Una alternativa de alimentación sana una vez finalizado el proceso y con la paciencia correspondiente; un pasatiempo distinto y, probablemente -y a la larga- una forma de ahorrar dinero. Pero, principalmente y en este contexto, una forma distinta de hacerle frente al confinamiento. Las huertas orgánicas familiares en casa son una alternativa siempre vigente, y no son pocas las familias que se han inclinado por esta alternativa en medio de la pandemia de coronavirus y la recomendación de no salir de casa (o hacerlo para situaciones excepcionales).
No necesariamente se precisa un amplio y extenso jardín para sembrar y cosechar hortalizas o verduras propias; sino que -incluso- se puede hacer en la ventana o el balcón de un departamento. Desde hace varios años ya, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) impulsa un programa que incluye no solo la entrega de semillas de distintas especies sin costo alguno para quienes están interesados en desarrollar su propia huerta; sino que además ofrece asesoramiento por parte de sus profesionales y especialistas. Incluso, en la web están disponibles los manuales para todo tipo de cultivos.
“El programa Prohuerta está en todo el país y la mayor cantidad de semillas que el INTA entrega sin costo son adquiridas a la cooperativa Fecoagro. En Mendoza, por ejemplo, en La Consulta hay una finca del INTA que es de referencia y que cuenta con técnicos muy buenos en lo que es huerta orgánica familiar y huerta orgánica agroecológica. Lo importante es que no se utilizan agroquímicos, y el “botiquín” para tratar a los productos se hace con elementos caseros, y se enseña el cómo”, destacó el ingeniero agrónomo del INTA región pampeana y quien trabaja en la línea de agro ecología, Enrique Goites; quien detalló que en cualquier agencia de la dependencia se pueden retirar semillas sin costo y solicitar acompañamiento técnico.
“Una huerta familiar tiene mucho de observación; de recorrer y de estar atento todos los días. Y es importante porque nos puede proveer a nosotros en tiempo y forma”, indicó.
Consejos
Goites es el autor del Manual de cultivos para la Huerta Orgánica Familiar, confeccionado por el INTA entre 2006 y 2007; y disponible para se descarga en la web. “Hay cuatro ejes que son fundamentales para tener en cuenta al momento de preparar una huerta familiar: el clima y suelo, la época de siembra, los cuidados a tener y la cosecha. En Mendoza el principal tema es la disponibilidad de agua; y para la época de floración es fundamental tener agua disponible”, detalló Goites.
Una de las alternativas de producción son los denominados cultivos de hojas (acelga, espinaca, lechuga y rúcula; entre otros). “Estos necesitan más agua. Los ciclos de producción para estas especies son cortos (entre 45 y 50 días en verano, al menos 60 en invierno); y precisan de riego frecuente. En lugares como Mendoza y la escasez hídrica, hay algunas estrategias para preservar el riego más tiempo. Una de ellas es mantener el suelo cubierto (puede ser con pasto seco, hojas de las podas en invierno). Esto evita que el agua se evapore más rápido; y además le da más vida a la tierra”, destacó Goites.
Precisamente el hecho de mantener la tierra cubierta con material orgánico (estiércol, hojas de las podas o pasto seco) permite que la tierra se mantenga oxigenada y con vida. “Si la intención es producir papas, rabanitos o cualquier otra cosa que sean raíces; se necesita un buen suelo. Para mantenerlo se recomienda cobertura justamente del suelo con verde; no solo para mantener el agua, sino por el estado de la tierra. Con una buena protección vamos a encontrar que hay lombrices o escarabajos. Eso significa que hay vida, y es clave mantener justamente ese suelo”, agregó el especialista. Los elementos necesarios para preparar un buen suelo tienen que ver con estiércol estabilizado, pasto seco u hojas y restos de otras verduras también.
Tan importante como el suelo es también la semilla. En pocas palabras, el ABC de una buena cosecha es justamente una buena semilla. “La ubicación es fundamental también. Los cultivos de fruto (tomate, morrón, berenjena, zapallo; entre otros) necesitan más de seis horas de luz solar diarias (lo recomendable es de 6 a 8). En el caso de las verduras de hojas, pueden tolerar algo más de sombra, aunque van a desarrollarse menos. El sol produce la fotosíntesis, que es fundamental en lo que consumimos”, detalló.
La variedad de cultivos también juega un rol fundamental. Según explicó el ingeniero agrónomo, lo recomendable no es producir solo verduras; sino también flores aromáticas. “Si hay frutales, mejor. El cerco verde genera un microclima y son todos elementos para tener una huerta desde cero”, sintetizó.
Espacio
Montar una huerta orgánica no es sinónimo de una casa amplia con un extenso patio. “Está comprobado que con 100 m2 puede llegar a producirse lo suficiente para que consuma toda una familia por un año. Pero hay gente que empieza con sus huertas en recipientes como pueden ser una lata de aceite o bidones de agua. Con solo 30 centímetros de profundidad de suelo podemos tener ya lechuga, acelga, espinaca o rúcula. Pero plantas como berenjena o zapallo necesitan un metro de profundidad”, siguió Goites.
Si se pudiera hablar de una recomendación para empezar a producir y dar el primer paso, las plantas de hojas (lechuga, acelga) u hortalizas como el rabanito (que en 30 días está listo para la cosecha) son las indicadas. Con el tomate, es más difícil; no solo por el espacio, sino porque puede tomar hasta 75 días antes de la cosecha. “En espacios reducidos, lo de hoja es lo que más rápido sale. Las aromáticas también, como pueden ser el tomillo, el poleo, el cerón y el orégano. Éstas pueden ir en macetas o en un balcón; y son para lugares donde no funciona otro cultivo”, explicó.
Otra recomendación es intercalar la producción con flores como caléndulas o copetes; que ayudan a la atracción de insectos benéficos, así como también repeler a otros. O con algún frutal si el espacio lo permite. “El orégano o el romero atraen insectos polenizadores como son las abejas; y eso es positivo. También hay estrategias que pueden ayudar a corregir algún desequilibrio en la huerta. Si aparece alguna plaga, por ejemplo, es porque algo hicimos mal. Ya sea que no pusimos la planta en un lugar adecuado o que las sembramos muy juntas y surgieron hongos.
Recomendados para Mendoza
Por las características del clima y del suelo, lo recomendable para sembrar en Mendoza es ajo, tomate y las hortalizas de hojas. “Se recomienda empezar por lo más sencillo. Además, en esta época complican aún más la situación las heladas. En esos casos, una alternativa es proteger la producción en vasitos de yogur, llevarlos al interior y replantarlo luego de las heladas”, complementó Goites, quien resaltó que en las agencias de INTA hay material gratuito disponible y hasta se desarrollan cursos para la ciudadanía.