El águila que fue rescatada moribunda al costado de la ruta hace un año y medio volvió a volar en su hábitat

En mayo de 2021, un pichón de águila coronada fue rescatada desnutrida y deshidratada al costado de la ruta 153 por unos productores de la zona. Una inédita operación y una sorprendente recuperación le permitieron al ave regresar a los cielos durante la tarde de hoy. Detalles de la emotiva historia.

El águila que fue rescatada moribunda al costado de la ruta hace un año y medio volvió a volar en su hábitat
El águila que fue rescatada moribunda al costado de la ruta hace un año y medio volvió a volar en su hábitat. Foto: Gentileza Andrés Capdevielle y Natalia Ruiz / Programa de Conservación y Rescate de Aves del Ecoparque de Buenos Aires.

El miércoles 5 de mayo de 2021 por la mañana, Segundo Roberto Araya -alias “Pelado”, como es conocido por todos en la zona de Ñacuñán (Santa Rosa) donde vive- y su hijo, Sebastián Ciro fueron los protagonistas de un hallazgo casual y accidental que terminaría convirtiéndose en una maravillosa noticia para el ecosistema mendocino: rescataron a un pichón malherido y que casi no podía moverse al costado de la ruta 153. Pero no era un ave más, sino que ese imponente ejemplar era un águila coronada, una de las especies protegidas más cautivantes que habita en Mendoza y que se encuentra protegida al estar en peligro de conservación.

A poco más de un año y 6 meses del día del hallazgo, el águila coronada volvió a volar los cielos de Ñacuñán y Santa Rosa durante la tarde de este martes y tras una marcada y destacable recuperación, proceso del que participaron desde el primer día distintas reparticiones y ONG, entre las que sobresalen la Dirección de Recuros Naturales Renovables de Mendoza, la ONG S.O.S Acción Salvaje, el Ecoparque de Mendoza, Centro para el Estudio y Conservación de las Aves Rapaces en Argentina (CECARA) y el Programa de Conservación y Rescate de Aves Rapaces (PCRAR) del Ecoparque de Buenos Aires.

El águila que fue rescatada moribunda al costado de la ruta hace un año y medio volvió a volar en su hábitat. Foto: Gentileza Andrés Capdevielle y Natalia Ruiz / Programa de Conservación y Rescate de Aves del Ecoparque de Buenos Aires.
El águila que fue rescatada moribunda al costado de la ruta hace un año y medio volvió a volar en su hábitat. Foto: Gentileza Andrés Capdevielle y Natalia Ruiz / Programa de Conservación y Rescate de Aves del Ecoparque de Buenos Aires.

“Fue un momento muy emotivo y gratificante. La liberamos en horas de la tarde y las condiciones eran óptimas, ya que era un día ventoso e ideal. La sacamos de la caja, fuimos a un lugar bastante abierto, la tuvimos un poco en el puño para que abra las alas, estire, vea el lugar y se adapte. Y cuando se levantó una ráfaga de viento, contamos hasta 3 y la soltamos. Salió volando hasta desaparecer atrás del monte”, reconstruyó el director del Programa de Conservación y Rescate de Aves Rapaces (PCRAR) del Ecoparque de Buenos Aires, Andrés Capdevielle a Los Andes.

Del emotivo operativo participaron guardaparques de la Reserva Ñacuñán, alumnos de la escuela del lugar y Sebastián Ciro Araya, uno de sus salvadores en mayo de 2021, además de personal de Fauna y de Recursos Naturales (entre otros)

Un emotivo regreso a los cielos

Desde aquel fortuito y milagroso rescate ocurrido sobre la trasa de la ruta 153 -a la altura del tramo comprendido entre Guadales y Villanueva (camino a Monte Comán, San Rafael)- hasta este martes transcurrieron exactamente 551 días. Y fueron 551 días en los que el águila coronada fue sometida a distintas intervenciones, así como también ejercicios y procesos de rehabilitación que le permitieron regresar a surcar los cielos durante la tarde de este martes.

“Fue un año y medio más que intenso. Primero se le reconstruyó el pico, luego se le detectó un problema en la visión, por lo que se trabajó en esa rehabilitación también. Y cuando ya estuvo lista, se la trajo para la liberación. De hecho, se esperó a que pasara el invierno, ya que es un animal que se alimenta de la caza de reptiles y es en esta época del año -con calor- cuando mayor disponibilidad de presas hay”, agregó Capdevielle.

“Guerrero”, “Warrior” o “Rainbow” (por “Guerrero del Arco Iris”) son los tres nombres “extraoficiales” que este ejemplar de macho juvenil de águila coronada recibió desde el momento de su rescate, durante su recuperación y hasta la liberación de hoy.

“Fue liberada en el mismo campo donde hace unos años falleció otra águila coronada que fue bautizada como Fénix. Ella había sido liberada tras rehabilitarla, pero al tiempo fue hallada muerta ahogada en un tanque australiano. Por eso se empezó a trabajar fuertemente en la instalación de rampas de seguridad en estos reservorios, para evitar estas muertes por ahogamiento. Y el mensaje de haberlo liberado en ese mismo campo es simbólico y tiene que ver con esa diferencia de que en el mismo lugar donde estos ejemplares morían, ahora hay campos seguros y rampas. Y es un lugar hoy vuelven a volar”, graficó.

Historia del rescate

Aquel mediodía del 5 de mayo de 2021, los Araya iban en su camioneta. Regresaban de auxiliar a un camionero que se había quedado varado en el camino tras sufrir un desperfecto mecánico y se había propuesto otra meta: recolectar ramas o trozos de madera que pudieran encontrar al costado de la ruta para alimentar el fuego y disfrutar de un más que merecido asado.

El águila que fue rescatada moribunda al costado de la ruta hace un año y medio volvió a volar en su hábitat. Foto: Gentileza.
El águila que fue rescatada moribunda al costado de la ruta hace un año y medio volvió a volar en su hábitat. Foto: Gentileza.

“Cuando regresábamos, atentos a la leña que pudiésemos cargar en el carrito; le digo a mi hijo en un momento: ‘Che, pará que ahí hay un águila’. Paramos el vehículo y la vimos, quieta, parada al costado de la ruta 153. Me llamó la atención porque, aunque era un animal salvaje, no intentó volar cuando nos acercamos. Nos dimos cuenta de que tenía algún problema, y -con cuidado- la subimos a la camioneta”, relató “el Pelado” Araya en mayo de 2021 y en diálogo con Los Andes sobre lo que fue el comienzo de ese inesperado e improvisado operativo.

En ese momento ni él ni su hijo sabían que estaban dando el primer paso para el rescate de un ejemplar de águila coronada (buteogallus coronatus, según su nombre científico), una de las especies protegidas más importantes que habitan en Mendoza. Esta especie se encuentra en peligro de extinción en todo el mundo desde 2004; y en Argentina se calcula que existen entre 1.000 y 1.500 ejemplares. Su hábitat es el norte, centro y centro sur del país; mientras que en Mendoza se las encuentra en las reservas naturales Bosques Telteca (Lavalle) y Ñacuñán (Santa Rosa). Justamente en las inmediaciones de esta última reserva fue encontrado este ejemplar.

Lo que vino luego de este fortuito hallazgo -y milagroso, si se tiene en cuenta que el ave rapaz estaba en muy malas condiciones y condenada a una muerte segura- fue una hermosa y destacable cadena, que incluyó el trabajo codo a codo de los dos lugareños y su familia, el departamento de Fauna de Recursos Naturales de Mendoza, el centro de rehabilitación S.O.S Acción Salvaje y hasta la intervención de especialistas del Ecoparque de Buenos Aires.

Una recuperación milagrosa

Basándonos en el relato mitológico y legendario del Ave Fénix, quien -se dice- volvió y resurgió de entre las cenizas tras calcinarse, este ejemplar de águila coronada bien podría ser la versión mendocina entonces del Fénix. Y es que en el año y medio que transcurrió desde su rescate, el ejemplar macho atravesó una sorprendente e increíble recuperación.

Tras hallar al entonces pichón deshidratado, moribundo y desnutrido, los Araya dieron aviso a los guardaparques de la Reserva Natural de Ñacuñán, y en ese momento se activó el protocolo para estos casos de rescate de fauna autóctona y en peligro.

El águila que fue rescatada moribunda al costado de la ruta hace un año y medio volvió a volar en su hábitat. Foto: Gentileza.
El águila que fue rescatada moribunda al costado de la ruta hace un año y medio volvió a volar en su hábitat. Foto: Gentileza.

De inmediato el ejemplar fue trasladado al centro de rehabilitación S.O.S Acción Salvaje, en San Carlos, mientras que luego fue derivado a especialistas del Ecoparque de Buenos Aires. A fines de mayo, cuando había transcurrido menos de un mes del rescate, el águila coronada fue sometida a una inédita operación en la que se le reconstruyó la parte inferior del pico (mandíbula) que estaba fracturada.

“Después de la cirugía, el águila coronada salió bien y -a partir de allí- se siguió con los controles con rayos X. Pasó al recinto externo del hospital y allí empezó la rehabilitación, tanto de la fractura en sí como de la musculación y coordinación (estaba muy debilitada). Más si tenemos en cuenta que había llegado con menos de la mitad de su peso normal”, destacó en agosto del año pasado Andrés Capdevielle, quien siguió de cerca todos los movimientos y avances del ejemplar durante toda su recuperación.

La fractura en el pico suponía, además, otro problema: no podía cazar y alimentarse siguiendo su dieta característica. De los entre 2,5 y 3 kilos que debería haber pesado un ejemplar de su condición, inició el proceso de recuperación pesando solamente 1,5 kilos y en un estado de desnutrición avanzado.

La reconstrucción del pico fue un procedimiento inédito para un ejemplar de águila coronada, más allá de que ya se había practicado a otras aves. Por medio de la intervención, se le alineó la mandíbula con unos clavos junto a unos tutores (que luego de un tiempo se extrajeron). Pero si no se le realizaba esta operación, la mandíbula del ejemplar no hubiese quedado alineada con la parte de arriba, por lo que se habría producido un sobrecrecimiento del pico y ello habría dado lugar a que el pico adopte la forma de una tijera, lo que le hubiese impedido comer durante toda su vida.

El águila que fue rescatada moribunda al costado de la ruta hace un año y medio volvió a volar en su hábitat. Foto: Gentileza.
El águila que fue rescatada moribunda al costado de la ruta hace un año y medio volvió a volar en su hábitat. Foto: Gentileza.

Durante los primeros meses, el macho de águila coronada recuperó su peso y casi que lo duplicó hasta llegar a 2,8 kilos. También la alimentación se fue recuperando paulatinamente.

La nueva vida del águila coronada

Pare fundamental de la recuperación fue trabajar en la convivencia de esta ave rapaz con sus pares, como para recuperarlo y adaptarlo a la relaciones con otros ejemplares.

El águila que fue rescatada moribunda al costado de la ruta hace un año y medio volvió a volar en su hábitat. Foto: Gentileza.
El águila que fue rescatada moribunda al costado de la ruta hace un año y medio volvió a volar en su hábitat. Foto: Gentileza.

“En este año y medio que transcurrió entre el rescate y la liberación, y mientras todo esto pasaba con Rainbow, siguieron llegando casos. Nos llegó un águila herida con una fractura en Santa Fe y que está en tratamiento ahora. Además, aparecieron dos más en La Rioja, que también en tratamiento. Hace un mes y medio, se sumaron otras dos. La problemática sigue, la mayoría son heridas por disparos. La realidad es que ntenés mucho tiempo de disfrutar de la recuperación y las liberaciones, pero eso no quita que sea gratificante”, sintetizó Capdevielle.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA