por abusos contra él) y la falta de información adecuada y de medidas suficientes cuando se confirmó que Fretes había cometido esa serie de abusos -desde los Jesuitas contabilizan al menos 10, mientras que los denunciantes hablan de no menos de 20- son parte de los cuestionamientos en esta carta abierta firmada por 324 ex alumnos y sus familiares.
Duros cuestionamientos de exalumnos de la escuela donde el jesuita Fretes abusó de alumnos antes de llegar a Mendoza
Dirigida a “las autoridades de la Compañía de Jesús y del Colegio del Salvador”, los exalumnos, padres, madres, docentes, ex docentes, miembros y allegados de la comunidad del Colegio del Salvador optaron por una carta abierta para para transmitirle a sus autoridades y referentes “una serie de inquietudes que nos han planteado los hechos de abuso denunciados recientemente por algunos de nuestros exalumnos”.
Ante de enumerar los 10 cuestionamientos, los firmantes (que acompañan las líneas con sus nombres, apellidos y números de DNI) insisten en que se encuentran en la necesidad de tener respuestas, aunque dejan en claro que éstas “pudieran llegar a resultar dolorosas para muchos de nosotros”.
Qué les reclaman a las autoridades del colegio y la orden religiosa
A continuación se transcribe el pedido que exalumnos, familiares e, incluso, ex trabajadores del Colegio del Salvador efectúan a las autoridades educativas y religiosas.
- “¿Por qué transcurrieron dos décadas hasta que la comunidad fue enterada de lo que había sucedido, y hasta que se pidió perdón a las personas que sufrieron estos hechos?”. Aquí el cuestionamiento tiene que ver con que los abusos a los dos denunciantes que se han animado a declarar públicamente sus episodios tuvieron lugar en 2002, mientras que recién este año -y luego de que hicieran un pedido administrativo de reparación- las autoridades del colegio y de la Compañía de Jesús hicieron público los pormenores de la investigación y el pedido de disculpas.
- “¿Qué fue lo que motivó que las restantes familias, docentes y maestros del Colegio no fueran avisados, en aquel entonces, de la denuncia que se había hecho contra esa persona de la institución? ¿Por qué fue trasladado sin que se alertase a la comunidad sobre los motivos de la separación?”. Y es que en 2003 se decidió enviar a Fretes a Mendoza, aunque nunca hubo una aclaración pública o generalizada de los motivos que fundamentaron el traslado. En ese sentido, el delegado jesuita para casos de Abuso Sexual en Argentina y Uruguay, Álvaro Pacheco, aclaró a Los Andes a comienzos de junio de este año que se lo trasladó para que avance la investigación en Buenos Aires, la misma que culminó en 2007 con la expulsión. Aunque el reclamo de los exalumnos tiene que ver con que nunca se notificó a quienes estaban vinculados al colegio que el traslado era por denuncias de abuso sexual.
- “¿Por qué no se dispuso ningún mecanismo para tomar contacto con otros chicos que hubieran podido padecer hechos similares, ni se concientizó en ese momento sobre lo que había pasado?”
- “¿Cómo pudo, entonces, considerarse una solución al conflicto que se dejara a esos chicos sin posibilidad de expresarse, de abordar esos problemas de inmediato con ayuda de sus padres y de su entorno? ¿No se consideró, en ese momento, el daño que ese silencio podía provocar?”
- “¿En qué consistió la investigación desarrollada entre 2003 y 2007 que, de acuerdo con los comunicados del rectorado, condujo a la expulsión del jesuita César Fretes?”
- “¿No consideran un error haber dejado en libertad a una persona que abusó de decenas de chicos?”
- “¿Por qué esperaron al año 2013 para elaborar un código para prevenir abusos si en el año 2003 ya habían sido alertados de este tipo de casos?”. Esto tiene que ver con el comunicado que emitió el colegio luego de que las dos víctimas contaran su terrible historia a comienzos de junio en diálogo con Clarín.
- “¿Existieron otras denuncias de abusos ocurridos en el Colegio?”
- “Fundamentalmente, ¿cómo sería abordado un caso similar si ocurriera en la actualidad? ¿Se alertaría a los padres y a la comunidad sobre lo sucedido, para permitirles asegurar la integridad de sus hijos y darles la oportunidad de accionar en consecuencia?”
- “¿Cómo pueden garantizar que ante un nuevo suceso las autoridades de la Compañía de Jesús no vuelvan a actuar de la misma manera?”
Los 324 firmantes de la carta destacan, además, la necesidad de ser informados en profundidad sobre cómo se actuó y sobre las medidas que se tomaron a raíz de este conflicto. ”Creemos que estas respuestas únicamente pueden ser dadas por las personas que, desde su rol, protagonizaron lo ocurrido y por quienes lideran, tanto hoy como en aquel entonces, no solo la comunidad educativa del Colegio sino, esencialmente, la Compañía de Jesús. En la creencia de que sólo una respuesta pormenorizada y sincera permitirá comenzar a sanar las heridas provocadas por estos hechos que nos duelen tanto, y esperando un compromiso concreto para que esto no vuelva a ocurrir, transmitimos estas líneas”, concluyeron.
Un “nuevo viejo” escándalo de abuso eclesiástico en Mendoza
El 6 de junio pasado, Pablo Vio y Gonzalo Elizondo relataron a Clarín diferentes episodios de abuso sexual que sufrieron en manos del jesuita César Fabián Fretes. Los episodios datan de 2002, cuando ambos estaban en sexto grado de la primaria y Fretes se desempeñaba como tutor de quienes asistían a ese nivel de ese colegio porteño.
Recién a partir de esta publicación, las autoridades del colegio y de los Jesuitas confirmaron que Fretes fue investigado oportunamente, trasladado a Mendoza en 2003 con una “orden de restricción de acercarse a menores” -aunque no se acompañó con una medida ni denuncia judicial, sino directamente fue una decisión administrativa e interna- y expulsado en 2007.
En Mendoza, según constató Los Andes, Fretes cumplió tareas administrativas y de mantenimiento en el templo central de la Compañía de Jesús (en la manzana comprendida entre calles San Martín, Colón, 9 de julio y San Lorenzo) y en una parroquia del Barrio San Martín.
Más allá de la restricción de acercarse a menores mientras siguió siendo “hermano” en Mendoza -hasta que lo expulsaron en 2007-, un exalumno del Colegio del Salvador confirmó que en un campamento del que participaron en San Rafael (habían viajado desde Buenos Aires), Fretes fue a visitar al contingente y estuvo con los chicos. Fue en 2005, en plena investigación y cuando el religioso ya había sido trasladado a Mendoza y tenía prohibición de acercarse a menores dentro de la orden.