Un hecho extraño ocurrió en la ciudad de Buenos Aires: una jubilada aceptó una condena sin comprender que quedaría presa y ahora pidió anular el acuerdo judicial. Ahora, enfrenta una inesperada situación procesal tras aceptar un pacto sin conocer completamente sus implicancias.
La mujer fue acusada de tentativa de estafas con tarjetas de crédito obtenidas de manera ilícita y falsificación de documentos. Aceptó la condena y firmó un acuerdo por tres años de prisión en suspenso, sin darse cuenta de que esa condena se unificaría con otra sentencia previa, lo que implicaría que debería cumplir la pena de manera efectiva.
La jubilada se presentó ante la Justicia y manifestó que “no entendió lo que significaba, ni lo que se le leía y después se dio cuenta que había aceptado la culpa por hechos que no cometió y que podía ir presa”.
Según su defensa, la mujer asumió su culpa creyendo que no iría a prisión, pero posteriormente se dio cuenta de que había aceptado cargos por delitos que asegura no haber cometido.
En el juicio abreviado admitió que en 2020 concurrió a un supermercado mayorista en la localidad de Malvinas Argentinas para realizar una compra que no se realizó ya que la cajera le advirtió lo que pasaba.
Esta pena iba a estar unificada con otra que fue establecida por el Tribunal Oral Federal 5 de la ciudad de Buenos Aires, pero en su descargo actual argumentó que no entendió el significado de “cumplimiento efectivo”, es decir, que iría presa.
“Aceptó una condena que era en suspenso. Por ello aceptó no ir a juicio y en ese momento le informaron que en caso de nueva condena la misma sería también de cumplimiento en suspenso”, detalló su defensa.
Sin embargo, sostienen en el escrito que “se encontró con la sorpresa de que en este nuevo expediente [fue] condenada en suspenso, pero la unificación de ambas condenas es de cumplimiento en detención”.
Casación rechazó los argumentos y le dio validez a la condena pactada al señalar que la acusada tenía asesoramiento de un abogado, fue a una audiencia donde se explicó el tema y firmó. Aun así, aceptó disponer que se revise la decisión de obligarla a cumplir la pena en una cárcel y evaluar que siga excarcelada, al considerarla una mujer mayor a cargo de su marido enfermo.