Aunque parezca una tontería el optimismo y las “buenas vibras” son elementos fundamentales para la salud mental y para ir más livianos por la vida.
Las buenas o malas energías suelen asociarse al mundo de la metafísica, la astrología o incluso a la magia. Sin embargo, hasta el más escéptico huye como una rata cuando ve venir de frente a una persona “negativa”.
En la otra esquina están las personas con “buenas vibras”. Aquellos que siempre parecen tener un buen día y ver el lado lindo de la vida. Estas personas no solo son “buena onda” sino que, además, siempre les pasan cosas buenas o tienen suerte.
Al ver esto es casi inevitable preguntarse ¿estas personas están tocadas por una varita mágica o las cosas que les pasan son consecuencia de la energía que irradian?
Para sorpresa de los escépticos, Luis Rojas Marcos, licenciado en Medicina por la Universidad de Sevilla, doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad de Bilbao (1975), doctor en Ciencias Médicas por la Universidad del Estado de Nueva York (1977) y especialista en psiquiatría en el hospital Bellevue y la Universidad de Nueva York (1969-1972), explica el proceso.
En una columna escrita para EFE Salud, Rojas Marcos afirmó que el indicador más importante del optimismo es la esperanza, “el pan de la vida”. Esperar que lo que deseamos va a ocurrir nutre nuestra ilusión y confianza, y es la energía que nos impulsa a superar adversidades.
“En el fondo, las personas optimistas presagian que alcanzarán lo que desean y perseveran con entusiasmo. Esta actitud les da ventaja en el campo de la salud, del amor, del trabajo y del juego, lo que a su vez les confirma el valor de su perspectiva optimista”, agrega.
Es decir que las personas con pensamientos positivos y buenas vibras conquistan sus metas, en gran medida, por la energía positiva que le ponen en el día a día y los impulsa hacía adelante.
Cinco rasgos para distinguir a una persona con energía positiva
* Sonríen: las personas que transmiten energías positivas se caracterizan por sonreír mucho y con facilidad. Aunque puedan vivir momentos difíciles.
* Son afectuosas: tienden a mostrar su afecto a quienes le rodean. No esconden lo que sienten, sino que despliegan todo su cariño fraternal hacia los demás.
* Tienen un lenguaje positivo: por lo que es difícil escucharlos decir: “no puedo”, “es imposible” o “esto es complicado”.
* Son creativas: les gusta probar retos, aprender constantemente, buscar los novedoso y enseñar a otros sobre lo que han aprendido.
* Evitan a las personas con energías negativas: no les gustan las personas que se están quejando todo el tiempo o que viven sumergidos en las críticas.