Casualidades o causalidades, el 20 de marzo de 2020 los argentinos debutamos con el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio. Y la fecha coincide con el Día Internacional de la Felicidad, iniciativa de la ONU para conmemorar su importancia como parte integral en el desarrollo y bienestar de todos los seres humanos.
Pero en medio de este contexto de estrés y ansiedad, ¿es posible lograr la felicidad?
La cuarentena eterna abrumó por completo al mundo y profundizó esa crisis emocional que ya se vivía incluso antes del Covid-19.
El licenciado en Relaciones Públicas especializado en Bienestar Corporativo Gaspar Contreras brindó, en diálogo con Los Andes, sugerencias simples de aplicar en forma cotidiana.
Como director de la primera formación universitaria en Felicidad y Bienestar del país (Universidad Champagnat) y creador del modelo REGAR (Relaciones Saludables, Esperanza, Gratitud, Apreciatividad y Resiliencia), advirtió que existen técnicas para disminuir esos indicadores.
-¿Por ejemplo?
-Una meditación sencilla, pero en estado presente. Relajarnos y ser conscientes de cómo se encuentra el cuerpo y cómo calmar la mente. Hoy la tecnología nos facilita herramientas gratuitas.
-¿Cómo equilibrar los contenidos informativos que consumimos?
-Lo ideal es informarnos desde los diarios, nunca desde las redes sociales, dado que los algoritmos de las redes van a empezar a marcar un mayor interés en esas notas en las que uno se detuvo y ese es el momento donde Facebook, Instagram o Twitter “bombardean” con ese tipo de noticias, incluidas las peligrosas noticias falsas (fake news).
-¿De qué se trata el Modelo de Habilidades Emocionales de Bienestar que desarrolló hace poco?
-Desde hace poco más de 14 meses el mundo vive en contexto de encierro. El modelo consta de cinco habilidades sencillas de practicar y que pueden ayudar a nuestros adultos mayores a transitar lo que quede de pandemia. La primera es la creación de relaciones saludables, generar y afianzar nuestras relaciones duraderas, sanas y de calidad. Las personas más felices no son las que más tienen, sino quienes logran mantener relaciones duraderas. Recomiendo a los hijos y nietos de nuestros adultos mayores que mantengan contacto de calidad con ellos y que los asesoren de cómo estar conectados mediante algún dispositivo.
-¿Y la siguiente?
-La esperanza. Convencerse de que todo tiempo futuro siempre será mejor. El maestro Eduardo Punset plantea que la esperanza es simplemente un optimismo inteligente, un llamado a la acción. Decía que estamos viviendo el mejor momento de la humanidad. Hace años que el mundo no vive una guerra mundial, los indicadores de vida son los más altos en décadas, las vacunas para el fin de esta pesadilla aparecieron en menos de un año. Creo que la esperanza debe ser la palabra de esta nueva era. Esta pandemia mostró que podemos ser más empáticos y solidarios.
-¿Cuál es la tercera habilidad?
-La gratitud, la madre de todas las virtudes. Quienes no pueden agradecer lo que viven en el presente, difícilmente podrán agradecer lo que el futuro les depare. Son momentos de incertidumbre, miedo, ansiedad, duelos, sin embargo, tenemos que buscar pequeñas acciones diarias que nos permitan agradecer el momento presente. Todas las noches hay que escribir por lo menos tres cosas que nos pasaron en el día y de las que estamos agradecidos. Al principio siempre es fácil, porque mencionamos lo obvio, pero como la idea es no repetir, cada vez se complica más. Ese es el momento indicado donde empezamos a activar el cerebro, que segrega la hormona del placer, la dopamina, que nos va a permitir disfrutar el recuerdo consiente de lo que nos generó bienestar en el día.
-Después de eso, ¿qué más hay que intentar?
-Desarrollar la apreciatividad, que nos invita a tener una mirada deliberada y objetiva de las cosas, las personas y las circunstancias. Mirar lo particular por sobre lo general. Encontrar el valor real. En mis clases invito a los participantes a imaginarse lentes que permitan tener una mirada apreciativa de la realidad que vivimos. No cabe duda de que es un momento de miedo e incertidumbre, pero esta nueva realidad permite reencontrarnos con nuestra familia, crear nuevos desafíos, poner la inteligencia al servicio de la creatividad, respirar aire más puro. Los niveles de CO2 se han reducido, los mares han descansado. Creo que nadie había visto hasta el momento carpinchos caminar por Buenos Aires. Esos son ejemplos de tener una mirada apreciativa de este momento de caos que vivimos.
-¿Cuál es la última habilidad que debemos practicar?
-La resiliencia, un concepto hermoso y demasiado comercializado. Es una habilidad propia del ser humano, otros seres vivos no tienen esa capacidad tan desarrollada como nosotros. Es la principal fuente de transformación humana. Desde el dolor, la ruptura o la crisis, salir fortalecido. No necesariamente hay que ver ejemplos famosos como Mandela, todos tenemos la capacidad de salir fortalecidos ante la crisis. Hemos visto emprendimientos quebrar, pero también nacer o fortalecerse. Ahí está el secreto de la resiliencia, saber canalizar el dolor para reconstruirnos y salir fortalecidos.
-Entonces, ¿cómo continuamos?
-Invito a que pongamos a nuestra inteligencia a divertirse. Aquellos que son grupos de riesgo o que están aislados, apaguen la tele y busquen su camino del artista. Durante toda la vida nos hemos autoengañado de que no tenemos tiempo para hacer lo que nos gusta, ahora es el momento. Elegí el libro que más te guste, meditá, volvé a ver esa película, prepará una rica comida, reacomodá el jardín ¡Proyectate a futuro!
-Si tuvieras que decir que hay que aprovechar este momento, ¿para qué sería?
-Sin dudas, para encontrar el verdadero sentido de la vida.