A pulmón, Juan Carlos Montenegro (43), quien es ciego y vive en Las Heras, está realizando un excelente desempeño en el Campeonato Panamericano Individual de Ajedrez para Ciegos y Débiles Visuales 2023, que se desarrolla en la ciudad de Guatemala desde el pasado lunes.
“Estoy muy feliz de haber podido viajar, aunque fue y sigue siendo un esfuerzo económico enorme. Como sea y con mucha ayuda que aún aquí sigo recibiendo, estoy emocionado de haber sorteado las dos primeras rondas. Como sucede siempre, los colombianos son los que traen más gente y están mejor armados y equipados, pero nosotros seguiremos dando batalla”, dijo Walter, en diálogo con Los Andes, desde Guatemala.
Recordó que la convocatoria fue para todos los países del continente americano representados por sus federaciones nacionales o asociaciones de ajedrez en la Asociación Internacional de Ajedrez Braille (IBCA).
Juan Carlos Montenegro y José Luis López, oriundo de Puerto Madryn, en Chubut, son históricos campeones de Ajedrecistas Ciegos Unidos de Argentina y quienes representan a nuestro país en este campeonato.
Nacido el 25 de agosto de 1980, Juan Carlos, que trabaja en Municipalidad de Las Heras y es padre de cuatro hijos, mostró grandes dotes para esta disciplina desde muy chico. No pudo finalizar la secundaria por razones económicas y tuvo que salir a trabajar, pero brillaba en el ajedrez y no dejaba de competir entre sus amigos o con uno de sus hermanos mayores.
“En realidad, el puntapié inicial me lo dio un profesor de Educación Física de la escuela Hellen Keller. A partir de allí continuaba ejercitando en casa, especialmente con uno de mis hermanos. Eramos muy competitivos y había muchísimas discusiones por obtener el primer lugar. Peleábamos mucho pero nos divertíamos también”, recordó.
Juan Carlos sufre una discapacidad visual genética denominada atrofia bilateral de pupila, que ocasiona que la visión se opaque y se reduzca el campo visual.
La capacidad para ver detalles finos también se pierde, los colores comienzan a desvanecerse y, con el tiempo, la pupila tiene menos capacidad de reaccionar ante la luz hasta que, finalmente, dicha capacidad se pierde.
“Es una enfermedad muy rara que se hereda de la madre y se puede dar cada dos descendencias. Nací con el 20 por ciento de visión y en la adolescencia, en la etapa más difícil en cualquiera de las situaciones, perdí totalmente la vista. Hoy sólo puedo detectar luz, es decir, me doy cuenta si está oscuro o si hay luz en el ambiente, pero no tengo visión”, explicó.
“Juanca”, como lo llaman, sostuvo que el ajedrez es un juego y un deporte inclusivo ya que pueden desempeñarse niños, jóvenes y adultos de distinto género. También personas con capacidades diferentes. A diferencia del ajedrez tradicional, los ciegos se manejan a través del tacto y “cantando” cada jugada. “Es algo así como el juego de la batalla naval, donde uno canta la jugada y la otra persona en su tablero replica el movimiento y él canta su movimiento. El tablero tiene 64 casillas que están elevadas para poder encastrar las piezas. Las negras tienen una aspereza para diferenciarlas de las blancas”, detalló.
Y sumó los beneficios que el ajedrez ofrece a quienes lo practican, como aprender a confrontar con la derrota y con el triunfo, a realizar cálculos matemáticos y a desarrollar el pensamiento abstracto
“Soy tecnólogo, enseño tecnología adaptada para personas ciegas con lectores de pantallas accesibles y también enseño ajedrez, doy clases y charlas sobre buenas prácticas sobre cómo manejarse con personas con discapacidad, es decir, temas relacionados con el bastón, cómo ayudar a un ciego, etcétera”, enumeró.
Juanca recordó con nitidez su primer torneo oficial en La Toma, San Luis. Fue tanto el entusiasmo que se asoció a Ajedrecistas Ciegos Unidos de Argentina. “De allí en adelante he participado en cuanta competencia se me cruzó y siempre con muy buenos resultados. Por lo general somos dos los ciegos que nos repartimos el primer puesto, José Luis López y yo”, continuó.
Dijo que en el país se llevan a cabo alrededor de cinco torneos al año, que son clasificatorios. “Vamos atravesando distintas etapas y, a fin de cada año, se hace la final con los ocho mejores jugadores ciegos y una cierta cantidad de disminuidos visuales”, relató.
En las grandes finales “Juanca” siempre brilla. Ganó hasta ahora cinco campeonatos nacionales. “Pero lo económico, lamentablemente, es un obstáculo importante. Colombia, Brasil, Venezuela y otros países de América Latina tienen un sistema aceitado de definiciones de torneos, tienen profesores por áreas, por ejemplo, y los torneos anuales están homologados y hay dinero. Además, si ganan un torneo fuera del país reciben una medalla”, indicó.
Sin embargo, no es el caso de Argentina. “Nosotros hacemos todo a pulmón, si bien nos han ayudado en varios torneos, siempre hay que rebuscárselas como sea y los costos son altos”, dijo.
Juan Carlos tuvo la posibilidad de viajar a Colombia en 2013, a Brasil en 2015 y a Panamá poco después. “Ahora estoy en Guatemala y estoy bancando todo a pulmón. En este caso, mi hermano me ayudó con los pasajes y otro poco pude reunir pidiendo colaboración a través de las redes sociales. También pedí un préstamo que nos otorgaron a los empleados públicos de Las Heras. Pero estoy aquí casi como mochilero”, graficó.
De todos modos, dijo que no baja los brazos y vuelca “corazón y ganas” en todos los certámenes. “Con José Luis vamos peleando todos los torneos, palo y palo. Tratamos ambos de dejar bien posicionado al país y seguiremos en ese rumbo”, indicó.
Y dejó su teléfono para quienes puedan y deseen colaborar: 261-6564534. Explicó que la información del torneo se actualiza en la página web de la asociación ACUA: acua.org.ar.
Un rival casi amigo
En 2013, Montenegro viajó a Colombia y trajo la satisfacción de haber obtenido el octavo puesto, entre 56 participantes, en el Campeonato Americano de Ajedrez para Ciegos y Limitados Visuales 2013. Además, en esa ocasión fue el argentino que alcanzó el lugar más alto y logró vencer a su amigo bonaerense José Luis López. Con una sonrisa, en aquella oportunidad explicó que nunca le había podido ganar en el país y tuvo que viajar para derrotarlo.
Juan Carlos y José Luis tienen la misma edad y van casi a la par en cuanto a victorias.
“La actividad física y mental es fundamental para la autonomía de las personas ciegas. Necesitamos lucidez y fuerza para sentirnos independientes”, reflexionó López tiempo atrás en una entrevista periodística. Hoy ambos jugadores se encuentran en Guatemala tratando de darlo todo y a la espera de un buen resultado el próximo sábado.