Hay historias de vida que son necesarias contar. Aquellas que sobresalen y que están ligadas al esfuerzo. Este es el caso de Carlos Medina, sargento primero de la Policía de Córdoba, que se recibió de abogado a los 54 años y viajó 50 kilómetros a caballo, junto a su hijo, para recibir el título.
El hombre que vive en Hernando dialogó con la prensa y contó que desde chico no tuvo oportunidades, pero siempre mantuvo la ilusión y la esperanza de lograr recibirse de abogado. “A los 50 años, como a cualquier hombre, hubo un quiebre en mi vida y comencé a pensar si hay existía todavía alguna posibilidad para mí”, contó.
Según cuenta la Voz, Carlos realizó la carrera de abogacía que la Universidad Siglo 21 dicta en el Centro de Aprendizaje Universitario de General Deheza. Estudió después de trabajar y asegura que el rol de su mujer fue clave para alcanzar su sueño.
“Ahora me pareció que me tocaba a mí. Era muy consciente de que esta era la última oportunidad que tenía en mi vida de hacer algo propiamente por mi, y no la desaproveché”, expresó.
“Al principio lo tomé como una cuestión de realización personal. Después descubrí que la profesión es realmente apasionante, es atrapante, seguramente voy a ejercer”, dijo.
Malvinas
Finalmente, esta semana le entregaron el título y decidió recorrer a caballo, junto a su hijo, los 50 kilómetros que separan a Hernando de General Deheza.
Confeso admirador de los veteranos de guerra, Carlos quiso que la entrega del título se lleve a cabo frente a un monumento a los Héroes de Malvinas.
Según palabras del policía y abogado, su objetivo fue conjugar sus pasiones: “los caballos, su tierra, la abogacía y los veteranos de guerra. El amor a la Patria no se puede expresar mejor y más profundamente que defendiéndola. Los soldados que tuvieron la oportunidad de defenderla lo hicieron y a mi me llena de orgullo. La causa de Malvinas es la causa nacional, la causa que nos puede unir a los argentinos”.
“Estas son mis tierras, mi patria chica, el lugar en donde hace más de dos siglos están mis ancestros y donde se desarrollan mis hijos”, manifestó.
Familiares, amigos, compañeros de trabajo y autoridades educativas lo recibieron en General Deheza, donde le esperaba una sorpresa.
Dos miembros del centro de veteranos de General Deheza fueron los encargados de entregarle el diploma. Los presentes vivieron una jornada cargada de emociones.
“El sacrificio de todos estos años para llegar a esto tiene un valor doble de las manos de los que lo he recibido”, cerró el hombre, visiblemente emocionado.