Tras mucho tiempo de lucha y altibajos, Thiago Alcaraz, el niño mendocino de 10 años que luchaba contra una leucemia mieloblástica aguda y había sido trasplantado en Córdoba, murió en las últimas horas.
“Vuela alto mi guerrero favorito”, escribió en sus redes Soledad Corletto, su mamá, quien en varias ocasiones había relatado a Los Andes la evolución de su hijo.
Thiago, que siempre llevaba una sonrisa, sufría un tipo de cáncer muy poco frecuente en los niños. Se da cuando las células mieloides interfieren en la producción normal de glóbulos rojos, blancos y plaquetas y se requiere tratamiento de quimioterapia y trasplante de células madre.
El pequeño venía tratando de ponerle el cuerpo a las numerosas internaciones, pinchazos y tratamientos muy agresivos que lo habían dejado devastado y en tratamiento psicológico.
Su mamá lo definía como “libre, dulce y luchador”. En Córdoba, durante el mes de agosto último, Thiago fue trasplantado de médula y todo parecía funcionar.
“Tiene muchas ganas de vivir, pero está cansado de tantos hospitales y tratamientos invasivos”, explicó la mujer.
Oriundos de Godoy Cruz, Soledad y Eber, el papá, tienen otros tres hijos, Agostina, Tiziano y Sofía.
Un ojo inflamado fue la primera alerta, en enero de 2021. Fue entonces cuando hicieron una primera consulta médica en la que solamente le indicaron antibióticos. Más tarde, acudieron al Hospital Humberto Notti, donde en un principio los resultados fueron confusos hasta que los médicos decidieron internarlo para continuar indagando en el diagnóstico.
Si bien hubo un período en el que el niño superó el trance y sólo debían concurrir a los controles correspondientes, la enfermedad regresó nuevamente en enero de este año y el tratamiento para luchar contra le enfermedad resultó mucho más agresivo que el anterior.
Así las cosas, la vida de Thiago no había sido normal desde los últimos tiempos ya que iniciaba primer grado en la escuela 1-016 “Petrona Guiñazú de Burgoa” cuando comenzó la pandemia. Segundo lo cumplió de manera intermitente debido a sus internaciones y en 2022, cuando debería concurrir a tercero, lo sorprendió nuevamente el diagnóstico.
La comunidad de Mendoza había ayudado a la familia, que debía afrontar numerosos gastos de alojamiento y traslado a Córdoba.
Thiago era fanático de la pelota y la vida al aire libre. Había ganado una bicicleta en la maratón “Otoño por la vida”, mientras estaba internado en el Notti. Fue gracias a un video que él mismo creó y estaba feliz con su premio, aunque fue muy poco lo que pudo disfrutar el premio.
