El domingo se llevó a cabo la XXIII Fiesta de Disfraces (FDD) de Paraná, la más grande de América Latina en su tipo, ya que contó con la asistencia de más de 45 mil presentes caracterizados de sus personajes favoritos.
Si bien la multitudinaria fiesta se realiza anualmente, hubo una edición titulada “El Yin y el Yang” en marzo de este año a modo de excepción, debido a la pausa por la pandemia de coronavirus que canceló las ediciones 2020 y 2021.
Artistas como Emilia Mernes, L-Gante, el grupo de cumbia Ke Personajes y el DJ croata Denis Horvat encabezaron el show.
Además, el evento mantuvo su campamento durante todo el fin de semana y colmó la capacidad hotelera de la capital entrerriana y otras ciudades de la región, como Santa Fe, María Grande y Crespo, con visitantes de toda Argentina y de países vecinos.
Miles de personas recorrieron desde temprano toda la ciudad disfrazados y cerca de las 22 comenzaron a trasladarse a la fiesta, en un predio al aire libre de 14 hectáreas especialmente acondicionado en el Acceso norte.
Según informó Télam, dentro del predio había espacios como el clásico VIP, un espacio Black con vista preferencial al escenario principal; el espacio Gold, con vista preferencial al escenario electrónico, y otra innovación: el “Grossteiner Downtown”.
“Siempre tratamos de innovar, palabra clave para la FDD”, afirmó Ioy Uranga, uno de los organizadores, en referencia a ese espacio libre donde “hubo diversión, servicios y una experiencia integral”. El espacio contó con un domo para vivir “sensaciones similares a la de los planetarios”; un sector de diferentes juegos y actividades con premios, barras, terraza y atracciones tipo kermesse.
Para Matías, un cordobés que fue médico por una noche, fue su segunda FDD, esta vez “con siete amigos”, todos con disfraces distintos. En cambio, un grupo de árabes oriundos de Tigre son los mismos todos los años, aunque para esta edición explicaron a Télam que trajeron una carpa grande y se instalaron en el “Campamento Manija”, a 500 metros del predio.
En el lugar hubo un “all-inclusive” con 2.000 plazas entre carpas y cabañas, y cinco piletas con juegos y toboganes, baños, comida, música y una fiesta el día anterior, con DJ en vivo.
La fiesta se originó en 1999, cuando seis amigos festejaron juntos sus cumpleaños en agosto y salieron con sus disfraces junto a un grupo reducido de allegados, y en los años siguientes creció el número de personajes y disfraces, y en 2002 resolvieron alquilar un salón del Puerto Nuevo, la primera vez que se cobró entradas.