El monumento al cóndor de los Andes, ubicado en el Acceso Este, finalmente está listo para volver a enamorar a toda persona que ingrese a Mendoza. La icónica escultura que “sobrevuela” la ciudad desde 1977 había quedado decapitada luego de la tormenta de granizo que azotó a la provincia el 23 de febrero de 2022. Ahora sólo resta alistar la luminaria para que entonces el 14 de agosto pueda ser reinaugurado.
“La cabeza del cóndor era una ínfima parte de todo el daño que descubrimos que tenía la escultura”, comenzó en su explicación a Los Andes, Horacio Chiavazza, director de Patrimonio Cultural y Museos del Ministerio de Cultura y Turismo.
“Ya está todo listo. Desde la cabeza, el cuerpo, las alas y hasta la base fueron restauradas y pintadas. Estamos esperando que se solucione una problemática que hemos tenido con la luminaria”, aclara el director, quien además detalló que las obras de restauración de la cabeza comenzaron el 24 de febrero de 2022, al otro día de la tormenta que decapitó al ave.
“Recuperamos restos de la cabeza y se volvió a ensamblar una nueva completamente reparada. La cabeza estaba destruida porque se cayó de 6 metros de altura y se le hizo un proceso de recuperación total. Pero fue allí que notamos que había mucho daño en toda la escultura y no de esa tormenta sino de años”, agregó Chiavazza.
Ocurre que el monumento al cóndor andino sólo había tenido una reparación minuciosa desde que fue montado sobre la base en la que se encuentra. El resto de reparaciones sólo habían sido algunos emparchados con cemento y pintura por encima, sin optar por la prolijidad del detalle.
Cambio de materiales y más realista
El cóndor se había construido con una estructura de hierro, tela arpillera y yeso. Todo ese material, con el que fue realizado no tenía reparación, entonces durante años había sido arreglado con parches de cemento en algunas zonas. Mientras que había partes dañadas donde había entrado agua, lo que dejaba como resultado una estructura oxidada y sumamente percudida.
El equipo de restauradores encabezado por el arquitecto y escultor Orlando Leytes reparó entonces no sólo la cabeza del ave, sino todo su cuerpo. Así como también la base, que en realidad es el monumento original: fue colocado en 1958 y tiene forma de cóndor, pero “abstracto”.
La nueva cabeza del cóndor está hecha con una estructura metálica y modelada con cemento, arena, resina plástica y metal desplegado, entre otros materiales que lo dejarán muy resistente a cualquier contingencia climática.
Se han utilizado varillas de hierro del 6 y del 10 que están soldadas. También se le hizo un revestimiento a la base y a las alas.
Todo eso quedó listo y ya fue pintado de tal manera que “ha recuperado el motivo realista desde el plumaje en colores negros y blancos y la cabeza con marrón y rojizo”, destacó Chiavazza.
Toda esta reparación “in situ” comenzó en abril de este año. No había podido comenzar antes debido a que desde el Ministerio de Cultura y Turismo debieron fabricar andamios especiales para la reparación del monumento, debido a la altura y a los desniveles del suelo.
Últimos detalles
Según confirmaron desde la Dirección de Patrimonio Cultural y Museos, el monumento ya está finalizado. Sin embargo, se ha visto atrasada su reinauguración debido a que ocurrió un dilema con el sistema de iluminación.
La idea principal es que la escultura tenga un sistema de iluminación colocado en la base con cuatro reflectores que realcen la imagen desde abajo. Pero la luminaria del lugar es la misma que utiliza el Acceso Este y el Sur, por lo que entre las entidades intervinientes a la autorización de los nuevos cableados también esta Vialidad Nacional.
Sin embargo, desde Cultura aseguran que todo este conflicto ya está casi solucionado y que la reinauguración del monumento, junto a una reparación del parquizado del predio, estarán listos para el próximo 14 de agosto.
Un poco de historia
El monumento del Cóndor de Los Andes tuvo varias etapas hasta llegar a ser la emblemática escultura que se conoció hasta el 23 de febrero de 2022. El 1 de marzo de 1958 se inauguró la base, la cual tiene forma de cóndor, pero “abstracta”.
Años más tarde, se encargó una figura de yeso con la forma del ave. Esa escultura tenía como destino embellecer a Villavicencio, sin embargo, nunca se la colocó allí y quedó guardada.
En 1977, el Ejecutivo quería darle una forma más concreta, natural y realista a esa base abstracta. Fue entonces que utilizaron la figura de yeso guardada y la colocaron encima de la otra, para “terminar de adornar la obra”.
En 1979 sufrió la primera pérdida de su cabeza, que fue repuesta rápidamente. Mucho tiempo después, en 1997, la obra fue renovada.
Después, desde 2005 a 2014 el cóndor lució color borravino y dorado. Hasta 2017 que se llevó a cabo la única gran restauración del monumento, hasta la actual.