Ilusión a la carta: el mago que sorprende en bares de la Arístides

Jesús Muñoz tiene 28 años y desde muy pequeño se volcó al mundo de la magia. Hoy hace ilusionismo por los locales, donde también suelen contratarlo. Su historia y sus inicios.

Ilusión a la carta: el mago que sorprende en bares de la Arístides
Las presentaciones de este joven mago incluyen la participación del público en distintos trucos. | Foto: Marcelo Rolland / Los Andes

Jesús Muñoz era muy chiquito cuando comenzó a sentir curiosidad y amor por la magia. Por entonces su única familia era su mamá y sus abuelos y, aunque la situación económica no era ideal, igual recibió aquel juego de magia que tanto le apasionaba. Fue un gran regalo que supo valorar, aunque no siempre podía resolver todos esos trucos.

Ese mundo, para él tan apasionante, se prolongó a lo largo de los años. Los videos de trucos en YouTube y los documentales de magia en Discovery Channel formaban parte de su vida cotidiana y así comenzó, de a poco, a despertar esta vocación tan particular que terminó de desarrollar durante las restricciones por la pandemia.

Un poco por amor a lo que hace y otro para satisfacer las necesidades económicas de su hogar –Beatriz, su mamá, que es su única familia, tiene muchos problemas de salud y debe solventar el costo de una gran cantidad de medicamentos—un día se lanzó al mundo de la magia en plazas, espacios públicos y bares. Y comenzó a darse cuenta de que el resultado le gustaba. También al público.

Más tarde se le ocurrió incursionar en los locales de la calle Arístides Villanueva, de Ciudad, donde hoy desarrolla gran parte de su trabajo, contratado por los bares o en forma espontánea. Recorriendo las mesas y variando los locales que visita, Jesús logra asombrar a los clientes que disfrutan de un trago y una buena charla.

 A la asombrosa habilidad de Jesús se suma la exhaustiva práctica, que logra dejar boquiabiertos a todos en sus shows. | Foto: Marcelo Rolland / Los Andes
A la asombrosa habilidad de Jesús se suma la exhaustiva práctica, que logra dejar boquiabiertos a todos en sus shows. | Foto: Marcelo Rolland / Los Andes

Los shows son interactivos, por lo que envuelven aún más a un público que, asombrado, trata de descubrir cómo hizo cada uno de los jugados trucos, como convertir en acrílico el mazo de naipes que el mismo espectador tiene entre sus manos cerradas o traspasar la tinta de un marcador indeleble de su mano a la palma cerrada del cliente.

Las incursiones nocturnas le abrieron nuevas puertas y cada vez más seguidores en Instagram (@herbamagic52) donde se define como mago profesional, adicto al cine, la astronomía y el crecimiento personal. “Fue un círculo virtuoso porque muchas contrataciones particulares comenzaron a surgir a partir de mis recorridos por la Arístides”, señala, en diálogo con Los Andes.

Nacido el 9 de septiembre 1994 en Mendoza, Jesús cuenta que comenzó como cualquier chico, casi como un hobby y con paciencia, disciplina y muchísima dedicación comenzó, de a poco, de manera profesional.

“Me defino como una persona disciplinada en sus objetivos. Trato de lograrlos como sea, sortear desafíos por más incómodos que parezcan y, sobre todo, salir de la zona de confort porque considero que es cuando más se aprende”, explica, mientras cuenta que su deseo de explorar nuevas áreas jamás se agota, sobre todo dentro de su ámbito.

-¿Por qué la magia?

-Me gusta mucho conocer lo que no se sabe, lo desconocido. Me siento siempre muy intrigado por las cosas desconocidas o que no tienen solución o explicación. De allí que me inclino hacia lo paranormal. Por ejemplo, los ovnis y el universo me fascinan. Insisto, es fascinante aquello que no se termina de comprender.

Jesús Muñoz hace magia en bares.  | Foto: Marcelo Rolland / Los Andes
Jesús Muñoz hace magia en bares. | Foto: Marcelo Rolland / Los Andes

-¿Nació de chico esta pasión?

-Nació de muy niño y fue así que le pedí a mi mamá la caja de magia. Era demasiado chico, pero aquel juego fue el puntapié inicial para descubrir este mundo. Más de grande tuve una época en que la pasión se me había ido pero regresó con un programa de un mago muy conocido en Discovery Chanel. Sobre todo me encanta observar las distintas reacciones de los espectadores. Amo sacarle una sonrisa a la gente que, tal vez, está pasando un momento difícil o complicado. Llegué a obsesionarme: insistía, practicaba, mejoraba de a poco y mi público solía ser mi familia y mis amigos. Fue una gran manera de comenzar a aprender con pruebas y errores.

-No debe ser fácil llegar a ser profesional

-No, claro. Es equivocarse muchísimas veces y volver a errar hasta que las cosas comienzan a salir bien. Luego salen mal de nuevo y otras veces mejor. Creo que ese es el camino y eso sí: nunca desalentarse. Esto no es cuestión de días, es un proceso en el que se aprende en base a la práctica. Perfeccionar la técnica es clave y la parte psicológica es fundamental y eso es algo que está detrás de la magia, no se ve. La magia no es sólo práctica, hay mucho detrás. Decidí lanzarme a hacerlo con gente que no conocía, en las plazas, parques, el Centro. Al principio hacía cinco trucos y cuatro me salían mal pero seguía adelante, nunca me sentí abatido.

-¿Cómo surgió actuar en la Arístides?

-Hay mucho movimiento, mucha gente. Cuando entré en la Arístides ya era profesional y las redes hicieron lo suyo. Un día me contrataron para un evento, otro día para trabajar en un bar, y así sucesivamente. Me decían que era respetuoso, educado con la gente y divertido. Hoy hago magia adentro y afuera de los bares.

-¿Cómo reacciona el público?

-De distintas maneras. Muchos se vuelven locos, les encanta, empiezan a saltar y se emocionan. Otros no tienen casi reacción, me dicen “Ok” y siguen camino. Está bueno vivir ese abanico de gente. Uno aprende y empieza a manejar las emociones.

-¿Cómo debe ser un mago?

-No creo que haya un estereotipo correcto ni determinado. Cada uno tiene su forma, su actitud, su estilo para interactuar y todas son válidas. Pero en general pienso que es clave lograr la conexión con los espectadores como en todo show, como un stand up o una obra de teatro. Que la gente absorba esa energía que brindamos. Es importante volcar amor por lo que hacemos. No sentir ego ni querer demostrar que somos superiores a nadie. Un mago le alegra el momento a la gente y debemos centrarnos en eso. Al menos así me lo tomo yo, sin pensar ni creer que soy el gurú de la magia. Me acerco con humildad y respeto a mostrar lo que sé hacer y muchas veces la gente reacciona de una manera impensada, me quieren descubrir el truco o sacar la ficha. Uno tiene que estar necesariamente preparado para eso sin enojarse, al contrario, aceptando lo que el público propone. No soy superior a nadie ni me hago el “langa”, sólo quiero pasar un buen momento y brindarle lo mismo a la gente. Siempre doy el ejemplo de que uno no va a un recital a criticar la voz del cantante, sino a pasarla bien y a distenderse.

Jesús Muñoz hace magia en bares. | Foto: Marcelo Rolland / Los Andes
Jesús Muñoz hace magia en bares. | Foto: Marcelo Rolland / Los Andes

-Interesante eso de manejar las emociones

-Sí, porque muchos quieren desafiarnos y eso no debe afectar nuestra práctica. Muchas veces me desanimaba cuando eso pasaba, hasta que aprendí a manejarlo, a ponerme a la gente de mi lado. Hay que relajarse y divertirse, eso es lo que yo pretendo y siempre con una sonrisa.

-¿Qué les dirías a quienes desean iniciarse en la magia?

-Que vuelquen todo su amor y paciencia en esto. Disciplina y muchas ganas de seguir aprendiendo. Esto es como un deporte, es decir, uno no es el mejor de un día para otro. Las cosas suelen salir mal muchas veces hasta que todo cambia.

-¿Cómo fue trabajar en pandemia?

-Muy duro porque los mazos de cartas eran verdaderos focos de contagio y, además, yo hago magia de cerca, con grupos reducidos, entonces tampoco podíamos desarrollarlo como es habitual. No podía acercarme a la gente, fue una época muy dura para trabajar.

-¿Cómo es la dinámica?

-Me dedico a hacer magia de cerca, en grupos de cinco a 10 personas y en shows que duran 15 a 20 minutos. Me gusta mucho interactuar de esa manera, es más personal.

-¿Qué otras cosas te gustan?

-Amo el cine y todo lo relacionado con los contenidos audiovisuales. Tengo muchos proyectos relacionados con podcast, fotografía y videos, además de la magia, que es mi pasión. Por otro lado, soy fanático del cine, me encanta la mayoría de los géneros, soy cinéfilo. También dedico tiempo a los videojuegos y amo las sagas de Spiderman.

-¿Qué anécdotas rescatás del mundo de la magia?

-Hay mucha gente que lo relaciona con lo esotérico o lo sobrenatural. Hasta con la magia negra a veces lo asocian. Una vez estaba en una plaza y era de noche. Me acerqué a dos chicas y empecé un truco con una carta que cambiaba en la mano de una de ellas. Cuando la vio, la tiró al piso, la pisoteó y salió corriendo. Otra vez, en un bar, una chica me pidió que me alejara, que era demasiado. Seguramente sintió miedo y es respetable. Lo bueno es que sigo adelante convencido de que esto es lo que amo.

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