Los relatos de personas que, aun con ingresos por empleo, no alcanzan a cubrir sus necesidades básicas se reiteran, incluso en las conversaciones cotidianas y obviamente lo viven en carne propia quienes deben lidiar con un sueldo “corto”. Es el nuevo fenómeno del “trabajador pobre” al que ahora la Universidad Católica Argentina (UCA) le puso números.
“En los últimos años se observa un elevado porcentaje de ocupados en situación de pobreza. En 2022, el 29,8% del total de los ocupados residía en hogares en esa condición”, advierte en el informe “Escenario laboral en la Argentina pos Covid-19. Persistente heterogeneidad estructural en el contexto de una leve recuperación del mercado de trabajo (2010-2022)”, del Observatorio para la Deuda Social de la institución.
En el trabajo, los investigadores advierten que hay sectores para los que es peor: “Este porcentaje se incrementa a 49,3% en el caso de los trabajadores que no poseen estudios secundarios completos y disminuye a 19,5% en los que culminaron este nivel de instrucción”.
Los salarios han perdido año a año poder adquisitivo frente a una inflación que no cede. De hecho, las personas se han visto obligadas a buscar empleos complementarios o más miembros de la familia se han incorporado al mercado laboral, como ya se ha visto en crisis argentinas anteriores.
En una nota sobre la investigación publicada por Infobae, se hace referencia a la “degradación socioeconómica” de los últimos 12 años, “más allá de la reciente baja de la tasa de desempleo abierto”, subrayan.
“En 2022, el 23,2% de los ocupados realizaba actividades en la economía social y el 30,5% se encontraba ocupado en el sector micro informal de la estructura productiva (actividades laborales autónomas no profesionales o llevadas a cabo en pequeñas unidades productivas de baja productividad, alta rotación y baja o nula vinculación con el mercado formal)”, refiere el documento.
Es decir que gran parte de los trabajadores que han debido buscar ingresos extra se han volcado al sector informal de la economía, con peores condiciones e ingresos. Según el abordaje, 24% de las mujeres activas y 22,1% de los varones activos tenían subempleos inestables en 2022.
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