El precio de los libros no escapó a la disparada inflacionaria, incluso hay casos en los que la superaron. De acuerdo a lo que observan en las librerías, y con amplia diversidad de costos, en promedio el aumento del precio de los libros ha sido de alrededor de 10% por mes en lo que va del año. De este modo, a septiembre puede hablarse de un 90% de incremento.
De todas formas, los relatos de los libreros apuntan a que no hay una realidad unificada al respecto. Por un lado, aquellos que son novedades editoriales de autores reconocidos han llegado a cerca del 100% desde enero.
Por otro, los libros que son de origen importado o que corresponden a un autor extranjero, más si es de renombre, tuvieron en general aumentos superiores al promedio por la devaluación del peso argentino y dado que pagan derecho de autor a precio internacional.
Por el contrario, aquellos libros clásicos, que no tienen derecho de autor o que los proveedores venden como ofertas, han tenido un incremento menor, estimado en el orden del 50% en un año.
Los libreros coinciden en que, luego de la devaluación de agosto, llegaron listas nuevas de precios que la superan. El 14 de agosto el Gobierno aplicó una devaluación de 22% que tuvo impacto sobre el ritmo inflacionario, pero de acuerdo a los relatos, en general luego llegaron aumentos de los libros de entre 25 y 30%.
De hecho, Ivan Miszei, propietario de la librería que lleva su nombre, dijo que el martes terminaba de ingresar una nueva lista de precios, a pesar de aquel aumento que había sido, en su caso, de 30%, lo que implicaba un incremento total de 50% en menos de un mes y medio.
Llegó justo cuando estaban en pleno preparativo para la Feria del Libro de Mendoza, que se inició el viernes y culmina el 8 de octubre en el auditorio Ángel Bustelo.
“Hay muchos libros que ya tenía marcados, es más, ya están en caja y todo y me llegó este miércoles un listado nuevo, así que como ya están listos y no podemos hacer todo de nuevo, los vamos a llevar a la feria con los precios viejos. Así es que va a pasar como pasa en Argentina: los aumentos los vamos a absorber los comerciantes”, comentó este librero de gran experiencia en el rubro.
“Estoy notando que el aumento es sumamente considerable. Desde que fue la devaluación, yo he notado que el aumento ha sido no un 20%, sino casi un 50″, añadió Miszei.
Los relatos apuntan a que algunos proveedores han tenido un ajuste más constante y menor mientras que otros quizás estaban dos o tres meses sin aumentar y luego aplicaban 25 o 30% todo junto.
Costos y ventas
En Librería Técnica estimaron un incremento en el precio de los textos de, al menos, 70 u 80% este año y señalaron que llegan muy pocos productos importados. Mauro Di Barbera, el dueño, dijo que los costos van en paralelo con el dólar oficial porque, de hecho, el precio del papel está atado a este.
Como otros en el rubro, ha notado una disminución en las ventas: “Quizás un 20%, por lo menos”, estimó.
En García Santos explicaron a Los Andes que después de la devaluación, inmediatamente después o a principios de septiembre, los valores se actualizaron entre 25 y 30%.
La dueña del comercio, Pilar García Santos, estimó que los precios han sido en promedio lo mismo que la inflación durante este año. “Depende mucho si las editoriales son nacionales o son de afuera. Por más que publiquen en Argentina los precios son elevados y muchos son autores extranjeros que tienen que pagar derechos de autor en dólares”, explicó.
García Santos consideró que no han bajado las ventas pero gracias al turismo, sobre todo chileno. “Los meses que no venían (NdeR: por el cierre del paso internacional) habían bajado un 30% las ventas”, observó la comerciante. Dijo que también van muchos uruguayos y brasileños y que los turistas suelen llevar varios libros.
Además, García Santos comentó que los libros de estudio están llegando poco porque son importados y, como no hay dólares, les dan un cupo, ingresa poco y en general llega a Buenos Aires.
En cuanto a los costos, Di Barbera indicó que, por ejemplo, los libros jurídicos, de estudio, siempre han sido caros y pueden rondar los $20.000. Pero hay libros de estudio que pueden estar en $50.000 o $100.000.
Una novela, en promedio puede costar $12.000 o $14.000. Y aquí empieza la brecha: una extranjera, como Stephen King, puede costar unos $20.000, una nacional unos $8.800 y una autora como Isabel Allende alrededor de $12.000.
Además, según ha notado Miszei, los libros escolares subieron más que los libros comunes. Tomó como ejemplo la editorial Lo que Leo, de Santillana, que estaba en $2.300 en enero y ahora en $4.900.
Pero los libros de línea, que son novedades de las editoriales, y libros de mayor venta han tenido incrementos igualmente elevados. Miszei mencionó el caso de “El poder del ahora”, que en enero costaba $3.600 y ahora $7.200.
Estrategias
El contexto amerita estrategias, tanto por parte de los usuarios como de los comercios. Miszei comentó que ya le pasó en 2001 cuando, por no saber bien lo que se venía, vendió su stock en la feria y cuando fue a reponer fue a pérdida. Por eso ya se prepara y evalúa cambiar proveedores y temáticas. “Ya, al menos en mi cabeza, está. Será otro material o trabajaré con otro proveedor, siempre tratando de llevar algún precio coherente, no como las editoriales de libros nuevos, con precios bastante altos”, apuntó.
“El cambiar de proveedor significa que hay algunos libros que quizás no los voy a tener para vender en forma masiva, como ahora, y otros serán de otras editoriales más pequeñas, no con tanto auge o tanto prestigio o con ediciones de inferior calidad”, refirió Miszei ante la consulta de Los Andes.
Dijo que pueden venir con tapas más sencillas o un papel de otro tipo pero, justamente por eso, son más económicos. “Por ahí la gente resigna esas cosas, muchos están resignando autores clásicos o autores de ficción, como Stephen King, que siempre se leyó muchísimo. Ahora, por los precios tan excesivos, se dejaron de leer. Es más, y cambiaron hasta específicamente de autores del género, por ejemplo, están leyendo otros autores de terror y no Stephen King, a pesar de que les guste ese autor”, dijo Miszei.
“Generalmente el lector lo que busca es leer, así que cuando no llega a la opción del libro, por el precio que es elevado, busca opciones narrativas similares para poder reemplazar y no dejar el gusto de la lectura”, observó el librero.
García Santos comentó que sostuvieron las tres cuotas sin interés todo lo que pudieron pero ya no más. Pero de todas formas dijo que en tres cuotas tienen un interés bajo, como 10%. Añadió que sucede que, cuando les interesa un libro, lo compran igual aunque también hay quienes cuando escuchan que vale $12.000 directamente lo dejan.
Otra estrategia que se observa es la compra comunitaria. Sucede que van amigos y compran dos libros diferentes para compartir, o incluso personas que forman parte de un taller literario y compran varios y se los van intercambiando. Lo mismo sucede con los libros escolares, que dos familias compran uno para que compartan sus hijos. Obviamente en libros de estudio se ha perdido hace tiempo en pos de impresiones o transferencias digitales.
Además, los consumidores esperan promociones bancarias o los días en que hay descuentos especiales.