La pandemia nos llevó a replantearnos varias veces qué es la normalidad, añorar cosas simples como caminar al sol, dar abrazos, salir de nuestras casas en cualquier momento. Y lo que hace 5 meses era inusual -como ver personas con barbijo- hoy es tan cotidiano que pareciera que nunca fue de otra manera.
La flexibilización del aislamiento, y su reemplazo por un distanciamiento responsable, nos permite empezar a desperezar los músculos quietos, tras casi 80 días de sillón, películas y excesos gastronómicos. Pero la falta de entrenamiento es una realidad que se paga caro, al menos así lo aseguran quienes están acostumbrados a trotar kilómetros o pedalear durante horas.
La vuelta al ejercicio, tras la autorización de la Subsecretaría de Deportes, es un deseo tan ansiado como temido, ahora que se hizo realidad.
Los runners
Este es el primer fin de semana habilitado para todo tipo de deportes. Tanto el parque General San Martín como el tiempo soleado y fresco, son la combinación perfecta para entrenar, caminar, o pasear al aire libre. “Desde que permitieron correr, empecé a salir acompañada con una amiga. Y esta semana empezamos a entrenar en grupos pequeños”, dice Mariela Pouso, fanática del running.
“El sentimiento es una mezcla de felicidad de estar al aire libre por un lado, y por otro una depresión porque cuando empezó la cuarentena yo estaba 10 puntos y ahora estoy -10”, aseguró la corredora.
La postal con caminantes, runners y ciclistas empieza a ser cada vez más frecuente en el Circuito del Lago, que se había mantenido vacío durante casi tres meses. “Hay mucha más gente que al principio de las autorizaciones”, cuenta Mariela. Su compañera de entrenamiento, Claudia Ferro, agrega su impresión en cuanto al cumplimiento de las normas para el distanciamiento: “Los que vienen al Parque son muy respetuosos. Casi todos usan barbijo y cumplen con el protocolo. Además hay policías que les piden a los que no tienen el tapabocas colocado que por favor se lo pongan”.
Un equipo de corredores, comenzando con los estiramientos previos a la salida, cuenta entre risas: “Cuesta mucho correr con tapabocas, por el mal estado físico en que estamos después de tres meses quietos”. Algunos dejan parte de la nariz afuera, para poder respirar mejor, aunque aclaran: “El barbijo viene bien para no tragar por la boca todo el aire frío”.
Los ciclistas
Los ciclistas y bikers tienen un método muy difundido para entrenar puertas adentro y que fue de suma importancia durante el aislamiento. Consiste en un rodillo metálico doble donde se apoyan las ruedas de la bicicleta y el trabajo de pedalear es muy similar al que se produce en los circuitos de práctica. “Teníamos clases online, por eso no siento tanto las consecuencias del sedentarismo en cuarentena”, dice Leticia Furlani, integrante de un grupo de bikers reconocido por sus entrenamientos intensivos.
Los paseantes
Muchos mendocinos comenzaron a retomar algunas costumbres que tenían en su vida pre pandemia. Los mates, el picadito, la caminata catártica de amigas, el paseo de mascotas, el cafecito a media mañana en alguno de los lugares que rodean el lago son momentos que, por cotidianos, quizá habían sido infravalorados en cuanto a la importancia que tenían en el día a día.
Y así como los deportistas coparon el Parque, los románticos no se quedaron atrás. Una pareja de adultos reconoció “siempre venimos juntos”, mientras siguieron avanzando a su ritmo, con las manos entrelazadas y la charla de alguna cuestión familiar por resolver.