Las sociedades, a nivel mundial, han ido adquiriendo paulatinamente conciencia de las profundas modificaciones que ocurrieron y siguen aconteciendo sobre los elementos del sistema natural del planeta como consecuencia de acciones humanas negativas. Uno de los componentes que mayor número de impactos ha recibido es el relieve. Se ha afectado su conservación y, en algunos casos, se llegó a la desaparición del mismo, consecuencia preocupante ya que se trata de un recurso no renovable.
En función de esta realidad, la pregunta a plantear es: ¿qué acciones de protección pueden implementarse? La respuesta surgida en países que comenzaron a prestar atención al relieve como patrimonio o patrimonio geomorfológico, es que se necesita generar interés en los habitantes para que conozcan semejante capital, que lo valoren a partir de diferentes criterios y establecer estrategias para difundir esos valores. La meta debe ser el convencimiento sobre la necesidad de su cuidado para el disfrute de generaciones actuales y futuras.
Conocer, valorar y promocionar geoformas permitirá que diferentes actores territoriales tomen conciencia del potencial de las mismas (científico, cultural, histórico, educativo, paisajístico, turístico, etc.) para de esta manera, disminuir su vulnerabilidad frente al uso público. Sin duda, esto supone un cambio positivo en las relaciones relieve-hombre, sensibilizando al ser humano sobre la necesidad de ampararlo como riqueza comunitaria.
La Provincia de Mendoza alberga una multiplicidad de formas de modelado terrestre en diferentes escalas. Esta certeza hace posible afirmar que posee un importante patrimonio que se manifiesta a través de la existencia de numerosos lugares de interés geomorfológico, a los que se define como relieves individuales o conjunto de morfologías que se encuentran en un lugar o sitio y que contienen valores científicos, añadidos y de uso derivados de la percepción humana, siendo su gestión y protección fundamental.
Sin protección legal
Con el objetivo de dar a conocer valores y difundir diferentes enclaves geomorfológicos de Mendoza considerados patrimoniales y que no cuentan con una figura de protección legal, se publicó el libro electrónico “Lugares de Interés Geomorfológico de la Provincia de Mendoza, Argentina. Patrimonio para conocer, poner en valor y conservar” (Jagüel Editores, 2022, con auspicio de la Facultad de Filosofía y Letras,UNCuyo).
La selección de los relieves se realizó en función de sus valores científicos al presentar características especiales que los hace singulares o poco frecuentes en la provincia, debido a sus orígenes, evolución pasada y actual y la asociación con otras formas patrimoniales. A esta connotación se sumaron valores añadidos como el atractivo visual que suscita un bello paisaje y lo cultural- histórico, que se manifiesta cuando existe una interdependencia entre las particularidades morfológicas con el hombre por contener aspectos históricos, arqueológicos, religiosos, leyendas, mitos o ser evocación para artistas. Se considera, además, el valor de uso que depende de la aptitud del relieve para ser utilizado por el hombre en diferentes actividades y como medio educativo al permitir interpretar los procesos que elaboraron las geoformas y de los que rigen su evolución. Estos aspectos alcanzan mayor dimensión cuando los relieves poseen elevadas condiciones de visibilidad y accesibilidad, unidos a la cercanía de centros poblados con establecimientos de enseñanza.
Entre volcanes, ríos y valles
De esta manera, se consideraron patrimoniales morfologías producto del vulcanismo como el longevo volcán Campanario, el volcán Los Loros y el Complejo Volcánico Planchón–Peteroa en Malargüe a los que se sumaron el solitario volcán Diamante (departamento de San Rafael) y dos grandes cráteres conocidos como volcán El Pozo (departamento de San Carlos).
En los valles de los ríos Mendoza y Cuevas, antiguos e impresionantes deslizamientos en sus laderas presentan un alto valor debido a que la generación de movimientos tan voluminosos, actualmente no se observan. Citamos el denominado Tigre Acostado, entre Uspallata y la estación Guido, dos enormes deslizamientos en Punta de Vacas llamados deslizamientos Punta de Vacas y Cerro Juan Pobre y en Las Cuevas, uno ocurrido en el cerro Tolosay otro a los pies del Cristo Redentor.
El viento originó relieves patrimoniales como los Médanos de Picardo en San Rafael, eco-refugios para sociedades antiguas y dunas fósiles que residen en la depresión de Potrerillos, reconocibles por sus arenas endurecidas por el paso del tiempo.
El río Grande fue la causa de un patrimonio geomorfológico conocido como La Pasarela en Malargüe, allí el río se encajona, escurriendo entre profundas y oscuras paredes de lava basáltica y cuya singularidad se debe al proceso que permitió que el río “cortara” la lava que invadió su cauce en el pasado a través de la elaboración de marmitas de gigante, cuyas dimensiones son únicas en Mendoza.
El libro, en su último capítulo, describe lugares con asociación de relieves patrimoniales como ocurre en el valle del río Salado de Malargüe, donde morfologías conocidas como dolinas (Pozo de las Ánimas y Laguna de la Niña Encantada) con sus mitos y leyendas, se asocian a un campo volcánico exclusivo en Mendoza por encontrarse en la vertiente oriental de la Cordillera Principal.
Otro lugar con confluencia de morfologías se presenta en Bardas Blancas en el sur provincial, donde relieves creados por movimientos tectónicos que dieron origen a la Cordillera Principal, se relacionan con paleo-relieves kársticos producto de la acción disolutiva del agua sobre rocas calizas. Finalmente, se resalta el Cañón del Atuel en San Rafael donde sus modelados permitieron el aprovechamiento turístico e incluso sirvió como fuente de inspiración para artistas.
Como se manifestó, la difusión del recurso relieve es imprescindible para alcanzar la meta de sensibilizar a la población sobre la necesidad de preservar el patrimonio geomorfológico. Por tal motivo, a través de la obra bibliográfica, se anhela captar la atención de docentes y alumnos de diferentes niveles formativos, científicos, agentes involucrados en actividades de turismo, profesionales responsables de la gestión de espacios naturales y público en general. Este aspecto condiciona decisivamente el proceso de concientizar a las personas sobre el potencial de los elementos geomorfológicos, poniendo énfasis en los problemas ambientales que generará la destrucción de los mismos.
(*) El autor Doctor en Geografía de la UNCuyo. También es autor del “Atlas Geomorfológico de la Provincia de Mendoza. Tomos I y II.
Producción y edición: Miguel Títiro - mtitiro@losandes.com.ar