Por medio del análisis del ancho de los anillos de los árboles es posible conocer la historia climática pasada de una región, existiendo árboles que pueden proporcionar registros de varios cientos e incluso miles de años.
Las especies arbóreas seleccionadas para desarrollar nuestro Atlas de sequías actúan como sensores de la disponibilidad de agua en el suelo. Es decir, que si es un año lluvioso el anillo de crecimiento va a ser ancho mientras que si es seco el anillo es estrecho. Sobre la base de una extensa red de registros de anillos correspondiente a ~15.000 árboles pertenecientes a 12 especies forestales, junto a una base de datos climáticos instrumentales, reconstruimos la historia hidroclimática para la región comprendida entre el sur de Perú, Bolivia, Paraguay, Sur de Brasil, Uruguay, Chile y Argentina.
Toda esta región fue dividida en cuadrículas de 50x50 km y en cada uno de estos cuadraditos reconstruimos la historia de sequías desde el año 1400 al presente. El desarrollo de este estudio significó un intenso trabajo de muchos años de colaboración entre científicos de Argentina, Chile, Bolivia, Estados Unidos, Canadá, Francia, Rusia e Inglaterra. Esta información fue compilada en un Atlas de sequías que está compuesto por 620 mapas anuales de un índice de sequía de la temporada de verano.
Este conocimiento está disponible en una plataforma web del Centro del Clima y la Resiliencia de Chile, a través de la cual es posible “explorar” el Atlas de Sequías de Sudamérica. En esta página es posible visualizar desde el año 1400, año tras año, las condiciones de sequías y lluvias en esta vasta región. Este explorador tiene un manejo intuitivo que permite visualizar y descargar datos y mapas, permitiendo que el Atlas de sequías pueda ser manipulado y utilizado por toda la comunidad en general.
Malas perspectivas
Utilizando el Atlas observamos que en los últimos 60 años la ocurrencia de sequías extendidas y los eventos extremos de lluvias son cada vez más frecuentes en diferentes regiones del continente. El Atlas permite situar los recientes fenómenos hidroclimáticos extremos en un contexto de tiempo mucho más largo, y argumentar que es probable que la ocurrencia de los eventos extremos secos y lluviosos aumenten bajo los futuros escenarios de calentamiento global. Tanto el déficit como el exceso hídrico amenazan a las sociedades de diferentes regiones de América del Sur. Por lo tanto, para hacer frente a los problemas ambientales ante el futuro estrés hídrico, es necesario monitorear, avanzar en la legislación y en las normas de control y gestión que permitan un uso eficiente de los recursos hidrológicos y garanticen una proporción de agua en cada región para el funcionamiento de los ecosistemas y el acceso al agua potable para la población local.
El aumento de los gases de efecto invernadero ha modulado los cambios recientes en la temperatura superficial del mar tropical-subtropical tanto en el océano Pacífico como en el Atlántico, causando aumentos de las sequías en los Andes subtropicales y de las lluvias en el sudeste de Sudamérica. Nuestros resultados son coherentes con esta evidencia observada en el siglo XX y también sitúan estos cambios sin precedentes de las últimas décadas en un contexto de 620 años. A pesar de que nuestro estudio empírico no permite discernir entre cuanto de los cambios observados se deben a la variabilidad climática natural o al calentamiento inducido por el humano, nuestros resultados pueden ser utilizados para modelar experimentos climáticos y determinar la contribución de las actividades humanas sobre el aumento de las sequías y lluvias extremas en el continente.
El gran alcance espacial de esta reconstrucción permite también comprender cómo los cambios en las condiciones hidroclimáticas afectaron a las diferentes regiones del continente. Este es un punto muy importante, ya que ahora sabemos dónde, cómo y cuándo se produjeron inundaciones o sequías en los últimos 620 años. En el archivo histórico hay crónicas de la época colonial que dan cuenta de la ocurrencia de eventos climáticos extremos debido a su vínculo directo con la producción agropecuaria y minera. Al comparar encontramos una fuerte coincidencia entre lo que dicen los anillos de los árboles y los registros históricos.
Sin precedentes
Un período de más de una década (2010-al presente) con déficits de lluvias y nieve en los Andes Centrales de Argentina y Chile ha generado reducciones de caudales de los ríos cordilleranos poniendo en emergencia hídrica a toda la región. Aunque sequías de uno o dos años son un elemento recurrente en el clima de esta región, la última década se destaca como el período seco de mayor duración y extensión territorial desde comienzos del siglo XX. Ahora el Atlas de sequías nos muestra que la magnitud y duración de la actual megasequía para esta región de los Andes no ha tenido precedentes durante los últimos 620 años.
La reducción de las lluvias y nieve ha impactado en los servicios ecosistémicos regionales, en particular en el suministro de agua para el riego, con consecuencias perjudiciales para la producción agrícola, y el posible colapso de los sistemas alimentarios en Chile y el oeste argentino. Por lo tanto, existe una necesidad urgente de hacer un uso eficiente de los recursos hídricos para el consumo, la agricultura, la industria y los ecosistemas nativos.
*El autor es investigador adjunto - Ianigla-Conicet
*Producción y edición: Miguel Títiro - mtitiro@losandes.com.ar