Desde la Secretaría de Ambiente y Ordenamiento Territorial no sólo recordaron que está prohibida la quema de neumáticos para cualquier fin, sino que también detallaron que habrá severas multas económicas para quienes lo hagan. Dependiendo de los daños ocasionados por el incendio, las faltas van de los $ 1.700 a los $ 255.000.
Es que, por las heladas, muchas personas tienen como costumbre realizar esta práctica para combatirlas. Pero desde ésa entidad gubernamental aseguran que no tiene ningún efecto real y que, además del riesgo de incendios, produce una gran contaminación ambiental. Incluso, la Ley provincial 9.143, que crea el Plan de Manejo Sustentable de Neumáticos Fuera de Uso, contempla entre otros puntos la prohibición de quemar estos residuos en cualquier ámbito.
“El uso de fuego como herramienta de limpieza está prohibido por la Ley provincial 6099. Cada vez que se inicia un incendio forestal, se pone en juego la biodiversidad y el patrimonio ambiental de nuestra provincia. Una de las razones por las que estos siniestros se generan es por el uso ilegal de fuego para limpieza de acequias, canales y lotes, que además es sancionado con una multa económica”, dijo la directora de Protección Ambiental, Miriam Skalany.
Asimismo, la funcionaria detalló que en el caso de que la combustión de los neumáticos desencadene un incendio de mayores proporciones, el responsable podría ser juzgado a través del Código Penal, que prevé de 3 a 20 años de prisión o multas económicas: “Las multas oscilan entre los $1700 a los $255.000, dependiendo de los daños ocasionados por el incendio”.
Los efectos nocivos de la quema de neumáticos
El efecto nocivo causado por la quema de neumáticos puede dividirse en dos: uno sobre las personas y otro sobre el medio ambiente. En el primero, al generarse la combustión, aparecen gases tóxicos, como dióxido de carbono, azufre, compuestos clorados y otros elementos químicos. Al desplazarse, explican, llega a los ojos y a la piel y se respira, afectando el sistema respiratorio. Puede generar asma, cáncer y/o afecciones cardíacas.
Además, siempre desde la Secretaría local, agregaron que existe un Programa Regional Ambiental para Centroamérica con sede en Guatemala -SIGMA: Sistemas de Gestión para el Medio Ambiente- que indica que “la quema de llantas a cielo abierto provoca graves problemas ambientales, ya que produce emisiones de gases que contienen contaminantes carcinogénicos y mutagénicos (problemas en desarrollo de bebés) como los compuestos orgánicos volátiles (COV) e hidrocarburos”.
Según el programa guatemalteco, estas quemas representan un peligro para la salud; a corto plazo (agudo) y crónicos significativos a los residentes del lugar adonde se hace la quema y a quienes estén próximos a la zona. En cuanto al impacto ambiental, los químicos que se generan por estas quemas pueden producir lluvia ácida, calentamiento de la atmósfera, inversiones térmicas y hasta el adelgazamiento de la capa de ozono.
¿Qué pasa con los neumáticos fuera de uso?
A través de la Ley 9143, Mendoza se convirtió en la primera del país que da tratamiento y disposición final al 100% de este residuo. La normativa prohíbe acumular neumáticos a cielo abierto, almacenarlos fuera de uso cerca de depósitos naturales o artificiales de agua, abandonarlos en espacios públicos, disponerlos en escombreras o enterrarlos, quemarlos a cielo abierto, depositarlos y transportarlos junto a otros residuos sólidos o peligrosos, entre otros.
En este sentido, desde Ambiente y Ordenamiento Territorial, detallaron que en lo que va del año se coprocesaron 568 toneladas de neumáticos, que se suman a las 370 toneladas que se coprocesaron desde que se implementó la ley. Este coprocesamiento de neumáticos, consiste en el aprovechamiento de su valor energético para lograr la total integración al proceso de producción, sin dejar ningún tipo de residuo contaminante. Se trata de una técnica sustentable de gestión de desechos.
En el caso de los neumáticos, al estar compuestos por material no biodegradable, permanecen como basura por muchos años. Así, para evitar que generen los mencionados problemas ambientales y de salud, deben ser dispuestos de manera responsable, segura y sostenible. Además, su incorrecta disposición contribuye a la proliferación de mosquitos y enfermedades asociadas, por lo que se debe evitar su acopio sin control.
