Durante su niñez transcurrida en Quilmes, Buenos Aires, Juan Álvarez amaba jugar con las bolitas, el trompo, el yoyo y las figuritas, pero tener un barrilete significaba para él “tocar el cielo con las manos”. Por eso cuando tenía 5 años aprendió a realizarlos mirando cómo los fabricaba un señor que trabajaba en el club vecino a su casa y no se le olvidó más.
Así es que en distintos momentos de su adultez -que lo llevó a trasladarse a Rivadavia en Mendoza de donde es oriunda su esposa- recuperó el placer por realizarlos y venderlos en distintas ocasiones. Pero con el tiempo había perdido este hábito, hasta que la pandemia de alguna manera lo impulsó a “reincidir”.
Por estos días volvió a fabricarlos con la misma pasión de siempre y a ofrecerlos como un excelente regalo para el Día del Niño. Pero a diferencia de las veces anteriores, sus hijas (son cuatro en total) decidieron compartir la iniciativa en las redes sociales, donde tuvo una repercusión inesperada. Las distintas publicaciones fueron compartidas y comentadas a tal punto que llegaron hasta su Buenos Aires natal.
“Esta idea nace cuando yo era muy niño, si hay algo que me hacía muy feliz eran los barriletes”, comenzó a contar el hombre desde su hogar en Rivadavia. Pero además resaltó que hoy son muy difíciles de conseguir. “De hecho los que yo hago no se encuentran”, aseguró sin ánimo de presumir, pero seguro de sus palabras. Es que él los hace totalmente artesanales y cada uno le lleva alrededor de cuatro horas. “Me voy a un cañaveral y elijo las cañas secas y gruesas. Todas tienen que tener el mismo largo y ancho, lo que lleva su trabajo”, expuso Juan.
Una vez que ya las tiene las corta con un cuchillo bien filoso y va armando las diferentes formas. “Hago modelos de estrella, cometas, redondo, cuadrado hexagonal, hasta hago cajones y barcos, de todo tipo”, enumeró. Él además los diseña con distintos colores, teniendo en cuenta el gusto del agasajado. “Muchos me piden de equipos de fútbol”, añadió. Por último les agrega las colas de acuerdo a los distintos tamaños, para asegurar que cuando los niños corran con ellos puedan levantar vuelo.
Actualmente ya tiene como 10 pedidos para la fecha, pero además tuvo uno muy llamativo. “A mi hija la llamó una chica de Buenos Aires diciéndole que le encantaba la idea, pero que como estaba tan lejos y llevarlo hasta allá era imposible, nos iba a comprar uno para que nosotros se lo regalemos a quien quisiéramos”, contó con la voz quebrada de emoción. Así es que ellos eligieron un pequeño de la zona con discapacidad para alegrarle la jornada.
“La verdad que yo hago este trabajo con mucho amor y me ha traído un montón de alegría y felicidad”, reconoció. Ahora además de sus encargos está elaborando un barrilete muy especial que es para su único nieto. “Lo único que quiero con esto es que los niños sean tan felices como lo fui yo con los barriletes”, cerró.
Para ponerse en contacto con Juan Álvarez se puede llamar al 2634361965 o al 2634275012 o buscarlo Instagram en Juan.Antonioalvarez.
