La pérdida de un ser querido suele ser uno de los momentos más duros que cualquier ser humano puede atravesar. Hay duelos que ni siquiera está dispuestos a ceder ante el inexorable paso del tiempo e, incluso, muchas veces ello no hace más que intensificar dicho dolor. Ni hablar si, en medio de tanta tristeza; alguien engaña a toda una familia en su buena fe y con algo tan delicado como una porción de tierra en un cementerio. Esto es lo que sufrieron Ángel Hernández (66) y sus hijos; luego de que un empleado de la Municipalidad de Maipú les vendiera una “pileta” en el cementerio municipal para darle sagrada sepultura a la esposa de Ángel, Estela Mabel Martín; para que la mujer pudiese descansar finalmente en paz.
Y es que el empleado –que se encuentra sumariado por la propia Municipalidad de Maipú tras advertirse la irregularidad en que incurrió – les vendió e hizo firmar por un espacio que no estaba disponible; y recién la familia de Estela tomó conocimiento de la situación cuando otra empleada de la comuna les indicó que ese espacio no era de su propiedad y que el documento que habían firmado no tenía validez. Y aunque la comuna maipucina finalmente le reconoció a los Hernández la propiedad de esa parcela y les entregó el título de propiedad para que no tengan que retirar el cuerpo del lugar; la familia no termina de digerir el engaño por parte de este empleado (identificado por los denunciantes y desde la Municipalidad como Oscar De la Reta). “No sabemos si habrá engañado a otras personas como lo hizo con nosotros, y eso es lo que más bronca nos da. Porque ahora la Municipalidad nos entregó el título de esa pileta, pero no sabemos si este tipo le habrá hecho lo mismo a otras personas. Yo tuve que enterrar a mi mamá en un lugar, sacarla y llevarla durante 400 metros en un carrito a otro cementerio, y eso es muy duro. No se lo deseo nadie”, destaca Rubén Hernández, hijo de Estela, a Los Andes.
Desde la Municipalidad de Maipú confirmaron que De la Reta se encuentra bajo investigación sumarial e, incluso, se está averiguando si tenía antecedentes de episodios similares. “Oscar De la Reta firmó un documento que no le correspondía, y por ello está sumariado. Es un empleado municipal de planta –no funcionario- y continúa trabajando hasta que se defina el sumario. En base a la resolución, se analizará qué medidas tomar”, explicaron desde la Municipalidad de Maipú. Y resaltaron que, pese a la irregularidad en que incursionó el empleado; a la familia de la mujer se le otorgó el título del terreno donde fue sepultada, lo que evitó que los Hernández sean víctimas de una estafa.
Dolor
El 16 de enero del año pasado, previo al inicio de la pandemia de coronavirus; Estela Mabel Martín fue hospitalizada luego de que presentara algunas complicaciones para respirar. Primero fue trasladada al Hospital Italiano, y luego derivada al Paroissien (Maipú). Hasta ese momento –y con anterioridad-, no había evidenciado ninguna complicación ni patología previa. Un día después, el 17 de enero, Estela falleció. “Mi mamá tenía 62 años y fue todo muy sorpresivo, ni siquiera estábamos preparados para que se fuera”, recuerda Rubén.
Tras una reunión casi imprevista, la familia decidió enterrar a la mujer en la misma pileta (ese es el nombre popular que recibe el compartimiento) donde estaban los abuelos de Rubén. “Hay dos cementerios municipales en Maipú, uno nuevo y otro viejo, y están divididos por una calle. Y si bien sepultamos en un principio a mi mamá ahí (en la pileta familiar); mi papá quería que tuviese una pileta para ella. Entonces empezó a averiguar y así llegó al edificio de la Municipalidad de Maipú; donde habló con Oscar De la Reta, quien era auxiliar del cementerio. Le preguntó cómo tenía que hacer para adquirir una pileta para enterrar a mi mamá, y él (por De la Reta) le explicó todo”, continúa con la reconstrucción del relato el hijo de la mujer.
Todavía no se había cumplido ni una semana desde el fallecimiento de Estela, y Ángel ya estaba siguiendo el procedimiento que le indicó el empleado municipal sumariado. “De la Reta le dijo a mi papá que tenía que hablar con Pedro Moyano (en el cementerio) y pedirle que le muestre los terrenos que estaban disponibles para construir una pileta nueva. Así fue como mi papá se dirigió a hablar con Moyano, y le dijo que en el cementerio nuevo no había lugar y que solo había espacio en el cementerio viejo. Le mostró tres terrenos, los fuimos a ver con mi papá (me pidió que lo acompañe) y elegimos el que menos nos desagradó. Recuerdo que le dije a mi papá que si él estaba tranquilo, compremos ese espacio”, agrega Hernández.
Una vez elegido el sector, Ángel Hernández acordó el pago de los 30.000 pesos que costaba el sector, lo concretó y procedieron a comenzar con los trabajos de construcción de la pileta en el lugar. Hasta ese momento, todo parecía transcurrir con normalidad y de acuerdo a lo que indica el procedimiento.
El engaño
En medio de todo el trámite y antes de poder concretar el traslado, estalló la pandemia a nivel mundial y el mundo quedó pausado. Y junto con el mundo, el procedimiento para que Ángel y Rubén pudieran mudar el cuerpo de Estela también quedó en stand by.
“En junio del 2020 empezaron a trabajar de vuelta en el cementerio con una relativa normalidad, y en agosto mi papá me dijo que quería trasladarla y completar todo el procedimiento para estar tranquilo. Primero fue mi mujer a la Municipalidad para averiguar los pasos a seguir, presentó la documentación y le dijeron que estaba todo en orden”, relata Rubén. Todo parecía transcurrir en una aparente normalidad, por lo que no sería más que un trámite (triste y doloroso, pero trámite al fin y al cabo).
Sin embargo, las irregularidades comenzaron a destaparse cuando Rubén Hernández fue a completar los procedimientos administrativos. “Me atendió otra mujer que era compañera de Oscar De la Reta y, cuando vio el documento; me dijo que el título de la pileta que me habían entregado era trucho. Me explicó además que los terrenos esos, al igual que una casa o un auto, tiene título de propiedad y que no nos correspondía. Le expliqué que Oscar De la Reta le había dado los papeles a mi papá, que tenía sellos municipales y la firma de un empleado. Pero ella me insistió en que nos habían vendido un terreno que ya tenía dueño, y que no figuraba ningún expediente con este número. Incluso, me dijo que era algo que ya sabían que estaba pasando, pero que nunca habían podido detectarlo en un caso concreto”, recapitula Rubén en su casa.
El desconcierto se apoderó de Rubén Hernández, a tal punto de que se le llegó a cruzar por la cabeza que –quizás- su padre había sido cómplice y sabía que la situación era poco clara. Pero fue el hermano de Rubén quien le aclaró que habían ido juntos a pagar los 30.000 pesos a la oficina y que –en apariencia- todo era legal.
“Cuando me dijeron eso, la compañera de De la Reta me dijo que igual iban a trasladar el cuerpo de mi mamá y que iban a generar un título nuevo. Todo esto fue el 19 de agosto del año pasado, lo sé porque emitieron un documento de título nuevo; y el 24 de agosto la trasladaron a la pileta que –supuestamente- tenía el título trucho, aunque lo habían permitido”, acota Hernández.
A los días, Rubén volvió al edificio municipal a buscar el título de propiedad y nuevamente fue atendido por De la Reta (por los protocolos de pandemia, se turnaban entre él y la mujer para la atención al público). Y cuando Hernández le pidió el título de propiedad definitivo del terreno, no encontró más que excusas y evasivas como respuesta.
“Después me enteré de que uno de esos días fue Pedro Moyano (NdA: quien le había mostrado a la familia las posibles locaciones en el cementerio para la pileta) a lo de mi hermano y les dijo, junto a mi papá, que la Municipalidad los estaba investigando y que los iban a echar del trabajo culpa de ellos (mi hermano y mi papá). Fue a apretarlos a la casa, básicamente; y les dijo que fueran a hablar con Oscar De la Reta y que él mismo les iba a decir qué tenían que declarar, algo así como que que ese título era viejo y que pertenecía a un bisabuelo. Mi papá le dijo que no iba a ir a mentir con eso, que era problema de ellos”, agregó Hernández.
Entre tanto, el hijo de Estela fue una y mil veces a la Municipalidad; pidió hablar con cuanto funcionario estuviese disponible, pero de parte de De la Reta y de la compañera de este empleado no encontró más que evasivas y excusas para que no le entregaran el título de propiedad de la parcela.
Cronológicamente hablando, el relato sigue situado a fines de agosto del año pasado; uno de los meses más largos del 2020 para los Hernández y el momento en que el engaño de De la Reta empezó a salir a la luz. “Me pude reunir con funcionarios de la Municipalidad, y me dijeron que no tenían conocimiento del caso y que pronto me iban a dar un solución. En la misma reunión, me dijeron que eso no había pasado nunca. Y era raro, porque la compañera de De la Reta me dijo que tenían sospechas de que no era la primera vez que pasaba”, reconstruye el maipucino. También le dijeron que desconocían si ese terreno tenía dueño, por lo que iban a tener que publicar un edicto a fines de ver si se presentaba alguien.
“Me propusieron trasladar a mi mamá a otros terrenos; y ahí me enojé. Les dije que me habían dado ese lugar y lo habían propuesto ellos, que había solo tres lugares disponibles y que mi mamá estaba en un lugar que ellos habían elegido. Me dieron la opción de trasladarla al Parque de Descanso (que es privado, pero hay una parte que le ceden al municipio). Y ahí les dije que si ellos pensaban que mi mamá era un mueble o una planta a la que podía llevar de un lado al otro”, agrega con el mismo dolor e importancia de hace casi seis meses.
Denuncia y solución
Rubén Hernández se asesoró con dos abogadas para saber cómo actuar ante esta extraña y preocupante situación. “La primera abogada me dijo que había un montón de cosas mal hechas y que al sacar el cuerpo ya habían cometido un delito. Pero fue raro porque a los 15 días me llamó y me dijo que renunciaba al caso. Llamé a otra abogada y también me llamó la atención que me dijera que todo se iba a solucionar si no poníamos la denuncia. Yo me cansé y, por mi cuenta, puse la denuncia de forma virtual en el Ministerio Público Fiscal. Y me dicen que todavía está en stand by”, se explaya el denunciante.
Casi sin caminos ya por tomar, Hernández mandó una carta documento a la Municipalidad de Maipú donde se emplazaba para que le dieran una respuesta. “Mientras tanto, mi mamá seguía en la pileta donde se había originado la polémica y, de hecho, sigue allí. Después de la carta documento, de repente, me entregaron el título entre noviembre y diciembre. La única explicación me dieron fue un pedido de disculpas”, se explaya.
Más allá de ya contar con el título y de haber encontrado una solución para que Estela finalmente pueda descansar en paz, a Rubén y su familia les llama poderosamente la atención la forma en que este empleado se manejó y cómo intentó engañarlos. “Si cuando yo iba a averiguar para hacer el traslado, me volvía a atender Oscar De la Reta, quizás yo nunca me enteraba de la irregularidad. A mi papá le vendieron el terreno a 30.000 pesos, que es lo que sale; y lo hicieron en la propia oficina. Cuando mi hermano pidió un recibo, le dijeron que con tener el título ya tenía el recibo de la compra”, rememora.
Más allá de que la Municipalidad de Maipú le entregó finalmente el título definitivo de la pileta a los Hernández y de que el empleado municipal se encuentra bajo investigación administrativa, las dudas están más que frescas en Rubén Hernández.
“Lo que más bronca da es que actúan y se aprovechan de la vulnerabilidad del momento. Mi viejo tiene 66 años y fue un golpe durísimo para él. Lo que yo buscaba era la tranquilidad de mi vieja; y si bien la conseguí, pero me quedé mal con el tema de que nos trataron como unos boludos. Mi bronca viene porque este tipo nos estaba robando, porque quien sabe si se lo armó a otra persona también. No sé si después de esto saldrán más casos. Yo no busco algo económico, no me interesa hacerme millonario. Pero sí evitar que esto se repita”, sintetiza.
Investigan al empleado
Consultados por Los Andes, desde la Municipalidad de Maipú confirmaron que De la Reta firmó un documento que no le correspondía ni tenía facultades para hacerlo; por lo que se ha iniciado una investigación administrativa. En ese sentido, ratificaron lo contado ya por el denunciante: que se normalizó la situación de la familia Hernández y se le entregó el título oficial.
“El sumario está corriendo, también con el derecho de defensa de la persona involucrada y con el monitoreo de la Oficina de Ética Pública de la provincia”, explicaron desde la comuna.