Mendoza, Buenos Aires, Guatemala, Estados Unidos, China y Japón. No, no es el itinerario de un viaje de ensueño –menos en este contexto de pandemia y con fronteras cerradas o altas exigencias para cruzarlas-. Se trata de una rápida enumeración de las ciudades y países en los que, a lo largo de toda su carrera, la locutora y comunicadora mendocina Guadalupe Gómez (43) hizo televisión durante más 15 años de carrera en los medios.
Radicada en Miami desde 2017, actualmente Guada (como la llaman sus amigos y familiares) se ha alejado de la televisión –su gran pasión- para dedicarse a su familia; integrada por su esposo Manuel y sus hijos Manuelito (9) y Felipe (7).
“Este año cumplimos 5 años en Miami. Desde que nos instalamos aquí, mi vida ha sido buscar colegio, buscar casa. Porque formar nido lejos de la tierra de uno no es fácil”, acota la verborrágica conductora desde su casa en Pinecrest (Miami).
Y aunque se encuentra alejada -¿momentáneamente?- de los medios y la televisión, se mantiene activa en su carrera profesional; siempre codo a codo con labores humanitarias. “Sigo siendo conductora para acciones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID); y mientras estuve en Guatemala fui Embajadora de CONIN en ese país. La principal causa con la que me comprometí es la desnutrición. Recuerdo que, ya viviendo en Guatemala, fui un día en que estaba de visita por Mendoza a hablar con el doctor Abel Albino, porque viajando por todo Guatemala vi cosas realmente duras; y pudimos replicar el modelo de CONIN en Guatemala”, resume Guadalupe, quien resume que “hoy por hoy soy esposa, ama de casa y, principalmente, madre”.
Sin embargo, en la charla no faltan los recuerdos y el repaso por su infancia feliz en Tunuyán y por toda su carrera en las diferentes ciudades en las que condujo programas delante de una cámara. Y también para el cariño a Nelly Serrano, la maquilladora con quien sigue en contacto y quien la “descubrió” en una producción de fotos. Fue ella quien la recomendó profesionalmente para dar sus primeros pasos profesionales en la pantalla de Aconcagua TV a fines de 1995 y comienzos de 1996.
“Cuando era chica, mi mamá nos pidió que nos recibiéramos de algo que nos apasionara; ya que –nos dijo- era la única manera en que íbamos a ser felices. Y nos dijo que solo así íbamos a influir positivamente en nuestro entorno. Nos dijo que no importaba de qué fuera el título, pero que tenía que apasionarnos. Y ahora pienso en ello y lo entiendo. Porque eso repercute en la felicidad de uno, y yo he sido una conductora de televisión muy apasionada”, reflexiona Guadalupe, quien –además- es profesora de Declamación y Arte escénico.
Una infancia feliz
Si algo tiene en claro la comunicadora social mendocina son sus ansias de que muchas de las vivencias que pasó en su infancia en Tunuyán puedan repetirlas sus hijos. “De grande me di cuenta que pasé una infancia hermosa. Lo que busco para mis hijos es un poco lo que viví yo en Tunuyán, un entorno con la naturaleza. Hoy los jóvenes se marean con tantas cosas. A todos nos fueron entregados dotes puntales y específicos; para encontrarlos, hay que volver a la infancia, a lo que jugabas. En mi infancia siento que estuve muy conectada conmigo, y nunca me desconecté”, repasa Guadalupe sobre su niñez en una finca tunuyanina, a unos 5 kilómetros de la ciudad.
Algo que también tiene bien nítido entre sus recuerdos Guadalupe es que, ya siendo chica, jugaba a ser Susana Giménez e iba definiendo que la televisión jugaría un rol importante en su vida. De hecho, refuerza que toda la vida tuvo ese rol de “comunicadora nata”.
“A los 5 años empecé a estudiar Declamación y Arte escénico, y eso hizo que pueda sentarme con seriedad a dar una noticia y también conducir un magazine. Siempre fui muy curiosa, adaptable, inquieta. Recuerdo que un día le dije a mi mamá que quería ser conductora de televisión, y es a lo que había jugado toda la infancia. Recuerdo que no solo era con Susana, también jugaba a ser Xuxa”, recuerda entre risas.
Sus inicios
Tras completar la Primaria en Tunuyán, Guadalupe Gómez se mudó a la Ciudad de Mendoza donde completó la Secundaria. Y ya teniendo en claro que su futuro estaba en la Comunicación, comenzó a averiguar por la carrera universitaria. Primero indagó en la UNCuyo, y desde esa misma casa de estudios le recomendaron que, si lo que le gustaba era la locución, averiguara en la Universidad Juan Agustín Maza. Y así lo hizo, y allí se anotó; para finalmente egresar como locutora y comunicadora social.
“Cuando empecé la carrera, me di cuenta de que lo que daban en la universidad no me apasionaba. Habían pasado 5 meses desde que había empezado y, con 18 años, me replanteé y le dije a mi mamá que creía que le había pifiado a la carrera, hasta le dije que estaba pensando en estudiar Derecho, como ella. Mi mamá me miró y me dijo que, si ella fuera yo, haría una pasantía en el campo laboral y que esperaría ver desde adentro de qué se trataba el oficio antes de tomar una decisión”, rememora otro de los tantos consejos frutos de la sabiduría de su madre.
Y así fue como, en medio de esta crisis vocacional y de la forma más imprevista que uno pueda imaginarse; se le presentó la primera oportunidad laboral a Guadalupe; sin un solo contacto o conocido en el ámbito de los medios. Lo que no sabía en ese momento, a es que estaba por comenzar una vertiginosa y destacada carrera a la que le dedicaría su vida y toda su pasión.
“A la semana siguiente de esta charla con mi mamá, había acordado hacer unas fotos. Me maquilló una señora, que se llama Nelly Serrano y a quien conocí ese día; y –de charleta que soy- le conté lo que me estaba pasando y que quería probar con una pasantía. Ella no me dijo nada, pero me pidió que le deje mi teléfono (fijo en aquel momento). Ese mismo día, a las 22 me llamó y me contó que trabajaba como maquilladora de Aconcagua TV. Me dijo que ese mismo día fue a trabajar al canal y le contó a Roberto Suárez, que conducía el noticiero con Laura Carbonari que había estado con una chica; y Roberto (que era gerente de programación) le dijo a ella que me pidiera ir al día siguiente”, sigue revolviendo entre sus recuerdos Guadalupe.
Al día siguiente, luego de salir de la facultad, Gómez llegó al canal y se presentó. Suárez le dijo que a las 20 era el noticiero y la invitó a quedarse. Desbordante de confianza, Guadalupe aceptó y le pidió al conductor si podían maquillarla y si podía hacer un llamado telefónico a su casa para que esa noche su familia la viera en el noticiero de Aconcagua. “En ese momento, él hizo un silencio y me dijo que no había drama con mis pedidos. Y no me olvido más del amor de Roberto y Laura esa noche, me sentaron entre los dos frente a cámara. Y desde ese día empecé en la televisión, y nunca más paré hasta que nació mi primer hijo, Manuel; hace 9 años”, acota la mendocina.
Tiempo después, cuando Guadalupe ya era uno de los rostros más visibles de la televisión mendocina, coincidió con Roberto Suarez en uno de esos eventos en que los diarios suelen elegir a “los personajes del año”. A la mendocina la habían elegido como la revelación de ese año, y allí se enteró del trasfondo de su primera salida al aire de Aconcagua Televisión.
“Roberto contó que el día en que me preguntó si me quería quedar, a él le llamó la atención que yo nunca hubiese considerado la posibilidad de que me estuviese invitando a quedarme a presenciar el noticiero; sino que le pedí directamente una maquilladora y llamar a mi casa para avisar que iba a salir al aire. Ese día él confesó que a él le llamó la atención la claridad y decisión mía”, rememora entre risas.
Luego de cerca de medio año en Aconcagua TV, Gómez hizo su desembarco en Canal 7 con su compañera y amiga, Laura Carbonari. “Canal 7 es mi casa, estuve 12 años allí; conduciendo distintos programas en horario de tarde, de mañana y por un tiempo hasta conduciendo el noticiero”, agrega.
Max Mujer (con Laura Carbonari), el noticiero (con Marcelo Romanello), Mujer Mujer (con Sandra Sciffo, programa con el que ganaron un Martín Fierro) y Bumerang (con apenas 18 años) fueron los primeros programas que Guadalupe Gómez condujo en El Siete.
Su explosión
El nombre y la figura de Guadalupe Gómez comenzaron a tomar cada vez más exposición, y desde los canales de televisión de Buenos Aires comenzaron a contactarla. Así se le abrieron las puertas de Sorpresa y Media (con Julián Weich) y hasta la posibilidad de hacer un magazine con Guillermo Andino. “Pero yo estaba arraigada a Mendoza, no quería irme en ese momento”, se sincera.
En un viaje con amigas a Europa, Guadalupe pudo hacer una pasantía en Antena 3 (España) y allí se perfeccionó un poco más; y ya de regreso en Mendoza, conformó una productora propia con la que dio vida a otros de sus éxitos, Media Mañana Magazine. Esa época coincidió con la entrevista que, sin saberlo, le cambiaría la vida. Y es que durante un programa entrevistó a una conocida conductora de Telemundo que había llegado a Mendoza.
“Esa nota quedó ahí, y ese mismo año me llamaron desde América –habíamos hecho una Vendimia con Andino-. Entonces yo viajé a Buenos Aires con la idea de reunirme, ver el contrato; y estando allá, me llaman de Canal 7 que me estaban buscando de Telemundo. ¡No entendía nada!”, prosigue la bella conductora mendocina.
Finalmente, Gómez acordó incorporarse a Telemundo para unas prácticas profesionales durante 6 meses, por lo que –luego de varias idas y vueltas- emigró de Mendoza. Aunque esa primera experiencia lejos de su vida no fue fácil, y antes de que se cumpliera ese medio año, avisó que regresaría a Argentina.
América fue la pantalla que la recibió de regreso al país; y allí co condujo noticieros con Facundo Pastor, con Chiche Gelblung; además de programas por la tarde con Horacio Cabak y por la noche con Rolando Graña.
Su experiencia en Asia y su llegada a Guatemala
Sin cortar de raíz su vínculo con Mendoza, luego de estas experiencias en la TV porteña, Guadalupe regresó a su provincia. Y en 2005 llegó una de las oportunidades más inesperadas y atípicas. “Uno de los productores de América había pasado a Canal 9 de Buenos Aires, y me llamó para contarme que el canal estaba armando un producto para el que necesitaban periodistas en Europa, en Estados Unidos y en Asia. Y yo le dije que me interesaba la posibilidad de Asia. Esta idea prosperó y, durante un mes y medio, estuve viviendo en Japón y en China, hicimos un trabajo hermoso”, rememora Gómez.
Tras esta experiencia relámpago en Asia –y que, asegura, la marcó profesionalmente-; la conductora mendocina regresó a su tierra natal y fue convocada para conducir una edición de los MTV Video Music Awards en Playa del Carmen (México). Estando en la Riviera Maya, un huracán la obligó a evacuar y viajar a Guatemala, donde se reencontró con un viejo amigo y conocido, también mendocino; Ricardo Santander.
“En 2006 volví a Mendoza e hice algunos programas, como Estricta –lo conduje dos años-. En 2008 decidí tomarme un año sabático, porque no quería hacer televisión por un tiempo. Mi idea era irme a Italia, pero la realidad es que Ricardo me invitó a Guatemala a conocer a su familia. Cuando llegué allá, él me ofreció la jefatura de producción de Guatevisión. Y si bien yo nunca había estado en una oficina, con horario de oficina; en ese momento pensé en que iba en Argentina iba a ser muy difícil llegar a eso. Por lo que acepté; y fue una experiencia más. Porque en la vida uno se arrepiente de lo que no hace”, recuerda Guadalupe desde Miami.
Mientras estuvo en Guatevisión, la comunicadora mendocina condujo además Tú eres Guatemala, un programa de turismo que durante tres años y medio (entre 2009 y 2012) le permitió conocer el país centroamericano de punta a punta. Y fue en ese momento cuando recibió otro sorpresivo mail: un descubridor de talentos de Univisión (una de las dos grandes señales televisivas de Miami) que la buscaba como conductora de uno de sus éxitos, Despierta América.
Una vez más, Guadalupe armó las valijas y se mudó a Miami. Y aunque cumplió con el período de prueba y la intención era tomarla de forma permanente, los afectos y los objetivos personales volvieron a tirarle a la tunuyanina-. “Les agradecí eternamente, pero les dije que necesitaba formar mi familia, tener mis hijos. Y mi idea era regresar a Mendoza”, acota.
Cambio de planes y su nueva vida
Con la meta de regresar a Mendoza, Guadalupe abandonó Miami e hizo una escala en Guatemala para comunicarle a su amigo Ricardo Santander que dejaría definitivamente Guatevisión para regresar a su tierra natal. “Le dije que había llegado el momento de formar mi familia, y recuerdo que él se rio y me dijo que ni siquiera tenía novio”, rememora, también riendo.
Luego de comunicar esta decisión, Gómez dio aviso al dueño del departamento que alquilaba en Guatemala que suspendería el contrato y regresaría a Mendoza. Pero la vida y el destino le tenían guardada una última sorpresa, la que cambió definitivamente su vida. “Mis últimos días en Guatemala fueron para una Semana Santa; y cuando me fui a despedir de mis vecinos, uno de ellos –que era mi amigo- me dijo que justo que me estaba yendo él quería presentarme a alguien. Ese Domingo de Pascuas, que iba a ser mi último domingo antes de volver a Mendoza, mi amigo me presentó a Manuel. Y acá estamos, casados los dos, viviendo en Miami y con dos hijos”, acota en tono reflexivo, como quien mira su vida en retrospectiva.
Por supuesto que lo que siguió fue avisarle al dueño del departamento que alquilaba que no regresaría a Mendoza, además de avisarle a Santander que –de ser posible- continuaría trabajando en Guatevisión.
Su alejamiento de los medios
Al poco tiempo de comenzar su relación con Manuel, Guadalupe quedó embarazada de Manuelito; su primer hijo. Y coincidió con el inicio de un programa que conducía por las tardes. “Cuando nació Manuelito, me pregunté con quién iba a dejarlo si seguía en la televisión; por lo que allí decidí parar. Justo en ese momento me llamaron de una agencia de publicidad que había empezado a trabajar en una campaña, por lo que me ofrecieron dictar algunas capacitaciones. Disfruté un montón esa etapa, de descubrir la maternidad de esa manera y brindé las capacitaciones siendo madre. De allí nos vinimos a vivir a Estados Unidos por una propuesta laboral que le salió a mi esposo; y estamos por cumplir 5 años ya en Estados Unidos”, agrega.
El día a día de Guadalupe Gómez la lleva hoy a seguir vinculada a labores humanitarias –dentro de su participación en el BID-, y también a disfrutar de su familia, los dos Manuel de su vida, y Felipe.
“Nunca me llamó la atención ni el poder ni el dinero. Mis experiencias laborales siempre fueron buenas, he tenido la bendición de trabajar con gente hermosa; y si he tenido experiencias desagradables, han sido mínimas. Siento, además, que si hubiera sido mamá en Argentina, nunca hubiera podido parar”, piensa en voz alta, casi al final de la charla.
Cada vez que viene a Mendoza, Guadalupe va a visitar a sus amigos y amigas que le quedaron en el canal; y sigue en contacto de forma permanente con Nelly Serrano, su “descubridora”. “Nelly está viviendo en Tenerife (España) y cada mañana, cuando me despierto, tengo un mensaje de ella. Los mensajes que recibo todos los días son de ella y de mi mamá”, agrega.
Por otra parte, reconoce que no es “una mujer de las redes sociales”, y aclara que –justamente- es todo lo contrario. “Con dos chicos chiquitos, la casa, la familia y todo; no tengo tiempo para las redes sociales. ¡Creo que serían un estrés!”, concluye.