Hallaron una fascinante pero peligrosa cueva de hielo en Vallecitos

Si bien existen en muchos glaciares, no es común encontrarlas en caminos accesibles. Esta formación se ubica cerca del campamento El Salto, a 4.500 metros de altura. Cómo se formó y cuál es el riesgo de visitarla.

Hallaron una fascinante pero peligrosa cueva de hielo en Vallecitos
La espectacular formación, que parece salida de una película, fue descubierta por un grupo de trail runners de Mendoza. Foto: gentileza

Existen muchas y de varios tipos en el país, incluso en Mendoza, pero casi ninguna tan cerca de la urbe y con caminos accesibles para llegar. Eso ocurre con esta cueva de hielo que encontraron hace poco en Vallecitos, en el campamento El Salto, que llama la atención no sólo por lo espectacular de su vista sino por lo poco conocida que es, al estar en una zona tan transitada por montañistas, andinistas y deportistas. Profesionales del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (Ianigla) explican por qué se forman y cuáles son los riesgos de visitarla.

Ante su descubrimiento, Guardaparques del parque provincial Cordón del Plata informó las características de la formación geológica de “unos 20 metros de profundidad, 25 metros de ancho, con un techo de 5 metros de alto en algunas partes y con una boca de 7 metros por 2 de alto”.

“Está en Vallecitos, muy cerca del campamento El Salto. De ahí hay que caminar muy poco, 10 o 15 minutos, donde encontrás una pequeña laguna y el lugar donde empieza la cueva”, detalló sobre su ubicación Pablo Tapia, reconocido andinista mendocino.

Parece un paisaje sacado de una película o de esos sitios que sólo se encuentran en lugares inhóspitos e inalcanzables. Las más famosas son de Islandia, Rusia, Austria e incluso de la Patagonia argentina pero también las hay, por ejemplo, en San Juan y en Mendoza.

Foto: gentileza
Foto: gentileza

De hecho, “Mendoza es la segunda provincia con más glaciares, no en superficie sino en cantidad”, reveló Juan Cruz Ghilardi Trufa, ingeniero en Recursos naturales renovables y doctorando de Conicet. Y donde hay glaciares “es muy normal que se formen este tipo de cuevas” y otras formaciones como los famosos “thermokarst”, lagunas y ríos internos, agregó Laura Salazar, geógrafa y directora del Inventario Nacional de Glaciares, sumándose a la afirmación de su colega del Ianigla.

Aunque hay “un montón de este tipo de cuevas y formaciones en otros glaciares” distribuidos por los Andes, como en “Morenas Coloradas o atrás de la laguna de El Platita”, el experimentado guía de montaña Juan Pablo Scarpa explicó que esta cueva de hielo tiene la particularidad de que “está en una zona totalmente transitable y cerca de la ruta normal que va a El Plata, una zona que se usa mucho como aclimatación” de Alta Montaña.

Infografía / Los Andes
Infografía / Los Andes

Ghilardi aportó que “es difícil acceder a los glaciares en Mendoza porque están muy altos y bien metidos en la cordillera, pero es realmente poco común que tenga un acceso relativamente fácil” como sucede en este caso. “Hay que llegar a los 4.500 metros de altura, pero sin grandes dificultades técnicas”, comentó.

El descubrimiento

“Los primeros que vieron esa cueva de hielo fue un grupo de trail runners de Mendoza, y son los que han empezado a compartir ese sector. Imagino que entre ellos se pasan el dato y se va haciendo como un boca a boca”, contó Scarpa, quien también es licenciado en Turismo.

Así fue como el dato llegó a oídos de “Cony” Martino, una joven que hace Trail Running en la zona y, cuando se enteró, no dudó en ir a buscar la espectacular cueva de hielo.

Primero debieron esperar el momento ideal, ya que aparentemente sólo se puede ver la cueva entre la primavera y el verano, ya que el resto del año queda tapada por la nieve. “Fui con dos compañeros, no es fácil encontrarla si no tenés el lugar exacto o bien reconocido. Intentamos un par de veces y a la tercera por fin la vimos: es impresionante, un lugar hermoso”, comentó la deportista.

Foto: gentileza
Foto: gentileza

Además de la belleza del paisaje, lo que sorprendió al grupo fue que “es una zona muy transitada pero muy pocos la conocen”, algo que fue cambiando desde que ellos fueron, pocos meses después de su descubrimiento.

“Es un lugar que últimamente se ha puesto de moda entre quienes transitan la zona”, analizó Scarpa. “Es una zona que se usa mucho como aclimatación por la gente que va a subir el cerro El Plata. Como tienen algunos días de descanso ahí, en ese tiempo hacen la caminata para ir a ver esa cueva. Así se empezó a hacer más transitado, porque la verdad es que si no vas a hacer el cerro Rincón por esa ruta, que le dicen ‘la del Reloj de arena’, no pasas cerca de ahí, ya que está un poco corrido del eje de la ruta normal hacia El Plata”, explicó el montañista.

Tan espectacular como peligrosa

“Cuando se hace el sendero hasta el campamento El Salto, prácticamente caminás sobre el glaciar, ya que es un glaciar cubierto de detritos (sedimentos de rocas) y todo el material que cae de la montaña y se ha depositado sobre el hielo a lo largo del tiempo”, expresó Juan Cruz Ghilardi, quien hace poco empezó a estudiar dicho glaciar para su tesis doctoral.

“Esas cuevas de hielo están en el glaciar Vertientes”, apuntó finalmente el ingeniero sobre el lugar preciso, aunque popularmente también se lo conoce como “el glaciar de El Salto”, según reveló Scarpa, debido a su cercanía con el campamento homónimo.

“Las cuevas de hielo en general se forman porque adentro del glaciar hay canales de agua, como pequeños ríos internos, que a veces forman esas cuevas por el derretimiento del hielo gracias a la erosión del agua que va fluyendo”, enseñó Ghilardi sobre su origen geológico. Sin embargo, explicó que su formación depende de una serie de condiciones particulares: “Además de que tiene que haber un canal por donde pase el agua, a su vez, esa parte del glaciar tiene que terminar y estar expuesto para que se corte ese canal y el hielo fluya, y así se vaya deformando de manera tal que pase de ser un canal a una cueva”.

Foto: gentileza
Foto: gentileza

“Esto se puede dar por la dinámica natural del glaciar o por una desestabilización por el cambio climático”, dijo Laura Salazar, y para determinarlo es necesario una investigación profunda de ello.

En fin, “son lugares preciosos con geoformas bastante particulares y muy bonitas”, concluyó Ghilardi. Pablo Tapia, que también tuvo el placer de poder ingresar, respondió que “te da una sensación de paz y de mucho silencio”, pero reflexionó que “si realmente sos consciente al entrar sabés que es algo peligroso”.

“Son muy atractivos desde lo turístico, pero tienen sus riesgos”, dijo Scarpa en el mismo sentido, y también coincidieron en que “es una zona transitable, pero con las precauciones y los recursos técnicos necesarios”. “El piso por lo general está congelado, así que es riesgoso ir con zapatillas o botas de trekking. Hay gente que grita, y el eco podría generar una onda expansiva que haga que se desmorone. En algunos lugares hay bastantes piedras con riesgo de caerse”, continuó el andinista Tapia.

Ghilardi también se sumó al pedido de precaución explicando que “son lugares riesgosos de transitar porque el glaciar puede tener planos débiles y hasta se puede caer un pedazo de pared o de techo. Todo eso está en derretimiento y puede colapsar, entonces se sugiere no transitarlos”.

De hecho, apenas encontraron la cueva y se difundió su ubicación, Guardaparques del Cordón del Plata emitió un comunicado advirtiendo “no transitar por la zona por riesgos de desprendimiento de hielo y derrumbes”. Para el andinista Pablo Tapia, la clave está en “informar para saber qué son y por qué se forman, y que se puedan disfrutar pero de una forma segura”.

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