La presencialidad de las clases sigue siendo “el tema” de debate entre la Nación -desde donde insisten en suspenderlas provisoriamente en plena segunda ola de la pandemia de coronavirus en Argentina- y jurisdicciones como Mendoza o la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, quienes insisten en mantener la presencialidad y resaltan que los contagios no se dan en estos ámbitos y que, por el contrario, la escuela es uno de los espacios donde se garantiza el cumplimiento de los protocolos.
Incluso, dentro de Mendoza el debate está en su punto más alto, con constantes idas y vueltas entre el intendente de San Rafael, Emir Félix (quien pertenece al mismo espacio político que el Gobierno nacional y ha solicitado que se interrumpan las clases presenciales en su departamento) y el Ejecutivo provincial (el gobernador Rodolfo Suarez insistió y defendió este martes la presencialidad en toda la provincia).
Ahora, un estudio del Conicet y la Universidad de Buenos Aires (UBA) -que fue ampliamente replicado en el kirchnerismo- determinó que “la interrupción de la presencialidad escolar contribuye significativamente a disminuir contagios de coronavirus y, por ende, internaciones y fallecimientos”.
El trabajo fue desarrollado por 14 de investigadores y académicos, quienes tomaron como muestras la situación epidemiológica de la CABA (clases presenciales) y de la Provincia de Buenos Aires (se retomó la virtualidad). “Ante un panorama ya previsible de expansión de los contagios, internaciones y fallecimientos -por razones estacionales, nuevas variantes virales-, el cierre temporario de los establecimientos educativos mostró ser una herramienta eficiente para la reducción de contagios en la Argentina”, concluyeron los científicos argentinos.
El estudio
Los académicos que fueron protagonistas de la investigación se detuvieron, en una primera etapa, en la totalidad de casos de Covid-19 a partir del 6 de abril (cuando se fijó por DNU la restricción horaria a partir las 23). Incluso, incluyeron gráficos donde se evidencia que el Conurbano, el interior bonaerense y la Ciudad de Buenos Aires mostraron un crecimiento en la curva de contagios a pesar de la restricción.
El segundo escenario analizado fue el que se dio a partir del 13 de abril, con la restricción de circulación por la vía pública a partir de las 20. En este contexto, los responsables del estudio advirtieron que se vio con claridad que los contagios se ”amesetaron”; aunque en un nivel alto.
Por último, los investigadores del Conicet y de la UBA analizaron el panorama a partir del 28 de abril, cuando el Conurbano bonaerense ya había retornado a la virtualidad escolar de forma transitoria. Siempre de acuerdo a este estudio, los contagios en esa jurisdicción bajaron 30% en comparación con la situación epidemiológica del 22 de abril, cuando se concretó el regreso a las clases no presenciales.
El mismo estudio, entre sus conclusiones, destacan que en la CABA se redujeron 3% los contagios en ese mismo período (del 22 al 28 de abril), haciendo la salvedad de que la Ciudad de Buenos Aires no acató el DNU del presidente Alberto Fernández donde pretendía imponer que esa jurisdicción retorne a la virtualidad también. La polémica llegó a la Corte Suprema de Justicia de la Nación, y el máximo órgano judicial del país determinó que la decisión referida a cómo continuarían las clases eran facultad del jefe de Gobierno de la CABA, Horacio Rodríguez Larreta. En Mendoza, en tanto, un fallo reciente de la Justicia local también determinó que es el Gobierno quien debe definir cómo se dictan las clases, luego de que la CTA solicitara que se suspendiera la presencialidad.
Y el mismo estudio del Conicet refleja una situación preocupante en el interior del conurbano bonaerense: en ese mismo período aumentaron los casos de coronavirus.
“También se observó una gran reducción de la cantidad de casos detectados en el Conurbano en la franja etaria de 5 a 11 años que comienza el día 22/04, exactamente 3 días después de la suspensión de la presencialidad”, se explayaron los responsables del estudio.