En las escuelas secundarias de Mendoza, hay 9.261 estudiantes con trayectorias en riesgo; en el nivel más severo, puede llevarlos al abandono.
Son alumnos que asisten a escuelas públicas y privadas de todo el territorio y que han sido detectados gracias al nuevo sistema de inteligencia artificial (IA) que usa la Dirección General de Escuelas (DGE).
Están en esta situación 6 de cada 100 alumnos de nivel medio con diverso grado de criticidad. Tras procesarse información sobre la trayectoria de los 147.000 alumnos que forman parte de la matrícula total de la secundaria mendocina, el sistema arrojó que 2,2% están en riesgo alto, es decir 3.234 estudiantes. En tanto, 4,1% están en riesgo medio, lo que involucra a 6.027 alumnos.
En definitiva, hay estudiantes con situaciones de riesgo en 165 escuelas públicas y privadas, tal cual señaló Romina Durán, directora de Evaluación de la Calidad Educativa de la DGE.
“Lo que hace el sistema es analizar estudiantes que efectivamente abandonaron en años anteriores y en función de las características que tenían estos estudiantes se analizan las características de los que están cursando actualmente”, explicó respecto de cómo se realiza el proceso. La herramienta se llama Sistema de Alerta Temprana (SAT) y está disponible desde mayo para las escuelas secundarias.
Para funcionar, la IA necesita que se la alimente con información y luego hacerle solicitudes que arrojarán un resultado. Así, tras tomar esa base, se le consulta: qué estudiantes tienen hoy características similares a las de alumnos que ya abandonaron.
Qué afecta a los alumnos
La base de datos que alimenta la herramienta es el sistema GEM, donde se registra la información de cada estudiante, como sus inasistencias, calificaciones, saberes adeudados, entre otros que permiten seguir su trayectoria académica.
“No es un sistema que se basa en indicadores sino que es inteligencia artificial que lo que hace es armar un algoritmo en función de este análisis práctico por lo que toma en cuenta toda la información cargada en el GEM”, detalló.
Por ello, aclaró que no se puede hablar de alguna variable en ese procesamiento de datos.
En todo el proceso se toman aspectos relacionados con el contexto del alumno, con su desempeño, con su situación socioeconómica y de la familia, características de la escuela en la que está cursando, entre otros. Es que una vez que la IA alerta sobre alumnos en riesgo, empieza la parte que le compete al colegio, más cercana al alumno y que conoce más sus condicionantes.
“El sistema predice el nivel de riesgo y en las instituciones, el equipo directivo y de orientación recibe la alertas y hace el análisis sobre las principales causas asociadas al riesgo de cada estudiante”, señaló.
Luego, en función de estas causas se realizan determinadas intervenciones. A partir de esto es que las escuelas registran que las principales causas de la vulnerabilidad en las trayectorias son las inasistencias reiteradas, el escaso acompañamiento de las familias y la acumulación de espacios pendientes de aprobación.
Dificultades detectadas
Cómo lograr el egreso efectivo y evitar el desgranamiento es algo que ocupa a las autoridades hace tiempo y es en ese sentido que este nuevo recurso busca sumar estrategias. Entre los aspectos que observan, se encuentra que cuando los alumnos terminan de cursar la secundaria, no todos obtienen su título de manera inmediata sino que 2 de cada 10 demora en obtenerlo. Es que muchos llegan a esa instancia adeudando espacios curriculares y, tras la salida del colegio, la vida cambia, lo cual les hace más difícil aún obtenerlo. De hecho, hay un 10% histórico que nunca logra su egreso efectivo, es decir que de cada 10 estudiantes que lograron llegar al último año, hay uno que se quedará sólo con un certificado académico de nivel primario.
Estos son los datos que maneja la Dirección de Educación Secundaria de Mendoza, de la Dirección General de Escuelas (DGE), tal cual publicó Los Andes recientemente.
Sobre una cohorte promedio habitual de 12.000 alumnos, ese 20% anual estimado que no logra concluir en tiempo y forma el nivel medio implica que alrededor de 2.400 estudiantes cada año quedan con ese saldo pendiente y el riesgo de terminar en el grupo que nunca tendrá su certificación.
Los datos corresponden a escuelas orientadas y según señaló el director del área, Emilio Moreno, lo usual es que el porcentaje se reduzca a 15% al año.
Actualmente, hay en Mendoza 3.000 estudiantes que terminaron de cursar en 2021 y 2022 en esta condición.
Otro dato que expresa cuál es el escenario es que tras haber concluido la instancia de recuperación de saberes de marzo, 2 de cada 10 alumnos de secundaria en Mendoza permanecieron en el mismo año, lo que antes se denominaba repitencia.
Para hablar en términos de proporciones: de la totalidad de la matrícula que cursó secundaria orientada el ciclo lectivo anterior, 81% logró promocionar al año siguiente pero 19% no pudo.
De casi 73.959 estudiantes, 58.796 están en el año siguiente que les corresponde este ciclo. Pero además, DGE registra que unos 1.000 alumnos dejaron de asistir al colegio por lo que poco más de 14.000 son los repitentes.
Esto implica un aumento en la permanencia -o una baja en la promoción- tras varios años de mejoras.
En 2016 la permanencia había sido de 28,34% y en 2017 de 31,8%. En 2018, cuando comienza el descenso, 25,36% de la matrícula no logró promocionar, en 2019 el 22,1% y en 2021 el 18,19%. Es decir que entre 2021 y 2022 se registró un alza de 1 punto y rompió la racha de descensos. Cabe señalar que en el ciclo 2020 no hubo repitencia ya que, debido a la pandemia de Covid y los cambios que conllevó, todos los alumnos pasaron al año siguiente y se consideró unidad pedagógica este ciclo junto con el 2021, ante lo que se implementó la promoción acompañada para quienes presentaban dificultades.
Cómo funciona Alerta Temprana
Esta herramienta de inteligencia artificial puede predecir la trayectoria escolar para la toma de decisiones e implementar acciones que acompañen a los estudiantes.
El programa se desarrolla en conjunto a la UBA, el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec) y el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF).
“El SAT se propone como una herramienta de soporte para la gestión, que permite potenciar el acompañamiento a las trayectorias reales, garantizando el derecho a la educación en términos de igualdad e inclusión pedagógica y social. Este sistema no sólo facilita esa identificación, sino que es también una herramienta para la acción”, apuntan desde la DGE.
Las escuelas y supervisores reciben en su usuario de GEM las alertas detectadas sobre cada estudiante, con una guía de orientación para abordar las trayectorias con mayor probabilidad de riesgo. Una vez recibida esta información, se da inicio a un proceso liderado por el equipo directivo que tiene por objetivo identificar e implementar las acciones más pertinentes para cada caso.
El primer paso es analizar la situación de cada estudiante e identificar los principales factores que debilitan su vínculo con la escuela. El segundo paso es definir las acciones más adecuadas para atender las problemáticas específicas en cada situación.
