La llegada de las fiestas de Fin de Año y de Año Nuevo, con la Navidad y los Reyes Magos como grandes protagonistas y la sana costumbre de hacer regalos para estas fechas, ponen una vez más sobre la mesa una problemática siempre vigente: el mascotismo. Es decir, aquella costumbre -nada sana, a diferencia de la de entregar regalos- de mantener cautivos a ejemplares de la fauna silvestre y forzarlos a convertirse en animales domésticos, en mascotas.
Loros (entre otras aves), tortugas (entre tantos reptiles) y hasta monos son, solo por mencionar a algunos, las principales víctimas de esta práctica que pareciera haberse naturalizado en muchos casos. Y que, por lo general suele ir de la mano del tráfico ilegal y clandestino de especies animales.
“Se considera animales silvestres a aquellas especies que viven en hábitats naturales y restringidos, que necesitan justamente de ese hábitat natural para sobrevivir. Su presencia genera ecosistemas y la convivencia con otras especies hacen al equilibrio y dan salud a los espacios. Por ello mismo no es recomendable llevarlos a las casas”, explica la coordinadora de Lucha contra el Tráfico de Vida Silvestre de WCS (Wildlife Conservation Society), Carina Righi.
La WCS, junto a la Fundación Temaikén y al Instituto Jane Goodall Argentina impulsan actualmente la campaña #NoSoyMascota, a través de la cual buscan desalentar justamente la demanda de fauna silvestre como animales domésticos.
Según explicaron desde las organizaciones que impulsan la campaña, esta conducta -peligrosa y muchas veces hasta inconsciente, dada cierta naturalización- es una una de las principales causas de pérdida de biodiversidad, ya que alienta -en simultáneo- el tráfico de vida silvestre.
“Es muy común, entre las familias que intentan adoptar animales silvestres, que se encuentran con grandes conflictos. Ellos van desde comportamientos agresivos hasta la presentación de necesidades que no podemos satisfacer, ya que la vida silvestre tiene comportamientos naturales. Otro factor muy importante es el que tiene que ver con la salud, no solo den animal, sino de las personas, ya que los animales transmiten enfermedades zoonóticas que pueden ocasionar problemas graves. El caso más común es el de los loros y guacamayos, que transmiten psitacosis”, resume Righi. Y advierte: “No tenemos que olvidarnos que la pandemia de Covid-19 vino de una zoonosis, de un murciélago”.
Entre tantos datos alarmantes que rodean a la mascotización -y de acuerdo a los registros del trabajo de las 3 entidades que participan de la campaña-, uno de los más impactantes tienen que ver con el tráfico ilegal de vida silvestre (cuarto negocio ilícito a nivel mundial y la segunda causa mayor de pérdida de biodiversidad). En Argentina hay, al menos 135 especies silvestres afectadas por esta problemática y, de ellas, 20 de ellas están en peligro de extinción.
POR QUÉ NO TENER FAUNA SILVESTRE COMO MASCOTA
Loros, guacamayos, cardenales amarillos, tortugas, lagartos y hasta víboras o ejemplares pequeños de monos son los principales animales involucrados en esta peligrosa costumbre de adoptar -o intentar hacerlo- animales silvestres como mascotas.
“Uno de los grandes problemas de la vida silvestre es que la gente no tiene mucho conocimiento ni identifica el riesgo de tenerla como mascota. Muchas veces, la gente es consumidora de un comercio ilegal -sin saberlo- en ese afán de querer tener animales silvestres en nuestros hogares. Por ello mismo es que esta campaña apunta a estar informados de qué es un animal silvestre y cuáles son los domésticos, que son aquellas especies evolutivamente criadas para ser de compañía”, destaca Righi, de WCS, a Los Andes.
En ese sentido, la especialista insiste en es una “falacia” creer que cualquier especie silvestre, si es adoptada y quitada de su hábitat natural de pequeña, va a adaptar hábitos domésticos y perder sus comportamientos naturales.
“Cuando el animal silvestre es cachorro, puede tener ciertos comportamientos que lo hacen confundir con uno doméstico. Pero, cuando crece, adopta otros comportamientos más de la silvestría. Eso es lo que pasa, por ejemplo, con los monos. De pequeños generan empatía, pero crecen y tienen comportamientos silvestres, que pueden ser peligrosos”, detalla la referente de WCS.
Como bien explicó Righi, la mascotización de animales silvestres trae aparejado el riesgo de zoonosis. Y es que, al extraerlos de su ambiente natural, estos animales silvestres pueden transportar y dispersar patógenos (virus, bacterias y hongos) en nuevos ambientes, lo que pone en riesgo la salud humana. Esto se agrava, además, por las condiciones extremas de deshidratación y hacinamiento en las que suelen ser transportados, más teniendo en cuenta que, al ser clandestino, intentan ocultarlos.
“Se estima que 75% de las nuevas enfermedades descubiertas en la última década son de origen zoonótico. La diseminación de este tipo de enfermedades, como el Covid-19 y la viruela del mono, se intensifican por el tráfico de animales silvestres, la destrucción de sus hábitats y el cambio climático. Si conservamos a la fauna en sus ambientes naturales, podemos terminar con la posibilidad de ‘salto’ y evitar futuras pandemias”, agrega por su parte Carina Righi.
LOS ANIMALES SILVESTRES MÁS TRAFICADOS EN ARGENTINA
El tráfico ilegal de fauna no solo significa una amenaza a las personas ante la posibilidad de que surjan comportamientos o enfermedades que pueden ser riesgosos para quienes rodean a estos ejemplares -cuando son ajenos a su hábitat natural-. Otra problemática que trae aparejada esta práctica creciente tiene que ver con la pérdida de biodiversidad.
Según la Brigada de Control Ambiental del recientemente disuelto Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, el listado de las especies más traficadas está integrado por la tortuga terrestre, el loro labrador, el tucán, el flamenco y las aves pequeñas.
“También es creciente la cantidad de felinos y monos traficados, como el caí y el carayá negro y dorado. La extracción masiva de estos animales de la naturaleza provoca desequilibrios importantes en todo el ecosistema”, aporta a su turno la coordinadora del Comité Ejecutivo del Instituto Jane Goodall Argentina, Laila López Gouland.
A raíz de la naturalización de la tenencia de ciertos animales -que siempre han sido silvestres y nunca han dejado de serlo- como mascotas es que surgen importantes conflictos también.
“A mucha gente la tortuga le parece un animal ‘fácil de tener’ como mascota. Pero es un animal que también requiere de una dieta muy balanceada. Pensar que uno va a tener un loro o una tortuga porque ama a los animales y los va a tratar bien suele ser un error muy común. Con decir que la tortuga terrestre se encuentra actualmente en riesgo de extinción serio por esta costumbre de tener tortugas en casa”, indica la coordinadora de Lucha contra el Tráfico de Vida Silvestre de WC.
TRÁFICO DE FAUNA SILVESTRE EN ARGENTINA: NÚMEROS QUE ALARMAN
De acuerdo al estudio de las entidades involucradas en la campaña #NoSoyMascota (WCS, Fundación Temaikén y el Instituto Jane Goodall Argentina):
- 80% de los animales que se trafican en Argentina son de origen autóctono (extraídos directamente de la región).
- De cada 10 animales capturados, solo 1 sobrevive.
- Solo 50% de los animales que lograron rescatarse pueden ser reinsertados en la naturaleza.
- 75% de las nuevas enfermedades descubiertas en la última década son de origen zoonótico.
- De acuerdo al Informe Planeta Vivo, se redujo 94% de las poblaciones de vertebrados silvestres de América Latina y el Caribe en los últimos 50 años, por lo que es fundamental que cada animal pueda mantenerse en su hábitat natural.
- 290 cardenales amarillos ya llegaron al Centro de Recuperación de Especies Temaikén (CRET), producto de incautaciones. Esto representa 14,5% del total de individuos maduros que se estima quedan en la naturaleza.
CÓMO INFORMARSE Y DENUNCIAR TRÁFICO DE FAUNA SILVESTRE
A través de la campaña #NoSoyMascota, se apunta a contrarrestar y desalentar el mascotismo para, de esa manera, también desalentar el tráfico ilegal de fauna silvestre.
Por esto mismo es que se recomienda a quienes busquen una mascota:
- Informarse antes de decidir y no comprar animales silvestres. Al pensar en comprar o adoptar una mascota, es clave tener información segura sobre su origen y legalidad.
- Prestar atención a lo que se comparte en redes sociales. Y, como usuarios, evitar promover involuntariamente actividades ilegales o dañinas.
- Actuar proactivamente y denunciar la venta ilegal de vida silvestre y ayudar a otras personas a comprender que ciertos animales no son mascotas.
En Mendoza, quienes quieran denunciar casos de tenencia y comercio ilegal de fauna pueden hacerlo a través del portal de denuncia en internet de Ambiente (www.mendoza.gov.ar/ambiente). También pueden hacerlo telefónicamente a la Dirección de Recursos Naturales Renovables (0261 2457065, interno 25) o al 911.