“Escondida”, el libro de una mendocina que procura ayudar a quienes dudan de su identidad

La autora, Mónica Robert, contextualiza la novela en 2015, cuando aparece en Mendoza la nieta restituida número 117. Será presentada hoy en la Feria del Libro.

“Escondida”, el libro de una mendocina que procura ayudar a quienes dudan de su identidad
Escondida, libro de la autora mendocina Mónica Robert, será presentado hoy en la Feria del Libro.

“La abuela nos enseñó que en la escondida, el juego terminaba recién cuando aparecían todos”.

Con este microrrelato tan gráfico como real, Mónica Robert, autora de “Escondida”, que cuenta la historia de alguien que quiere -aunque no se atreve- a encontrar su identidad, presenta su novela hoy en el espacio de la Biblioteca del Congreso, en el predio de la Feria del Libro.

Mónica Robert, autora del libro Escondida
Mónica Robert, autora del libro Escondida

La presentación contará con la presencia de Claudia Domínguez Castro, nieta restituida número 117, quien brindará su testimonio, y la politóloga Alicia Boggia, quien desarrolla los temas de Memoria, Verdad y Justicia.

Si bien fue publicado en septiembre último y presentado en Mendoza también el año pasado, hoy el libro se oficializará en la feria más importante del país con gran expectativa para esta psicóloga y docente nacida en

Claudia Domínguez Castro, la nieta recuperada (Gentileza de Seba Heras)
Claudia Domínguez Castro, la nieta recuperada (Gentileza de Seba Heras)

los 80.

“Nací en tiempos de la dictadura cívico-militar y, por lo tanto, se trata de una temática que me atravesó toda mi vida. El libro habla de Alba y la búsqueda de la verdad”, resumió la autora.

“Sin embargo, también se refiere a quienes acompañan a las personas que dudan de sus orígenes por la paciencia y el sostén que, en muchos casos, deben poner en práctica”, señaló, en diálogo con Los Andes.

“Por eso el objetivo es no solo llegar a los protagonistas, que hoy tienen 40 a 45 años, sino a quienes transitan el proceso a su lado y también a la sociedad en su conjunto.

“Porque siempre podemos estar cerca de estas historias, podemos escucharlas a la vuelta de la esquina. En definitiva, la idea es lograr que aparezcan todos los nietos”, opinó.

La novela posee, además, información de lugares y organismos de Mendoza ligados a la represión.

“De hecho está contextualizado en Mendoza a partir de 2015, cuando aparece Claudia Domínguez Castro, la nieta restituida número 117″, insistió la autora, para agregar: “Alba, la protagonista, tiene miles de preguntas y síntomas en el cuerpo, por eso comienza a faltar a su trabajo, presenta infecciones urinarias y duda a partir de preguntas de los demás”, enumeró.

Agregó que en aquella época del gobierno militar sucedieron muchos hechos dramáticos en Mendoza.

“No fueron solo en Buenos Aires o en las grandes ciudades. Por eso la novela habla de otras historias cercanas, del exilio, las torturas y las desapariciones con el impacto que todo esto provoca y sin que se trate de un golpe bajo”, finalizó.

Hija de Susana, concertista de piano, y de Edgardo, artista visual, ambos perseguidos por la dictadura, Mónica vivió sus primeros años en Buenos Aires para retornar a su provincial natal, Mendoza, en 1983.

Su padre siguió perteneciendo a listas negras y no volvió a trabajar como antes. Murió algunos años después. Su mamá siguió trabajando y Mónica y sus hermanas quedaron al cuidado de las abuelas buena parte de día.

Su primera novela fue “Con este sol: de letras, mujeres y un diván”, fue publicada en 2018 y reimpresa dos veces en 2019.

La historia de Claudia

La novela se ubica en 2015, precisamente cuando aparece la identidad de Claudia, hija de Walter Hernán Domínguez y Gladys Cristina Castro. En la conferencia de prensa, sorprendió el parecido de Claudia con su mamá, secuestrada en Godoy Cruz en 1977.

Su mamá Gladys nació el 23 de noviembre de 1953 en Guaymallén. Su papá Walter nació el 30 de marzo de 1955, en Ciudad. La joven estudió diseño y él, arquitectura, ambos militaban en el Partido Comunista Marxista Leninista.

En noviembre de 1976, cuando Walter terminó el servicio militar, se casaron. Gladys trabajaba en una panadería y el joven era chofer de una línea de micros. El 9 de diciembre de 1977, en un operativo a cargo de supuestos policías pero que, en realidad, fue montado por militares, el matrimonio fue secuestrado en su casa de la localidad de Godoy Cruz y nunca más se supo de ellos ni del hijo o hija que esperaban para marzo de 1978.

Desde el momento de la desaparición de los jóvenes, las familias Domínguez y Castro emprendieron la búsqueda. Fueron al Arzobispado, al comando de la IV Brigada Aérea, a la SIDE, presentaron hábeas corpus, y en ningún lugar recibieron respuestas.

Al enterarse de otros casos como el suyo, la abuela María Assof viajó por primera vez en su vida a Buenos Aires y se contactó con las Abuelas de Plaza de Mayo, donde se radicó la denuncia sobre la desaparición del matrimonio y se emprendió la búsqueda colectiva del niño o niña. A partir de entonces, las dos familias viajaron regularmente a Buenos Aires a aportar datos o preguntar cómo venían las investigaciones.

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