El fin de La Niña: ¿qué pasará con las lluvias y la sequía en Mendoza?

Luego de un segundo año consecutivo con el fenómeno climático La Niña, arriba una fase neutral con incertidumbre en las condiciones climáticas. Expertos temen la llegada de El Niño.

El fin de La Niña: ¿qué pasará con las lluvias y la sequía en Mendoza?
Fenómeno climático de "La Niña".

El fenómeno de La Niña actual hizo su aparición en septiembre de 2020, con efectos de lo más variados. En los últimos años, La Niña dejó una temporada de huracanes extremadamente activa en el Atlántico, inundaciones en el noreste de Brasil y norte de Australia, una sequía extrema en el sur de Sudamérica, incluido Chile, Argentina, Uruguay y sur de Brasil, y frío extremo en parte de Asia, sólo por mencionar algunas de sus consecuencias.

Afortunadamente este fenómeno está a punto de desaparecer, según lo anunció la NOAA este jueves. “La Niña, la fase fría del patrón climático El Niño-Oscilación del Sur (ENOS), ¡ha abandonado el edificio! Después de un año y medio de La Niña, el sistema océano-atmósfera del Pacífico tropical ha hecho la transición a neutral, lo que permite a la NOAA emitir su aviso final de La Niña”, manifestó en un comunicado la agencia científica.

El fenómeno La Niña llegó a su fin. Foto: Twitter/@SMN_Argentina
El fenómeno La Niña llegó a su fin. Foto: Twitter/@SMN_Argentina

El fenómeno ocurre cuando las temperaturas de la superficie del mar, en el océano Pacífico ecuatorial, persisten con valores por debajo del promedio. Como el océano se interrelaciona con la atmósfera, cualquier cambio en el agua va a producir un cambio en el aire. Entonces, al cambiar la temperatura del océano cambia la cantidad de calor o la humedad que se le inyecta a la atmósfera, cambiando su comportamiento, lo que repercute en los patrones de lluvias o las temperaturas en distintas partes del globo.

Cabe aclarar que luego de más de 30 meses de observarse un enfriamiento de Pacífico, en las últimas semanas el agua se calentó hasta alcanzar valores muy cercanos a lo que se consideran normales, lo que evidencia el debilitamiento total de La Niña y su paso a condiciones neutrales del fenómeno.

El Niño, la fase neutral y La niña: ¿qué significan?

El Niño, la fase neutral y La niña son tres estados de un indicador climático llamado El Niño-Oscilación del Sur (ENSO). La temperatura del agua en un sector del Océano Pacífico determina si se está en un estado o en otro. Cuando esta temperatura se encuentra dentro de los valores que se consideran normales, se dice que se está en la fase neutral, y este estado no es el mejor para pronosticar a largo plazo.

Esto se debe a que la incertidumbre es mayor. Tener un Niño o una Niña hace que ciertas condiciones climáticas se repitan con más frecuencia. De este modo, es más difícil dar con el estado del tiempo venidero por no existir un patrón climatológico.

Dique Potrerillos al 60% de su capacidad máxima, por la Crisis Hídrica. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
Dique Potrerillos al 60% de su capacidad máxima, por la Crisis Hídrica. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

En la fase neutral, el océano Pacífico ya no genera un condicionamiento en la atmósfera y ésta va a comportarse siguiendo sus caprichos. Además, los cambios en los patrones de lluvia o temperatura van a estar regulados por otros forzantes más locales o regionales que son mucho más cambiantes en el tiempo.

Vale destacar que los expertos temen por la llegada de El Niño para la segunda mitad de 2023. Si esto sucede, las temperaturas promedio globales mostrarían naturalmente una suba, siendo muy probable que superen el umbral crítico de 1,5 °C de calentamiento respecto a los valores preindustriales.

Hasta el momento, el año que más calor se registró en la tierra fue el 2016 y en gran parte fue impulsado por el evento El Niño. Considerando que su efecto de calentamiento tarda meses en sentirse, es mucho más probable que el 2024 sea el que establezca un nuevo récord de temperatura global.

¿Fin de La niña y de la sequía?

Que la niña haya llegado a su fin no significa que de repente va a comenzar a llover. Esto se debe a que uno de los componentes del ENSO, el océano, ya cambió su fase, pero la atmósfera no es tan rápida.

Informe del Servicio Meteorológico Nacional. Foto: Twitter/@SMN_Argentina
Informe del Servicio Meteorológico Nacional. Foto: Twitter/@SMN_Argentina

En general, a esta masa gaseosa le cuesta un poco más reaccionar a los cambios en la temperatura del agua, es decir, no es algo inmediato. De hecho, a pesar de este anuncio del final de La Niña, la realidad es que la atmósfera todavía se está comportando como si este fenómeno aún estuviera presente.

La buena noticia es que la agonía provocada por la falta de lluvias en Argentina, presentes solo durante los últimos días en Mendoza con caída de granizo en algunos sectores, ya está en su recta final. La mala noticia es que va a ser necesario esperar entre uno o dos meses para empezar a ver cambios en los patrones de circulación atmosférica.

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