En abril de 2018 la plaza Francia del departamento de San Rafael se convirtió en el escenario donde un numeroso grupo de fanáticos del cubo Rubik comenzó con una hermosa historia que no para de crecer. “Al principio armamos como juntada cubera para más que nada conocernos, compartir un momento con personas del mismo gusto, ¡pero nos sorprendió la llegada a la plaza de tanta gente!”, contó a Los Andes Silvia Rodríguez, una de las promotoras del encuentro.
A raíz de ese éxito de convocatoria comenzaron a armar un grupo de cuberos en el departamento sureño que, con el tiempo, se fue expandiendo a otras comunas y finalmente a toda la provincia. “Hay personas de Alvear, Ciudad, Tutnuyán, Rivadavia, de todo Mendoza”, agregó.
Fiebre mendocina por el Cubo Rubik
“Yo armo el cubo hace unos 6 o 7 años, y un día en Facebook mi papá me dice que hay una juntada de chicos que arman el cubo en San Rafael y que si quería ir. Ese día no pude ir pero después me enteré que hacían una juntada en la ciudad de Mendoza, me interesó y fui”. Cuenta Jonathan Aroma, de 18 años, que define al cubo como una pasión que “nació como un proyecto, se convirtió en un juguete y ahora en un ícono para nosotros, es una pasión resolver el cubo Rubik y buscar distintos y nuevos métodos”.
Gabriel Calderón, también de 18 años, arrancó su relación con el cubo hace unos 7 años cuando le regalaron uno en la secundaria. “Ahí empecé a armarlo y al Club de Cuberos lo conocí también a través de Facebook”. Recuerda que fue lo que más lo atrajo de ese pequeño elemento: “Tenía un conocido que ya lo hacía y me dije ‘pero si él lo puede hacer, yo también lo puedo hacer’, ahí empecé a investigar, aprendí a armarlo, a querer hacerlo más rápido, y después me expandí a otras categorías”.
Para Silvia, la conexión con el cubo viene a través de su hermana que le ofreció la posibilidad de vender este producto en San Rafael, “no tenía idea de lo que me estaba ofreciendo” relató entre risas y agregó: “Arranqué, comencé a probarlo y me fue muy bien. Todavía seguimos y ya tenemos clientes en todo el país, mi nena de 11 años comenzó a armar el 3x3 y ahora ya arma el pyra, mega, 2x2, está bastante metida en el tema″.
Los dedos se mueven a una velocidad increíble, cada color del cubo se mezcla con el siguiente, los segundos parecen durar horas y de pronto con un golpe seco sobre la mesa Jonathan deja el cubo perfectamente armado. “Yo en Mendoza creo que soy el que más rápido arma este cubo (el square one), en 20 segundos lo armo”. A su lado Gabriel, desafiando la gravedad y la física, da giros a su cubo 3x3 con una sola mano y en pocos segundos lo coloca sobre la mesaterminado. “Yo me especializo en NxN más que nada, y bueno 3x3. Ahora estoy promediando 13 segundos aproximadamente”.
Los tipos de Cubo Rubik
Del clásico cubo creado por Erno Rubik se han derivado muchos otros con formas y movimientos increíbles, pero la Asociación Mundial del Cubo tiene una lista de “cubos” oficiales para la realización de sus competencias. En la categoría NxN, es decir número por número, podemos encontrar el conocido por todos, 3x3x3, el 2x2x2, 4x4x4, 5x5x5, 6x6x6 y 7x7x7.
Después está el megaminx, que tiene 12 caras diferentes, el pyraminx, con forma de pirámide, el skewb que es un cubo pero con un rombo en el medio, el square one, su diferencia está es que sus piezas tienen formas desiguales y se deforma, solamente armado tiene forma cúbica.
Por último el llamado clock, que es como un reloj y hay que poner todas las puntas para un solo lado. “Hay muchos tipos más, pero son para las personas que les gustan coleccionar, no los buscan para competir”, comenta Gabriel Calderón uno de los miembros del club quien tiene una decena de cubos y se enfoca en la velocidad, en bajar los tiempos de armado.
Para Jonathan la motivación está en el square one, por ahora solo se dedica a ese tipo de cubo aunque también cuente con más de 10 en su casa.
Este joven asegura que “El cubo, vos lo ves, es muy simple muy básico, pero para aprenderlo, para aprender todos los métodos que existen, podes estar fácil cinco años, aprendiendo todos los días, tres horas al día.”
Por lo que destaca que es muy importante la motivación que cada uno tenga para resolverlo. “Lo que me atrajo es la complejidad, ahora una vez que te metes y te das cuenta que se puede resolver, hay algo que te va llamando y te vas metiendo... es un viaje de ida”.
De Hungría al mundo
Erno Rubik había nacido en Budapest en 1944, desde muy chico empezó a mostrar una inusual facilidad para resolver rompecabezas. Unos años después la vida familiar quedaría marcada por la expropiación de la fábrica del padre por el Estado comunista. En sus memorias Cubed: The Puzzle of us all, cuenta los pormenores de su creación. En un cuarto de niño hiperdotado pero ya con 30 años de edad, tuvo una iluminación: reunir ocho cubos pequeños de tal forma que permanecieran unidos pero también pudieran moverse individualmente.
Rubik hizo ocho cubos de madera idénticos, perforó los vértices y los unió con bandas elásticas. Apoyados en sus caras, los cubos se podían mover pero el centro se convertía rápidamente en un nudo y la estructura colapsaba. Reemplazó las banditas por tanza de pescar. No funcionó. Si había una solución, debía ser simple. Agregó un cubo en medio de los pares (en lugar de 2x2x2, cada lado sería un 3x3x3) y la idea de un núcleo secreto. El movimiento fue más fluido y completo, pero aún había problemas. Rubik se abrió paso. Unos días después, las partes ofrecieron una interdependencia mucho más allá de lo imaginado.
“Recuerdo el momento en que levanté el objeto final de la mesa y con mucha cautela comencé a girar”, recuerda Rubik en sus memorias. “Entonces me di cuenta, como todos los recién nacidos, que el Cubo estaba desnudo. Sin adornos, toda su información importante permanecía inaccesible. Las superficies visibles de todos los elementos parecían ser idénticas. Si los elementos individuales no fueran reconocibles, habría sido imposible seguir todos los asombrosos movimientos y ver el vasto potencial del Cubo. ¿Cómo podría alguien ver un cambio de orden si todas las partes lucían iguales?”
Rubik pintó cada una de las seis caras de un color diferente (amarillo, azul, rojo, blanco, naranja, verde) y, para sentir el placer de rastrear las relaciones, comenzó a girar el cubo.
Entre 1977 y 1979, el Cubo vendió 300 mil unidades en su país y recibió los premios de la Feria Internacional de Budapest y el Ministerio de Cultura. En enero de 1980, Rubik y su cubo participaron en la Feria Internacional del Juguete de Nueva York con un éxito total. En los primeros tres años, se vendieron 100 millones de cubos en todo el mundo y las fábricas nunca alcanzaron a cubrir la demanda. La criatura llegó a la tapa de Time, puso seis libros a orbitar en los rankings y, en junio de 1982, celebró el primer Campeonato Mundial.
Primer torneo en Mendoza
San Rafael, la cuna del Club Cuberos de Mendoza, es el escenario elegido para la realización del campeonato nacional, el primero en tierras cuyanas. Será el 17 y 18 de diciembre en el Polideportivo N° 2 y está avalado por la Asociación Mundial del Cubo (WCA su sigla en inglés). Tendrá un cupo máximo de 100 competidores, que se pueden anotar en todas las categorías que deseen pagando una sola inscripción que tiene un costo de $ 2000.
Tanto para Silvia, como para Gabriel y Jonathan, la confirmación de este torneo es un logro mayúsculo, ya que venían de dos años de intentar hacerlo y debido a la pandemia y algunos otros problemas se había postergado.