El 31 de agosto de 1997, Diana Spencer, también conocida como Lady Di y su novio, el empresario egipcio Dodi Al Fayed, fallecieron al sufrir un grave accidente en su auto en el túnel del Puente del Alma, Francia, cuando intentaban escapar de la prensa local. Según se informó, el chofer de la limusina manejaba a una velocidad que podría superar los 150 km/h y había ingerido un cóctel de alcohol y fármacos. Sólo el guardaespaldas, que viajaba en el asiento del acompañante, salvó su vida.
Este martes se cumplen 24 años de la muerte de la princesa de Gales. A raíz de esta fecha especial, recordamos la visita de “Lady Di” a la Argentina y algunos eventos que marcaron su presencia.
La foto secreta de Lady Di en Buenos Aires
El 23 de noviembre de 1995, Diana Spencer pisó suelo argentino luego de su separación -aunque no todavía divorcio- del príncipe Carlos. La británica llegaba precedida del terremoto que habían causado en su país sus declaraciones a la prensa donde narraba lo desdichada que había sido en su matrimonio y confirmaba los rumores de infidelidad. “Éramos tres en este matrimonio, así que estaba un poco concurrido”, dijo a la BBC en ese entonces.
Luego de llegar a Ezeiza, Lady Di se trasladó a la embajada británica. Lo hizo a bordo de un Jaguar, marca emblemática inglesa y custodiada por varios autos. Ya en la residencia una regla. Decidió darse un chapuzón en la pileta.
El momento fue captado por la revista Gente. Se lograron fotos de Diana envuelta en una toalla que recorrieron el mundo y que fue tapa del mencionado sitio. “En ese tiempo no había redes sociales, internet ni portales. Existía la primicia fotográfica. Cada fotógrafo sabía que una imagen se podía vender en otros medios internacionales que pagaban fortunas por obtenerlas”, expresó a Infobae Ana D’Onofrio, quien era directora del medio gráfico.
La gran preocupación de Lady Di en Argentina
Durante su estadía en Buenos Aires, Diana de Gales realizó distintas actividades vinculadas a cuestiones sociales, aunque había algo que siempre le generaba preocupación.
Como se mencionó anteriormente, el momento que eligió para realizar su gira por la Argentina fue bastante particular, ya que sucedió días después de la emblemática entrevista en la que reveló las infidelidades del príncipe Carlos.
Según recordó hace algunos años atrás el excanciller, Jorge Faurie, que en ese entonces era director de Ceremonial de la Cancillería, cada vez que podía, Diana pedía un teléfono para hablar con Harry y William.
“En todo momento los llamaba. Les preguntaba cosas muy específicas. Era muy pegada a sus hijos. Era una madre que estaba pendiente de ellos. No era que los llamaba una vez al día. En cada desplazamiento aprovechaba y llamaba a alguno de los dos. Presumo que los chicos estaban muy apegados a ella también”, rememoró Jorge Faurie en una entrevista con La Nación.
El “gesto rebelde” de Lady Di en Argentina
El exdiputado Eduardo Amadeo era por ese entonces Secretario de Desarrollo Social y el 26 de noviembre de 1995 acompañó a Lady Di junto a su mujer, Dzidza, a un lugar escondido y selvático sobre el Río Luján llamado Isla Silvia, a donde se alojaban unos cien chicos con problemas penales y de adicciones. Del encuentro no hubo fotos, la princesa de Gales jamás hizo alarde de su visita, pero para los Amadeo el recuerdo está más vivo que nunca.
En diálogo con La Nación, el economista y diplomático argentino comenzó diciendo: “Según nos dijo la embajada inglesa ella había pedido visitar algunos lugares ‘difíciles’ desde el punto de vista social. Pensamos que sería interesante conocer Isla Silvia. Advertimos que podía correr riesgos, pero la embajada insistió con que ese era el tipo de recorridos preferidos por Diana”.
La condición fue que la reunión debía ser cara a cara con los jóvenes, teniendo oportunidad de dialogar sin restricciones. Para ello el día anterior el político fue a conversar con los internos, les contó quien era Diana y les sugirió que aprovechasen la oportunidad de contar con presencia en la isla a una persona tan interesante.
La princesa llegó en helicóptero del cual descendió con un vestido liviano de colores claros. Los chicos la saludaron con cierta formalidad pero de inmediato pidió conocer las habitaciones y caminar por el parque a pesar de que estaba todo embarrado por la lluvia del día anterior.
En el Salón Común hubo una larga charla y fue allí donde la sorprendieron preguntándole para que sirve ser princesa y su respuesta fue: “Para venir aquí y conocerte a vos”, generando así el primer aplauso.
Les preguntó sobre sus expectativas de vida, en que iban a trabajar, sobre la posibilidad de tener una familia, etc. La conversación fue totalmente descontracturada, incluso les contó sobre su propia familia, en especial sobre sus hijos Guillermo y Enrique ya que su matrimonio con el príncipe Carlos había empezado a mostrar fisuras.
Concluida la reunión los chicos la ovacionaron, ella se emocionó y prometió volver a visitarlos.