El Banco de Alimentos de Mendoza, entidad que contribuye a reducir el hambre en la provincia y que hoy persigue el sueño de la casa propia a través del inicio de una construcción clave para su desarrollo, celebró sus 20 años de trabajo.
Nació con la crisis de 2001 y a lo largo de estas dos décadas logró sostener y ampliar el trabajo conjunto de donantes, socios, voluntarios, empresas y organizaciones sociales que se sumaron y se siguen sumando a la lucha contra el hambre.
Daniel Ortíz, presidente de la institución, explicó durante el acto que la casa propia representa una herramienta fundamental debido a la gran cantidad de organizaciones y personas asistidas.
“Hemos llegado a 87 organizaciones que equivalen a 37.000 personas que requieren asistencia alimentaria. Recordemos que iniciamos la labor en 2001 con 15 organizaciones y que hemos ido creciendo gracias a la voluntad de muchísima gente”, sostuvo.
Es por eso que se necesita construir nuevos espacios de almacenamiento, procesamiento, administración y de capacitación para las organizaciones sociales.
“Es un desafío enorme que se basa en que nuestra capacidad ya no permite semejante trabajo. Anhelamos contar con nuestro techo y seguir creciendo”, apuntó, para seguir convocando a quienes deseen colaborar.
“Aprovechamos este momento tan importante de nuestra historia para invitar a quienes deseen sumarse y acercar su colaboración que tiene como destinatarias a las personas en estado de vulnerabilidad”, amplió Ortiz.
A lo largo de estos 20 años se lograron rescatar y distribuir más de 12.900.000 kilos de alimentos, evitando su desperdicio y acompañando el hacer de las organizaciones sociales que sirven miles de platos a quienes no los tienen.
En 2002 se comenzó trabajando con unas pocas organizaciones sociales mientras que hoy son 80 las estables y beneficiarias del Banco. Aún existe un total de 12 organizaciones en lista de espera.
El Banco de Alimentos de Mendoza comenzó colaborando con la alimentación de 1.500 personas y hoy se llega a más de 37.000.
La casa propia, cedida por el municipio de Godoy Cruz, estará situada en calle 9 de Julio 891 de esa ciudad. Afianza el camino transitado y cimienta la confianza para continuar rescatando y distribuyendo alimentos. Así lo reflexionó el intendente de Godoy Cruz, Tadeo García Zalazar, para agregar, durante el acto, que este primer aporte lo hace el municipio entendiendo la problemática de la pobreza que le dio origen al Banco de Alimentos, entidad que beneficia a niñas y niños de diferentes jardines maternales y comedores.
“Creemos que hay que acompañar y lo hemos hecho con la donación del terreno. A futuro, obviamente, lo haremos con acompañamiento, tiempo y asesoramiento técnico para que puedan trabajar en la construcción de su propia sede. Es un fin muy noble”, continuó el jefe comunal.
En definitiva, concluyó, sectores público, privado, gobierno municipal y provincial se involucraron en un compromiso de todos.
Un trabajo que se intensificó durante la pandemia
Durante el período más estricto de la cuarentena por el Covid-19, el Banco de Alimentos amplió a más del 30% sus raciones para asistir a familias necesitadas, siempre con su premisa de contribuir a reducir el hambre, malnutrición y desperdicio de alimentos en el país, rescatando de manera trazable y segura alimentos aptos para el consumo humano antes de que sean desechados.
Si bien desde su creación su misión ha sido trascendente para las entidades de ayuda comunitaria, la asistencia se multiplicó durante ese período de pandemia. En ese contexto, fue necesario también rediseñar la clásica cena anual para recaudar fondos, que en aquella ocasión se llevó a cabo de manera virtual con un total de 370 menús que fueron distribuidos a los distintos domicilios a un valor de 2.000 pesos por persona.
Desde entonces, cada día se suman nuevas organizaciones a retirar sus alimentos a partir de la previa presentación de documentación, como personería jurídica, listado de personas a las que les llega la ayuda, DNI, actividades que desarrolla dicha institución, etcétera. Así, la lista de entidades como parroquias, merenderos, comedores, sociedades de fomento y centros de jubilados se abulta cada día.
Durante estos años, las donaciones de dinero en efectivo, en especial de firmas enmarcadas en la responsabilidad social empresarial, han estado a la altura de las circunstancias y en gran parte ha sido respuesta a una intensa campaña de redes sociales.
Cabe recordar que la coordinadora del Banco de Alimentos de Mendoza es Lorena Troncoso y el plantel está integrado por siete personas rentadas, coordinadora, encargado de comunicación, nutricionista, técnico logístico, dos encargados de depósito y una contadora. La entidad posee un abultado número de socios que aportan dinero por mes, mientras que el resto de los fondos sale de las contribuciones.
Para saber más
- Los alimentos rescatados son almacenados, clasificados y distribuidos entre entidades de ayuda comunitaria: comedores, hogares de niños y de ancianos, centros comunitarios y de apoyo escolar, entre otros.
- De esta manera, se le da un valor social a aquellos alimentos que perdieron su valor comercial, evitando su desperdicio y haciendo que lleguen a las personas que más lo necesitan.
- Se recuperan los alimentos a través de donaciones de empresas de la industria alimenticia o acopios, programas de recupero de frutas y verduras, rescate de mermas de supermercados, colectas y campañas, entre otras acciones.