La lucha de Rosana Cuzzocrea, conocida como Rousi Kuzzoc, no tiene fin: ella, que tiene un refugio con 60 perros, no baja los brazos a pesar del esfuerzo económico que significa poder llevar adelante su misión.
A punto de obtener el número de personería jurídica para convertir su hogar en fundación, Hogar Rousi necesita la ayuda de toda la comunidad para brindarle lo mejor a estos “amigos de cuatro patas” que tienen numerosas necesidades.
Necesita pipetas para el control de garrapatas, Bicherón o Cipermetrina para desinfección, alimento para perros adultos y cachorros y, por supuesto, aportes económicos para comenzar la construcción de un techo propio, ya que alquila un establecimiento en la zona semi rural de Guaymallén donde alberga a 60 perros.
Rousi ha venido sorteando muchos obstáculos para permanecer donde hoy se emplaza el refugio. Tiempo atrás los propietarios le pidieron el lugar, aunque finalmente pudo arreglar y hoy continúan allí.
“Tenemos muchas necesidades, cada vez más. Pedimos ayuda a la comunidad”, reiteró.
Rosana, mamá de cuatro hijos, protagonizó una historia muy dura cuando ellos eran pequeños: fue objeto de maltrato y violencia de género y entró en una profunda depresión. “Fueron tiempos durísimos, parecía un ente y sólo caminaba kilómetros y kilómetros”, evocó, en una anterior entrevista.
En una de aquellas largas caminatas intentando escapar de su realidad, encontró una perra con sus cachorros moribundos. “Fue un hecho simple, y a la vez grandioso, porque fue lo que me salvó la vida”, apunta.
Mientras comenzó de a poco a rescatar animales callejeros y lastimados, Rousi iniciaba una lucha contra la violencia de género, aunque siempre desde el anonimato, por temor a represalias. Y así surgió su nombre “Rousi Kuzzoc”, conocido a raíz de esa batalla pero que más tarde se trasladó a casi todos los ámbitos.
Su amor por los animales se despertó de muy niña. “Era tan pequeña que no tengo registro. Era común que llevara perros a casa y que le robara comida a mi mamá para alimentarlos”, recordó.
Más tarde, casada y con hijos, participó siempre como activa voluntaria en refugios de su zona, en Las Heras. “Y así pude salir de la depresión, prometiéndome dedicarles la vida porque, sencillamente, ellos me salvaron a mí”, repite.
Poner manos a la obra no fue tarea sencilla. “Muchos se quejan pero nadie hace nada concreto. Empecé a alquilar lugares grandes y espaciosos y a recibir a los perros en situación crítica, lastimados o lisiados”, señaló.
En un principio afrontó sola económicamente lo que implicaba semejante emprendimiento. Pero luego fueron acercándose grupos proteccionistas con quienes hoy forman un equipo “indestructible”.
No sólo le dan una mano estos amantes de los animales, sino también los veterinarios, que ponen el hombro voluntariamente en reiteradas ocasiones.
Los llama “ángeles en la tierra” porque jamás le han dado la espalda en momentos difíciles.
Contó que muchos animales llegan rotos de cuerpo y alma, algunos sobreviven y otros transitan bajo sus cuidados sus últimos días.
Gran parte de sus ingresos recae en los animales y es poco lo que puede ahorrar. La situación económica actual no favorece, por eso pide ayuda.
CÓMO AYUDAR
A través de Mercado Pago, alias REFUGIOROUSI. Para contactarse se puede llamar al 261-64001014 o a través de la cuenta de Instagram “Refugio Rousi”.