En tiempos en que la tecnología nos lleva de las narices y la inteligencia artificial busca -y a veces logra- superar a la natural, venimos a reafirmar que para diario Los Andes lo prioritario -más allá de la plataforma en que llegue a sus lectores- sigue siendo informar. Informar bien. Informar lo cierto. Informar, pero también ser parte de un circuito virtuoso donde se escuche a los miembros de nuestra comunidad.
Los 141 años que portamos sobre la espalda no representan una pesada mochila sino una fortaleza, un piso más que firme desde el cual proyectarnos hacia una provincia superadora de la actual. Una Mendoza que no renuncia a su pasado pero que no se queda mirando hacia atrás con nostalgia y resignación. La vista está puesta en un futuro basado en la lógica sanmartiniana de que no hay cordillera que no se pueda sortear para alcanzar la cumbre.
Quienes desde hace semanas suman sus voces para aportar ideas y reflexiones de cómo debería ser la Mendoza del futuro, representan a distintos sectores de la política, la economía, la educación, el deporte y la cultura. Como referentes que son, sintetizan el espíritu colectivo. Son una suerte de lupa que se posa en aquellos aspectos que si hoy no están bien mañana podrían -y deberían- estar mejor.
Con ellas y ellos estamos convencidos de que estamos generando un pensamiento más amplio y profundo, a la vez que compartimos el compromiso y la convicción de que nadie se salva solo.
Aquel espíritu superador de lugareños e inmigrantes que hicieron de este desierto un generoso pulmón verde necesita ser reeditado y multiplicado. Los desafíos son otros, pero el objetivo sigue siendo el mismo: hacer de las limitaciones nuestra mayor fortaleza.
*El autor es secretario General de Redacción - Diario Los Andes