Con las variantes ómicron y delta de coronavirus circulando, y un récord de contagios en la provincia y el país, los hospitales están comenzando a recibir pacientes que requieren internación. Esto, tras varios meses de bastante calma. aunque reconocen que en relación al número diario notificado de nuevos positivos, son muy pocos. En general se trata de personas con esquema incompleto de vacunación, sin vacunar o que tienen alguna comórbida que complica su cuadro.
“Se ha visto un pequeño aumento en las internaciones, sobre todo en el hospital regional Scaravelli”, indicó Rodolfo Guillen, coordinador del área sanitaria del Valle de Uco del Ministerio de Salud. “Ayer (por el lunes) teníamos más internados que hoy (17 contra 12). Esto va variando mucho y no se ve que esté aumentando tanto”, apuntó. Además aclaró que no hay muchos cuadros graves y que los más leves están de 24 a 48 horas internados y se retiran a su domicilio.
Por su parte, la directora del hospital Lagomaggiore, Roxana Cabrera, informó a Los Andes que han tenido un aumento de 15% de internados en clínica médica la última semana.
En tanto, en el hospital Central aprecian un leve repunte que no consideran demasiado significativo. “Hay un incremento menor en las internación por Covid. Los pacientes que ingresan por guardia que requieren internación son muy pocos”, detalló una fuente del efector. En ese hospital ayer había cinco pacientes en Unidad de terapia intensiva y 11 en sala común con la infección.
En tanto, Abel Freidemberg, coordinador del área sanitaria Sur, detalló que si se compara con el 31 de diciembre, la ocupación de camas se mantiene más o menos igual, con variaciones diarias, sin marcar tendencias.
“Por ejemplo en el Schestakow (hospital de San Rafael), hay 11 camas UTI Covid y no hay más de dos o tres ocupadas”, comentó. Sucede lo mismo en Malargüe y General Alvear, donde se observa una variación muy leve los últimos 10 días.
En el sector privado aprecian un escenario similar. “Sí, está aumentando la internación. Se han duplicado los pacientes en sala común en la última semana, pero son pocos los que están en UTI (apenas el 7 % de los in ternados por Covid)”, expresó Rodolfo Torres, coordinador médico de la Asociación de Clínicas y Sanatorios de Mendoza (Aclisa).
“En general la evolución es más leve, pero es tanta la cantidad de contagios que aunque el porcentaje de complicaciones sea bajo, el número absoluto de casos puede comprometer el sistema de salud. En lo personal, creo que se está subestimando el problema”, señaló.
Durante la última ola de covid, con pico en mayo, no se superaban los 2.000 notificados diarios, pero la ocupación de camas críticas llegó a 95% y en algunos hospitales incluso, fue plena.
Los últimos días de la semana pasada hubo más de 3.000 nuevos positivos y el viernes llegaron a superar los 4.500; sin embargo la ocupación de camas UTI Covid era de 29% en el Gran Mendoza y de 21,78% en toda la provincia.
Condiciones
En el Central explicaron que cuando los pacientes ingresan a sala común ya están con alguna complicación, como falta de aire, y suelen estar con esquema incompleto, sin vacunas y con comórbidas.
“Si bien hay casos de distinta índole el patrón general es que los pacientes que han llegado a terapia intensiva no tenían ninguna dosis de vacunas, el único fallecimiento que hemos tenido en un instituto privado tampoco tenía, el resto es variado , con esquema incompleto o sin vacunación”, detalló Guillén.
Desde su punto de vista el dato más relevante es el de la vacunación: que los pacientes más graves son los que están con esquema incompleto o sin vacunar.
A diferencia de las anteriores, en que el mayor riesgo era la saturación de camas críticas y no alcanzar a dar respuesta, en esta ola la demanda de servicios de salud se ha concentrado en la atención primaria, por síntomas más leves y requerimiento de hisopados.
La temporada de vacaciones y la necesidad de licencia de un personal de salud extenuado, tras casi dos años de pandemia, se suma a los que dan positivo de Covid lo que deja algo diezmado y sobrecargado el sistema.
En los efectores reconocen que está algo resentido. “Hay un alto porcentaje de personal contagiado y hay sobrecarga del personal, se suma el personal de licencia, no se han restringido servicios pero hace que el hospital funcione con un poco más de lentitud”, aceptaron el Central.