Joaquín juega en el patio de un jardín de infantes de Guaymallén con sus compañeritos. Unas palitas de plástico los entretienen mientras imaginan castillos y dragones. Uno de los nenes dice orgulloso: ‘Mi papá me enseñó a armar torres gigantes’. Joaquín lo mira y le retruca: ‘A mi uno de mis papás me enseñó a hacer barro y el otro me mostró cómo armar paredes enormes”. Todos siguen jugando con total normalidad.
Joaquín creció con el amor y compañía de su mamá y sus dos papás. Para él y para sus amiguitos del arenero siempre fue normal, pero para que la Justicia “legalizara y enmarcara” su situación afectiva, su familia (sus tres padres en conjunto) comenzaron con una batalla legal que comenzó en 2020 y concluyó el pasado 6 de septiembre.
Joaquín hoy tiene 6 años y su historia se convirtió en el primer caso mendocino en obtener sentencia que reconoce la triple filiación y que una jueza ordenara rectificar su partida de nacimiento y DNI para que su nombre figure con el apellido de sus dos papás y de su mamá. “Él es hijo de 3 personas”, resumió la abogada María Bélen Idemi, la letrada que representó a los guaymallinos y los ayudó a marcar un precedente en la provincia.
Joaquín y su vida con dos papás
El pequeño nació en enero 2016 y se transformó en el segundo hijo de una joven pareja mendocina. Cuando tenía 1 año y medio, un ADN confirmó que la persona que lo había acompañado durante ese tiempo no era su padre biológico. Desde aquí, Joaquín continuó con un desarrollo normal, pero bajo con la figura de dos padres.
Tras esto, su mamá se separó y formó pareja con el papá biológico del nene. De esta pareja nació la tercera hermana de Joaquín. El pequeño creció en una gran esfera familiar, dividida en dos más pequeñas: una casa con su padre socioafectivo y su hermano mayor y su hogar, en el que reside actualmente, con su mamá, su padre biológico y su hermana menor.
“Los tres padres se llevan muy bien. Mantienen una excelente relación. Decidieron priorizar a sus hijos por sobre sus posibles diferencias afectivas”, remarcó Idemi.
Ambos hombres nunca dejaron de acompañar a Joaquín desde una figura paterna ni de requerimientos económicos. Es más, otro punto fundamental a resaltar es que los tres se unieron en la lucha por la identidad que reclamaba Joaquín pese a su corta edad: “Yo tengo dos papás”, remarcaba cada vez que podía.
Así, en 2020 las abogadas María Belén Idemi y Joana Jofré interpusieron una demanda sin precedentes en la provincia. Pidieron que se declare inconstitucional el artículo 558 del Código Civil y Comercial de la Nación, norma que limita los vínculos filiales a dos.
“Nunca fue un reclamo económico, sino un tema de identidad”
La lucha legal siempre tuvo como foco la manifestación del nene de que él tenía dos padres. Por esto se solicitó en la demanda que se reconociera la legalidad de su padre biológico, pero sin desplazar “de los papeles” a su padre socioafectivo.
“Joaquín comenzó, luego de que se mudara con su mamá, con su padre biológico, pero nunca dejó de lado su vínculo con su padre socioafectivo y su hermano mayor. Es más, ya separados, su papá “del corazón” pasaba a buscar a su hermano mayor como parte de los acuerdos de visita y también se lo llevaba a él”, contextualizó Idemi.
El proceso no fue fácil. En el medio se encontraron con una pandemia y con cuestiones culturales y legales que no cuentan con la flexibilidad, y empatía, de aquellos niños del arenero. “El dictamen fiscal fue rechazar nuestro pedido, el fiscal dijo que no correspondía, sin embargo, la asesora de menores Natalia Toro dictaminó que sí y la jueza Flavia Ferraro resolvió que sí”, recordó la abogada.
Joaquín se paró frente a la jueza con 4 años y pidió tener dos papás
La abogada María Belén Idemi remarca la unión de los tres padres para conseguir el deseo de su hijo. “Se presentaron en forma conjunta en la demanda, con la misma representación legal para todos y los tres estuvieron en la audiencia junto al niño”.
En esa audiencia, Joaquín, con 4 años, se paró frente a la jueza y señaló primero a su madre, luego a su padre biológico y casi de inmediato a su papá “del corazón” y los identificó a los tres como “sus papás”.
“Tanto la asesora como la jueza no tuvieron más que reconocer una situación de hecho que el niño tenía naturalizada, por sobre las estructuras rígidas del derecho, declarando la inconstitucionalidad del art 558 in fine del Código civil y Comercial de la Nación”, dijo Idema sin de resaltar que “la jueza se la jugó”.
Lo que Joaquín manifestó inequívocamente en esa audiencia ya estaba certificado en el expediente con testimonios de sus maestras del jardín y entrevistas de trabajadoras sociales: “Es un nene que expresa su historia familiar con mucho amor, sus relatos están cargados de emoción acerca de lo que vive con sus papás y su mamá y esto se ve reflejado en sus dibujos, en su comportamiento, en su manera de relatar su historia. Se observa un gran acompañamiento familiar…”, confirmaron las docentes.
Mientras que sus dos abuelas paternas sumaron la naturalidad en la vida cotidiana del nene en el seno de su familia ensamblada y la buena relación entre sus padres.
Tras contemplar la situación de Joaquín la jueza Ferraro, del juzgado 7mo de Familia, argumentó antes de firmar su fallo histórico: “Es necesario visibilizar la pluriparentalidad, y advertir que en ciertos casos la aplicación de algunas normas legales es pasibles de generar tensión entre la voluntad del legislador”.
Y agregó: “Negarle por esta vía continuar ejerciendo el rol parental al padre socioafectivo cuando en materia de adopción integrativa se prevé la posibilidad de la pluriparentalidad pretendida, resultaría discriminatorio para los adultos además de perjudicial para Julián”.
Tras esto la jueza ordenó la confección de una nueva partida de nacimiento en donde figuen los tres apellidos de los padres de Joaquín. Así un nene de 4 años logró que la Justicia rompa las estructuras y se adecuen a su felicidad.
Otro caso de triple filación en Luján
Casi en simultaneo al fallo que le otorgó la “legalidad” de tener dos papás a Joaquín, exactamente al día siguiente, el 7 de septiembre, una adolescente de Luján consiguió el mismo objetivo.
La jueza de familia María Daniela Alma declaró la inconstitucionalidad del artículo 558 del Código Civil y Comercial de la Nación para que esta joven lujanina pase a tener dos papás y una mamá. “Este caso tuvo en consideración el dictamen que hizo en el caso de Joaquín”, remarca la abogada de la familia del nene de Guaymallén.
La historia de Camila fue diferente a la de Joaquín. Su padre biológico abandonó a su madre cuando esta estaba embazada.
A los 8 meses de gestación, la madre de Camila intentó un acercamiento con el padre de su hija, pero fue nuevamente fue rechazada.
Cuando Camila tenía un año, sus abuelos maternos echaron a su mamá de la casa y ambas debieron vivir en la calle. “Dormíamos en centro de salud o en el parque de Luján”, remarcan en el expediente.
Durante esos oscuros días, la mamá de Camila consiguió trabajo en un supermercado y un compañero le ofreció “una pieza del fondo de su casa”. Ese joven que les dio asilo en un momento desesperante, luego se convirtió en su padre. “Desde el primer momento me trató como una hija y yo lo vi siempre como mi papá”, sentenció Camila.
Años más tarde la familia pasó a estar conformada por cuatro. Producto de la relación entre la mamá de Camila y su padre de crianza nació la hermana menor de hoy adolescente con dos papás.
En la vida de Camila no estuvo presente su padre biológico. En 2016 un ADN confirmó lo que todos ya sabían, pero el hombre volvió escapar de sus obligaciones como padre. En 2018 volvió a contactar a Camila pero le aseguró que tenía otro hijo y sus recursos económicos le impedían mantener a dos hijos.
Tras analizar el caso la jueza resolvió hacer lugar a la demanda de Camila. Declaró la inconstitucionalidad del tercer párrafo art 558 y reconoció el derecho de la joven demandante de emplazar a su padre biológico como progenitor sin desplazar a su padre socioafectivo.
*Se usaron nombres ficticios para mantener la identidad de los menores involucrados.