El fin de año está a un paso y si bien es tiempo de celebración para la mayoría, se trata de un momento que lleva consigo muchas cargas. Algunas incluso sobrepasan los recursos con los que se cuenta para afrontarlo.
Cerrar ciclos, actividades, adaptarse a nuevos horarios, balances, el cansancio, las reuniones, son algunas de las situaciones que se presentan y generan estrés y ansiedad.
Todo esto se da mientras las personas suelen enfrentarse a una serie de expectativas sociales, personales o laborales que pueden generar angustia, inquietud o incluso agobio, tal cual señalan especialistas de Fleni, una entidad dedicada a la prevención, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de las enfermedades neurológicas.
La ansiedad es una respuesta emocional y física que se desencadena ante situaciones de incertidumbre, estrés o sobrecarga, “la ansiedad puede desencadenarse por la sobrecarga de actividades, ya que, durante estas fechas, las agendas se llenan de eventos, compras y tareas adicionales que pueden generar cansancio, estrés o la sensación de no tener tiempo para uno mismo” explica la doctora Elsa Costanzo, jefa del Servicio de Psiquiatría de Fleni.
La especialista indica también que la ansiedad puede generarse por la exigencia personal, ya que a medida que finaliza un año, algunas personas reflexionan sobre lo logrado o no logrado, lo que puede generar frustración o una sensación de vacío.
Incluso aparecen ciertos miedos e incertidumbre por lo que depara el futuro o el peso de pérdidas que puede haber habido durante el año que se va o anteriormente, lo que hace confrontar con las ausencias, que quizás muchos no tengan elaboradas.
Estrategias para sobrellevar el fin de año
Ante este escenario, los especialistas brindaron algunas sugerencias para transitar el cierre de este año en armonía.
- Aceptar lo que no se ha logrado: el final del año es un buen momento para reflexionar sobre lo que hemos vivido, sin juzgar por lo que no se alcanzó. Las metas pueden haberse transformado y cambiado las prioridades. La autocompasión es clave.
- Establecer expectativas realistas: las festividades no tienen que ser perfectas. Aceptar que no todas las cosas saldrán según lo planeado puede aliviar la presión. La perfección no es el objetivo, sino disfrutar del momento y compartir en armonía.
- Desconectar y priorizar el autocuidado: en un entorno lleno de actividad y compromisos es importante encontrar espacios de descanso para uno mismo. Practicar la meditación, leer un buen libro, tomar un baño relajante o simplemente descansar sin preocupaciones.
- Evitar compararse con otros: las redes sociales, especialmente al final del año, están llenas de imágenes de “momentos perfectos”. No caer en la trampa de compararse con lo que otros parecen estar haciendo. Cada persona tiene su propio ritmo y proceso.
- Practicar mindfulness: las técnicas de respiración profunda o la práctica de mindfulness pueden ser muy útiles para reducir la ansiedad en momentos de estrés. Tomar unos minutos para estar presente y conectar con el momento puede ayudar a liberar tensiones.
- Repasar el recorrido propio durante este 2024 con compasión: si la costumbre es hacer miradas retrospectivas y “balances” del año transitado, es importante tomar un tiempo para reflexionar sobre ellas sin juzgar. Pensar en lo que se ha aprendido y en lo que a uno le gustaría seguir cultivando en el nuevo año, pero sin presiones por llegar a la perfección.
- Fomentar relaciones saludables: en caso de sentir ansiedad en reuniones familiares o sociales, es importante buscar rodearse de personas que aporten bienestar. Si no es posible, procurar establecer límites claros para proteger la paz mental.
- Conectar con la gratitud: hacer una lista de lo que se agradece del año puede ayudar a cerrar el ciclo con una actitud positiva. La gratitud disminuye la ansiedad y permite ver lo que se ha vivido de una manera más equilibrada.
- Aceptar la imperfección: finalizar el año con la intención de cuidar el bienestar emocional y aceptar la imperfección.
En este sentido, la doctora Costanzo sostiene que “si se siente ansiedad, no hay que juzgarse; es una respuesta natural. Hay que tomarse el tiempo para reflexionar, descansar y renovar la energía para el nuevo año, sabiendo que se puede empezar de nuevo cada día. La paz interior no depende de las circunstancias externas, sino de cómo logramos gestionarlas”.