Detrás de cada estadística de femicidios está la historia de una mujer que fue asesinada solo por el hecho de ser mujer. Detrás de cada número hay un rostro y una vida violentamente arrebatada. Pero son estos números los que también ayudan a darle entidad a esta realidad. De acuerdo a los registros de femicidios en la provincia de Buenos Aires, el 61% de estos fueron cometidos en ámbitos de vínculos sexoafectivos de cualquier tipo, actuales o pasados, entre víctimas y victimarios, es decir, que las dos personas compartieron una relación de confianza.
Mientras que el 19,5% fueron perpetrados dentro del contexto familiar, en el que la víctima y el victimario compartían cualquier grado de parentesco, dejando de lado la categoría de “íntimo”. En tanto que el 6,1% de los femicidios se dieron en un marco “sexual”, esto quiere decir que los asesinos, conocidos o desconocidos de las víctimas, también cometieron ataques sexuales directos o simbólicos, dejando rastros en la escena del hecho y el cuerpo de la víctima, según cuenta Télam.
Los “travesticidios y transfemicidios”, aquellos crímenes asociados a la discriminación o al odio de mujeres travestis y trans, representaron el 2,4%. Estos crímenes comparten el determinante de género, pero son especificados y contabilizados por la especial estructura de vulnerabilidad, marginalidad y violencia en la que se encuentra esta población.
El 1,2% corresponde a femicidios en “contexto de cierro”, esto quiere decir aquellos ocurridos en instituciones de encierro como unidades carcelarias, comisarías, alcaidías como así también establecimientos de encierro para personas con padecimiento de salud mental, entre otras.
Hay femicidios que no están incluidos en ninguna de las categorías precedentes, y este número-el de la etiqueta “otros”-es del 4,9%. Estos son, por ejemplo, cuando una mujer es asesinado por un colega de trabajo, un vecino o bien una persona totalmente desconocida, con la que no hay ningún tipo de vínculo previo.
