El sistema digital será parte de la ley provincial de Educación

El proyecto de la Dirección General de Escuelas empieza a circular mañana para el debate entre especialistas y las bases. La meta es que toda la sociedad se involucre en la legislación.

El sistema digital será parte de la ley provincial de Educación
Legado. El director general de Escuelas, José Thomas, lideró el equipo de diez personas que elaboró el borrador del proyecto de ley provincial de Educación.

Consenso social, construcción, debate, retroalimentación, diálogo, son las acciones que el director general de Escuelas, José Thomas, pone sobre la mesa para pulir el borrador del proyecto de ley provincial de Educación, que desde mañana empezará a circular entre los diferentes sectores para ser analizado.

En 140 artículos, escritos a lo largo de 32 páginas, la iniciativa armada por un equipo de diez personas pretende ser la base del marco normativo del sistema educativo mendocino. Además de los objetivos que debería cumplir cada nivel, el borrador se dedica a regular la nueva modalidad de aulas que surgió a partir de la cuarentena por Covid-19: la bimodalidad y la educación digital. Pero también se incluye la brecha educativa y la evaluación del sistema.

“Una buena ley de educación te da esperanza porque lo único que le puede dar esperanza a un pueblo es la educación. Queremos que haya consenso y construcción colectiva. No negociación, que es otra cosa. Busquemos una ley en la que todos creamos que va a mejorar la educación en los próximos 20 años”, se sincera el titular de la cartera educativa.

Esta construcción se realizará a través del Congreso Pedagógico Provincial y de una instancia que, a modo de pre congreso, permitirá que todos los sectores involucrados puedan analizar el borrador y hacer su propuesta.

Ese borrador -que durante la entrevista del viernes a la tarde estuvo celosamente custodiado por las manos de Thomas para que no se filtrara nada, ya que el fin de semana sería revisado por sus funcionarios- mañana se presentará al Consejo General de Educación. Entre martes y miércoles se le acercará a los directores generales de Escuelas de las gestiones anteriores (con quienes ya ha compartido una reunión para conocer su punto de vista sobre la educación en pandemia) y en el transcurso de la semana se hará llegar al resto del sistema educativo.

“Quiero que toda la comunidad educativa esté representada: desde las escuelas a través del gremio, o de las supervisoras, o del grupo que quiera. Si se juntan los amigos docentes y ellos tienen una idea, la pueden expresar. Si hay algún grupo de padres que quiere, también puede dar su opinión. Tiene que ser de abajo para arriba y de arriba para abajo. Hay que escuchar a los especialistas y también a las bases. Ésa es la idea del pre congreso”, especifica Thomas a la vez que invita a los alumnos. “Para un buen marco normativo, tenemos que estar de acuerdo todos en un 80 por ciento”, insiste.

Deuda pendiente

La ley provincial vigente (6.970), de enero de 2002 y publicada en el Boletín Oficial en febrero de ese año, habla de EGB y Polimodal. Fue pionera en dos aspectos fundamentales: la inclusión de la sala de cuatro años como obligatoria en el Nivel Inicial y la incorporación de la doble escolaridad o jornada extendida. Sin embargo, quedó atrasada luego de la sanción de la ley nacional en 2006 (26.206). En 2014, se reactivó un proyecto que había dormido casi dos años en la Legislatura, pero no llegó a convertirse en ley. Desde entonces, ha sido una deuda pendiente.

El borrador actual toma “lo bueno” de la ley de 2002 y de la de 2006 y toda la normativa que gira en torno a ella como las leyes de financiamiento educativo, la de 180 días de clases, la de ESI, y todo lo que tiene que ver con perspectiva de género.

“Si esta ley fuera sólo eso, estaríamos legislando 14 años para atrás. Entonces, hay que tomar lo bueno de eso como base y mirar para adelante... La 1420 tuvo vigencia plena 100 años. Eso no va a volver a pasar. Si uno piensa hoy, cuando se sancionó la ley de 2006 no existía el uso del celular como hoy. Hoy no podemos legislar como en 2006 porque el mundo cambió fuertemente”, destaca.

Para Thomas, son tres aspectos los que no pueden faltar en el debate: la adecuación a la normativa nacional vigente, la bimodalidad y la evaluación del sistema.

Uno de los capítulos más innovadores del borrador es el sexto y tiene que ver con la nueva realidad de las aulas en estos tiempos de pandemia y cuarentena. Hace años que se venía hablando y tratando de experimentar con la tecnología dentro del aula. Pero, el Covid-19 obligó a replantear la escuela tal como la conocíamos. Esto dejó muchos aprendizajes y la necesidad de una regulación. Por ello se incluye en el debate la bimodalidad y el sistema educativo digital. “Esta construcción tiene que estar centrada en las competencias del siglo XXI. En 2006, no estaba esto de la bimodalidad. De hecho, la ley nacional prohíbe la educación no presencial para menores de 18. Pero además en 2006, la mayoría de los trabajos no eran bimodales. Hoy, todo es bimodal”, grafica el funcionario, quien recomienda leer el libro de Axel Rivas ‘Quién controla el futuro de la Educación’. “Quien quiera participar de esto que lo lea y pueda decir qué pasa con esto de la tecnología y la educación”, apunta.

Asimismo, estos meses de cuarentena han profundizado la brecha educativa de los distintos sectores. “Creo que un foco importante es lograr disminuir la brecha socioeducativa. No podemos tener los niveles de disparidad entre los que más aprenden y los que menos aprenden y que el primer predictor de esto sea el nivel socioeconómico del lugar donde le tocó nacer o, ni siquiera eso, sino la familia donde le tocó nacer. A veces no es un problema de economía sino del lugar donde le tocó vivir. Y por allí no le va mal económicamente a la familia, pero vive en Ranquil Norte o Bardas Blancas y no hay estudios superiores”, detalla.

Desde el punto de vista del director general de Escuelas, a partir de 2006, toda la normativa apuntaba a la igualdad de oportunidades y demás. “Pero los resultados no han sido buenos. Uno puede decir que la legislación es buena, pero toda la evidencia muestra que la brecha educativa no ha disminuido. En los últimos 20 años, se ha profundizado. De hecho, hay un libro de Narodowski que habla de cómo ha sido el pasaje de la educación pública a la privada en los últimos 15 años en el país, lo cual no es saludable para ningún sistema como el nuestro que creemos muchísimo en la educación estatal como posibilitadora de ascenso social. Creo que tenemos que lograr una ley que logre esos principios, porque a pesar de que la Ley Nacional los buscaba, operativamente no se han logrado”, argumenta.

Otro punto importante en el debate es el tema de la evaluación educativa. “Ha habido mucha discusión y hay contrapuntos ideológicos en algún punto si se quiere. Pero estoy convencido y hay evidencia que muestra que un sistema que quiere innovar, desarrollarse, necesita tener una evaluación, saber cómo se desarrolla. Es difícil innovar y no saber los resultados de esa innovación”, insiste Thomas.

Legado

Thomas, como en cada encuentro, agradece la confianza que el Gobernador le tiene y el aval que le ha dado para generar este proyecto. Pero también demuestra que se prepara y está atento a las publicaciones de los pensadores y analistas de la educación argentina. En la espontaneidad de la charla, repasa autores como Axel Rivas, Mariano Narodowski, Juan Carlos Tedesco, otros que no recomienda pero también ha leído, y los toma de la bioblioteca que tiene a su espalda para releer el párrafo con el que está de acuerdo y quiere recalcar. Es que, desde su punto de vista, para la construcción de esta ley hace falta “leer mucho y escuchar mucho”.

La promesa de campaña de Rodolfo Suárez fue ratificada en el discurso de apertura de las sesiones legislativas el 1 de mayo. La meta es plasmar en una ley marco la educación que se quiere para los mendocinos de las próximas dos décadas. Este proyecto es parte de un plan más ambicioso que incluye otras leyes -que espera puedan salir durante su gestión- como la de creación del Instituto Evaluativo y las que regulen a cada uno de los niveles en particular (Inicial, Primaria, Secundaria y Superior).

-¿Sería como su legado?

-Sí. Es imposible que un gobernador se vaya recordado por la educación en cuatro años por algo que gestionó, porque por más que hagás las cosas perfectas, no las podés mejorar más de un 5%. De hecho, nadie se acuerda de un ministro de Educación por eso. Nos acordamos de las grandes leyes de Educación. Los sistemas educativos se cambian con legislación que después sirvió, o la que no sirvió como la Ley Federal por la que te matan. No hay forma de sacarte el estigma. Eso es lo malo de hacer una mala legislación. Si esto lo hacemos con todo el empeño y sale mal, voy a ser el ministro de la mala ley de educación y me lo merezco porque son las reglas del juego. Pero también el ministro se podrá escudar porque tuvo un mes de un Congreso Pedagógico en el que se escucharon todas las voces y la ley salió por unanimidad. Sería lo que me encantaría que ocurriera.

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