Un médico residente del hospital San Vicente de Paul, ubicado en Orán en la provincia de Salta, renunció después de que lo agredieran y apedrearan la guardia. Lo hizo redactando una carta muy dura, donde cuenta las condiciones extremas de trabajo y cómo él y sus colegas sabían de antemano que la pandemia iba a hacer estragos en la ciudad. En esa localidad vive muchísima más gente de las 82 mil que marca el último censo.
“Hoy viví uno de los días más tristes de mi vida como profesional. Hoy sentí el peso de esta maldita pandemia. Hoy, 13 de septiembre, dije: ‘Basta, basta’. Fueron 12 días de puro estrés, de sólo dar malas noticias, de tener que estar en todos lados, de no dormir, de comer lo que venga, de no tomar agua por horas y horas, de no poder ir al baño…”.
Así empieza la carta que viene desde San Ramón de la Nueva Orán, en Salta -más conocida como Orán y, tristemente, por los decomisos de narcotráfico-, y que se hizo viral luego de ser publicada en Facebook por el médico residente Daniel Gatica (33), según Clarín.
La Guardia del Hospital San Vicente de Paul fue apedreada el sábado por la tarde por familiares de una víctima de coronavirus y, además de agredir al doctor, se produjeron roturas de vidrios, según Clarín.
Según el Tribuno de Salta, este domingo se reforzó la seguridad externa de los hospitales de la capital y especulaban con que eso mismo se extendería al exterior.
En ese contexto, se conoció el texto del médico que decidió renunciar, harto. Sin baño “digno” y tras innumerables veces de haberse quedado dormido “parado” y “después de ver 32 ó 40 ó 64 pacientes de la guardia”, relató sentirse cansado de “tener 3 óbitos (NdeR: muertos) en una tarde ó 5 en una noche y saber que nunca hay cama en terapia, que estamos solos, que no hay que molestar y arreglarse con lo que hay”.
Y siguió en su despedida: “Días y días de guardia en emergencia, donde hace más de un mes el oxígeno es un lujo. Me cansé de atar con alambre, de hacer lo imposible, de seguir protocolos que sabemos que no sirven, de tener que elegir a quién dar una cama y a quién darle un tubo de oxigeno semi vacío y una camilla, o una silla. Me cansé de salir a las 15 y volver a las 18, y salir dos días después, sin tener dónde bañarse ni cambiarse, total SOMOS RESIDENTES, ¿todo para qué?”.
Y ahí fue donde destiló la bronca este médico agotado por la respuesta de los familiares de los pacientes después de que ellos intentan hacer lo posible contra el Covid-19 y con lo que tienen: “Una agresión física y al alma de una sociedad hipócrita e injusta que cuando se tenía que cuidar, todo era joda y joda, y hoy lloran a sus muertos y reclaman atención…”.
“Siempre dije: ‘Hay que cuidarse porque cuando llegue la pandemia a Orán hará desastre’. Nuestra población tiene secuelas pulmonares, secuelas de TBC (NdeR: Tuberculosis), HIV, de desnutrición, de obesidad, de adicciones y de diabetes no controlada”, enumeró.
Y detalló: “Tenemos hacinamiento a dos cuadras del centro, y hablo de conocer el barrio, la calle y los centros de salud por donde fui y voy desde que entré a la residencia. Hoy digo ‘basta’. Hoy siento que Fracasé. Hoy dejo el lugar que amé, el lugar que me enseñó, que me guió, que hizo lo bueno y lo malo que soy”.
Con mucha sinceridad, Daniel escribió: “No puedo más”. Y tras dar las gracias, contó: “Hasta aquí llegó mi salud mental, mi esfuerzo físico y espiritual, no da para más. Esta pandemia sacó lo peor de todos, gente que sólo le calienta la guita y gente que no da más y no cobra nada”.
E interpeló sobre las condiciones laborales: “¿Acaso alguien sabe lo que pasa en esa guardia? ¿Saben que somos 8 médicos desde hace 3 semanas? ¿Alguien sabe que el plantel desde hace 3 años es el mismo, que somos 21, de los cuales 4 somos residentes y que hoy quedamos 7 trabajando porque el resto enfermó? ¿Alguien sabe que pasamos 3 gerencias, 2 ministros y 6 jefes diferentes y que nada cambió?”.
Y respondió: “El que quiera la verdad, que venga y pregunte. Aquí hay de todo... Pero ese no es el punto. ORGULLOSAMENTE SOY MÉDICO RESIDENTE DE MEDICINA FAMILIAR Y GENERAL y hoy me sentí abandonado por el sistema y sobre todo por el Hospital (que nos afecta adónde quiere, cuándo quiere y hace lo que quiere con nosotros)”.
Para el cierre, destacó: “Lo siento mucho por la Guardia y por la gente que necesita atención, pero así no se puede. Esto ya es costumbre”.
Y relató: “Hace más de 3 años que trabajo en emergencias 24hs todos los sábados... Y cada día es peor. ¿Adónde quedó la inversión en salud, los aplausos y los héroes? Por qué mis colegas, amigos y compañeros de guardia no cobran desde junio, por qué siempre para el monotributista y para el residente NO HAY PLATA... ¿POR QUÉ SIGUE TODO IGUAL?”.