Manuel Chalabe (72), ‘Manolo’, es un vecino de Fray Luis Beltrán (Maipú) que se afana por contar los recuerdos de cómo era la vida en su pueblo durante su infancia y adolescencia. Parecieran ser los ecos de un pasado que hoy se muestra como idílico, de un mundo que no existe, pero son recuerdos amalgamados con nostalgia, añoranza y un fuerte sentimiento de pertenencia.
Por eso, Manolo decidió transformar el afecto por ‘su’ lugar en acción: el rescate de la memoria colectiva con cientos de imágenes antiguas que fue pidiéndole a la gente de la comunidad y con las que armó una suerte de archivo fotográfico común que revelan cómo fue y cómo cambió la vida a lo largo de las décadas.
Una historia familiar que termina siendo de todos
La villa cabecera nació allá por el año 1910 luego de un intercambio de terrenos y posterior loteo de parcelas frente a la estación del ferrocarril, en lo que hasta ese momento eran terrenos cenagosos. Tras esa primera división y venta, comenzaron a arribar varias familias cuyos orígenes eran de lo más diverso debido a la ola inmigratoria, conformando las bases de lo que sería la comunidad.
Pero pasaron los años, las décadas y esa fundación comenzó a olvidarse paulatinamente hasta que el dato se perdió de la memoria y los archivos. En ese punto aparece Manuel Chalabe.
“En los años 60, nuestra generación rompió con todo, el choque con la herencia de nuestros viejos y abuelos hizo que se cortara toda la transmisión cultural. Yo estuve muchos años en EEUU y vi cómo ellos conservan las tradiciones, los aprendizajes de generaciones previas. Esto hizo que sea un país grande. Algo de eso se está despertando acá”, detalla Manuel.
Esa semblanza es el punto de partida para contar el origen de su familia y de cómo su árbol genealógico terminará uniéndose a la historia del pueblo que los cobijó: “Mi abuelo Alí vino de Siria a Mendoza en 1922 con sus dos hermanos. Tras varias idas y vueltas, mi pudo establecerse como comerciante acá”, relata y luego cuenta que su papá nació en 1927.
En ese punto el relato cronológico se detiene y Manuel pasa a décadas recientes, a su historia personal: “Yo me fui del país en 1982, después de la Guerra de Malvinas. Me fui a Miami y estuve más de dos décadas ahí, pero no quería envejecer en una sociedad fría como esa y volví en 2007. Estando acá, en el año 2010 me di cuenta que Beltrán estaría cerca del centenario de su fundación porque mi padre, Mohamed, se acercaba a los 90 años y mucho antes de que él naciera la villa ya existía”.
Con esa reflexión, comenzó el afán por indagar los orígenes de Fray Luis Beltrán y de encontrar la fecha exacta de su fundación.
Manuel Chalabe, el ‘segundo fundador de Beltrán’
Con el objetivo de encontrar algún dato que diera prueba de la fecha de fundación de la villa cabecera de Fran Luis Beltrán, Manuel rastreó documentos en varios archivos provinciales, entre los que se destacó el del diario Los Andes. De esta forma, pudo determinar los orígenes de los terrenos y cuándo nació el nuevo poblado.
“La escritura más vieja que encontré de estas tierras es de 1855, a nombre de un tal Marcos Flores. En el 10 de mayo 1900 Rufino Ortega (h) se los compra Flores, pero el 5 de febrero de 1903 Ortega se lo vende a un tal Knoll”, explica Chalabe, quien luego prosigue: “El 12 de febrero de 1906 Ortega se los vuelve a compra a Knoll y el 12 de junio de 1910 los pone a la venta. Allí se crea la villa cabecera”.
El dato preciso de los loteos y venta de parcelas estaba en el archivo del Los Andes: “Enrique Ottone. Hoy 12 de junio a las 2 p.m. sobre el mismo terreno. “La villa de Fray Luis Beltrán”, sobre la estación del mismo nombre. 18 manzanas divididas en 300 lotes”, rezaba parte del edicto publicado en Los Andes.
“Para ese entonces ya existía en el lugar la mansión de Rufino Ortega (h), que es de 1906, y a su lado estaba la bodega ‘El trapal’, propiedad de misma la familia. Ellos producían un vino llamado ‘El Resplandor’ que será el origen del nombre de toda una localidad ubicada detrás de la estación del ferrocarril”, agrega Chalabe.
La tarea del rescate de la memoria fotográfica
Desde su regreso a la Argentina en 2007, Manuel Chalabe volvió a Beltrán y allí instaló un local de cobro de impuestos y boletas de servicios. Ese contacto con los vecinos le permitió pedirles a sus clientes que le cedieran fotos de antaño para poder armar una suerte de archivo personal que diera cuenta de cómo fue la vida en el pueblo tiempo atrás.
Así, fue conformando un registro que arranca con una imagen de 1882 en la que se ve un campamento de ingenieros del ferrocarril trabajando en la colocación de las vías –no está claro si es en distrito- y que llega hasta la actualidad con la construcción de la red de cloacas en la villa cabecera y sus alrededores.
“Tengo 480 fotos, desde el siglo XIX hasta el presente y están impresas en papel fotográfico, ordenadas por temas. La que más representa a este pueblo es la casa de Ortega, es la que le da origen a la villa. Creo que es la primera casa de Beltrán. Acá hubo mucha actividad hasta los años 80: campeonatos, speedway, cine. Cuando el ‘fraile’ subió a la Primera, la liga mendocina exigía tribunas, por eso hubo un gran aportante para mejorar el club que fue Rafael Alonso, pero el resto de los vecinos aportaba una bolsa de y después de sus trabajos se iban al club para ayudar con trabajos. Beltrán tenía la camiseta de River hasta el ‘59, pero Arrieta, el sastre del pueblo, decidió cambiar los colores por los de la bandera de Italia”, lanza como dato futbolero al pie.
“En 1960 pasó el Turismo carretera por el pueblo y eso fue todo un suceso: los Gálvez, Gastón Perkins. La familia iba a acompañar al equipo. En 1960 vino Alberto Castillo al pueblo, fue una revolución”, rememora como hito.
La recuperación de la estación del tren, el viejo hospital Metraux y la junta de firmas
Tras varias idas y vueltas, no exentas de dificultades burocráticas, los vecinos se encaminan a la constitución de la nueva unión vecinal con dos objetivos iniciales muy claros: recuperar la estación del ferrocarril y el viejo edificio del hospital Alfredo Metraux.
En el caso de la estación, la unión vecinal puja por rescatar las centenarias construcciones –hoy usurpadas- y establecer allí una cafetería, un parador turístico y aguardar la concreción del regreso del tren de pasajeros, para posicionar a Beltrán como punto de conexión entre el tren, los colectivos de media distancia y los pueblos que están entre Mendoza y el Este provincial.
En el caso del viejo hospital, los vecinos buscan recuperar las instalaciones para transformar ese espacio en una biblioteca popular, el museo del pueblo y un espacio para congregar a personas mayores de edad.
Qué dijeron los organismos que tienen responsabilidad sobre los edificios
Jorge Omar Giménez, de la empresa estatal Trenes Argentinos, aseguró que se están realizando varias gestiones para recuperar muchas estaciones del ferrocarril, lo que se enmarca en la recuperación general del medio de transporte.
“La idea es la recuperación plena y las estaciones están contempladas en ella y está bueno que exista el espíritu comunitario de los vecinos en esta tarea. Está la decisión de que el tren de pasajeros vuelva a Mendoza”, puntualizó aunque remarcó que por el momento no hay plazos.
Desde el Ministerio de Salud confirmaron que el viejo hospital Metraux es un inmueble que es propiedad de esa cartera y recomendaron que si los vecinos tienen intención de reutilizarlo, realicen un petitorio a esa repartición.
Eduardo Mezzabotta, secretario de Infraestructura y Servicios Públicos de Maipú, aseguró a Los Andes que en el caso del viejo hospital Metraux se ha hecho un planteo a la provincia para recuperar el edificio, ya que el nuevo hospital funciona en terrenos cedidos por Maipú.
Sobre la estación de trenes, detalló que se trata de espacios de la Nación y que ahora están usurpados por lo que debe intervenir la justicia federal. Sobre este punto, remarcó que se desarrolló el ‘Parque los Eucaliptus’ al costado de parte de la traza del tren para frenar la ocupación ilegal del espacio.
“La comunidad ha sido muy proactiva y siempre apostamos a estar cerca de ellos. La cosa se complica cuando no son jurisdicciones municipales”, agregó y sostuvo que no descartan que en futuros acuerdos que se pueda hacer uso de esos espacios: “En el distrito no hay muchos lugares para los vecinos, carece de esos espacios y la recuperación sería importante”.