El cruce de la Cordillera de los Andes en 1817 ha sido recordado y difundido tempranamente por cronistas comenzando por Miller en 1828 hasta los historiadores como Bartolomé Mitre en 1887. En estos trabajos, la información de las rutas seguidas por las seis columnas del ejército era poco precisa y en ocasiones contradictoria. Para el centenario, Bertling ya había publicado sus Documentos Históricos y su pormenorizado Estudio sobre el paso de la Cordillera, trabajos en los que quedaron establecidas sobre bases documentales las rutas seguidas en la campaña y la organización del ejército.
Estas rutas fueron objeto de tempranos reconocimientos en el centenario de la campaña y con una mayor densidad en el sesquicentenario del fallecimiento de San Martín, mediante la señalización y patrimonialización de sitios y de bienes históricos.
Los homenajes realizados anualmente mediante cabalgatas, caminatas y encuentros binacionales, han hecho muchas veces una lectura fragmentaria de estas rutas, priorizando intereses locales, provinciales o nacionales, alterando su histórico trayecto trasandino y la dimensión continental de la campaña libertadora iniciada en 1817. Esta lectura parcial también está representada en la cartografía histórica y la de uso turístico.
En el marco del Bicentenario de la Independencia de las Provincias Unidas en Sudamérica y de la Campaña Libertadora de Chile, estuvieron ausentes las iniciativas institucionales para reconocer o recordar a los desconocidos que habían participado en esa gesta, quienes luego de dos siglos aún continuaban en el anonimato.
En este contexto histórico, se comenzó a desarrollar un proyecto independiente para el reconocimiento a los integrantes desconocidos del ejército, además de las mujeres, hombres y niños de diversas castas y orígenes que contribuyeron a su equipamiento y que en muchos casos debieron reemplazarlos en sus labores. Este proyecto se diseñó como una convocatoria pública abierta a la ciudadanía, buscando superar las fragmentaciones o competencias territoriales municipales, provinciales y nacionales. El “Homenaje” se desarrolla en una dimensión material y una virtual.
En su dimensión material consiste en intervenciones artísticas en el paisaje sobre las rutas recorridas en 1817; son de carácter efímero y solventadas con el aporte voluntario de los interesados. Estas intervenciones se realizan mediante conjuntos de siluetas de metal oxidado en escala real representando a los soldados, arrieros y equipos transportados en mulas. El diseño de las siluetas carece de rasgos distintivos, acentuando su anonimato. Los emplazamientos son seleccionados para permitir una asociación con sitios o bienes históricos reconocidos o que se propone sean reconocidos, buscando de esta manera generar una sinergia. Algunos diseños de las instalaciones invitan al visitante a integrarse a las mismas, como es el caso de los personajes que toman mate protegidos por un gran peñasco en Las Cuevas, que ha sido emplazada recreando la parada nocturna de los arrieros de la conocida pintura de Rugendas.
Se ha invitado a participar diversas instituciones, los municipios que se han sumado al proyecto colaboran con el traslado e instalación de algunas siluetas y otras han sido trasladas e instaladas por colaboradores y donantes. Las dos siluetas que se instalaron en el valle de los Patos y en el paso de las Llaretas fueron trasladas en mulas, desarmadas en piezas para ser ensambladas en el sitio.
Las siluetas han sido diseñadas para ser realizadas en talleres por herreros, artesanos o estudiantes de escuelas técnicas a partir de modelos e instructivos detallando materiales y sistemas de fijaciones; de este modo algunas han sido realizadas en Paraná y otras en Mendoza.
El “Homenaje” también propone reconocer las sendas de arreo y pastoreo y a quienes realizan hoy esas actividades, buscando llamar la atención sobre su fragilidad y la presión que se está ejerciendo desde actividades de carácter extractivo.
También se busca visibilizar a las mujeres, hombres y niños que participaron en la organización del ejército y de los espacios de las distintas comunidades, afrodescendientes, pueblos originarios, criollos y europeos.
Con el fin de superar las fragmentaciones territoriales, se ha realizado la instalación de Yalguaraz, junto a la Ruta nacional 149, sobre el límite provincial de San Juan y Mendoza. Se gestionó también la realización del homenaje en el territorio chileno; propuesta que aún no se ha podido concretar.
A partir de la información obtenida de la revisión de las fuentes primarias documentales y la información de baqueanos, se realizó el estudio del terreno con el reconocimiento y recorrido de distintas sendas y caminos, investigando la posible ubicación de postas, aguadas y campamentos; verificando el uso actual para el arreo, pastoreo y turismo y las variaciones debidas al cambio climático y las actividades antrópicas.
En la dimensión virtual el proyecto se desarrolla en una página web y otra de Facebook, donde se presentan los fundamentos y objetivos del proyecto, bibliografía y fuentes, avances en las investigaciones de las rutas, la ubicación de campamentos y aguadas; los instructivos para la realización de las siluetas, las instalaciones realizadas y los testimonios de los visitantes.
Hasta el presente se han señalado el campamento del Plumerillo, la ruta de la columna principal en Yalguaraz, Valle de Los Patos y el Paso de Las Llaretas, la ruta de Las Heras en Bóvedas de Uspallata, Picheuta, Paramillos de las Cuevas, Las Cuevas y el Cristo Redentor; la ruta de la columna de Cabot en Achango, la de Lemos en el Puesto Lemos y la de Freire en El Infiernillo y el Paso del Planchón. Se realizaron 15 conjuntos compuestos por 29 siluetas.
Los diversos grados de respuesta, participación y compromiso de la ciudadanía y las instituciones durante el desarrollo del proyecto; la apropiación de las comunidades locales y de los visitantes son algunos resultados parciales del avance de este trabajo que están siendo evaluados.
Esperamos que el proyecto ayude a visibilizar y rescatar del anonimato a quienes organizaron y llevaron la libertad a Chile y Perú, aquellos “últimos de los pueblos más pobres” que destacaba San Martín en 1816.
Para conocer y participar en este el proyecto se puede ingresar a
https://www.facebook.com/Homenaje-Ciudadano-al-Ejército-de-Los-Andes-2017-214390905649800/ y
https://crucedelosandes2017.wordpress.com/
*El autor es doctor arquitecto. Titular del Distrito Cuyo Dirección Nacional de Arquitectura.
Producción y edición: Miguel Títiro - mtitiro@losandes.com.ar