“El velorio de la cruz” es el nombre de la obra que durante 20 años encaró la artista plástica Cristina Pérez. Desde una cosmovisión andina, la ideó dentro del sincretismo para que reflejara una mezcla de creencias y culturas sobre la mujer vinculada a la tierra y la fecundidad. Sin embargo, y en este Mes de la Mujer, quedó hecho trizas, previo “exorcismo”, en manos de un grupo de fanáticos religiosos que había anunciado su repudio a la “violencia simbólica” de la muestra “8M Manifiestos Visuales”, exhibida en el anexo Luis Quesada del rectorado de la Universidad Nacional de Cuyo.
“Puede que no te guste una obra, pero intervenir con violencia es algo que cuesta imaginar en este tiempo”, lamentó la docente egresada de la Facultad de Artes y Diseño en diálogo con Los Andes.
Como muchos, Pérez se enteró del ataque a partir de los videos que coparon las redes sociales. Esos de los destrozos con rezos en latín y gritos de “Viva Cristo Rey”. Incluso, la secuencia desató el repudio de la propia Arquidiócesis de Mendoza, la máxima autoridad católica. “Nos solidarizamos con las artistas que vieron afectado el fruto de su trabajo y esfuerzo. Volvemos a llamar a la concordia y la paz que se pierde en los extremos”, dijo.
La mendocina afectada reflexionó al respecto que “no podía creer que sucediera en el Mes de la Mujer, de la lucha por la igualdad, de visibilizar las disidencias, además en una semana sensible por los 40 años del golpe de Estado y la reconstrucción de la democracia”. En esa línea ya se había expresado la FAD, al manifestar “no es casual que esta muestra de violencia fundamentalista ocurra en la semana del 24 de marzo”.
Pérez, memoriosa, señaló haber padecido otras situaciones similares. Mencionó que en 2005 le pasó con una exposición de pinturas (”El cuerpo sin espinas”, sobre los prejuicios femeninos) en el Centro. Que en 2007, le destruyeron otra obra en la Universidad Tecnológica Nacional. Y que en 2009, un mural en Godoy Cruz sobre la memoria, verdad y justicia apareció con la leyenda “Viva Cristo Rey”... la misma repetida en el rectorado de la UNCuyo el lunes por la tarde.
Precisamente, la polémica obra “El velorio de la cruz” era su trabajo de hace dos décadas, con un valor comercial -ahora perdido- de $480.000. Pero, según la artista, quienes se ofendieron por el contenido -a simple vista, una mujer desnuda con la postura de Jesús en la cruz- ni siquiera leyeron la explicación adjunta ahí mismo.
Pérez contó que se trata de un sarcófago, que “la máscara mortuoria es una vaca” (y no un burro) y que toma inspiración de los “rituales de la historia andina”, como así también de santuarios populares argentinos como la Difunta Correa. Además, “conecta con lo femenino y la tierra”, con la fecundidad femenina antes de la colonia y el cruce cultural.
“Hoy estamos llamados a reflexionar otras formas de construir la convivencia porque de este modo (la destrucción) no se construye. La construcción de la convivencia es un diálogo que se establece. Seguimos generando guerras, que suceden hoy en nuestras casas, en las salas de exposiciones. Esto visibiliza nuestra reflexión y abre la puerta para que tomemos una acción totalmente distinta”, aportó la mendocina.
Pérez dijo que espera por una reunión con las autoridades de la UNCuyo y las demás artistas afectadas -siete de las 20 obras exhibidas fueron destrozadas- para constatar si existe alguna especie de seguro, además de los pasos a avanzar respecto a una denuncia judicial por lo sucedido. La muestra de arte, en tanto, volverá a abrir esta misma tarde.
De todos modos, anticipó que mantendrá su estilo y convicciones: “Esto nos impulsa a seguir creando, el arte es sumamente importante como lenguaje, es poderosísimo y ha movilizado a estos sectores a la violencia”.