La inteligencia artificial (IA) llegó para revolucionarlo todo y si hay un plano en el que está teniendo gran impacto es en la educación. El asunto es que aún es un verdadero desafío saber cómo aprovecharla y cómo evitar que sea, al contrario, un obstáculo para el aprendizaje.
¿Cómo podemos aprovechar esta herramienta de manera efectiva y ética? ¿Cuáles son los desafíos más importantes que enfrentan docentes y estudiantes?, se preguntó en un informe de la Universidad Hospital Italiano de Buenos Aires. Quien apuntó a dar respuesta a estos interrogantes fue la directora del Departamento de Educación de la organización, Magister Gisela Schwartzman.
En el texto plantea que la inteligencia artificial en las aulas es un compendio de oportunidades y limitaciones; analiza el impacto de esta tecnología en el ámbito académico y los desafíos que plantea su adopción. En ese marco, ofrece tres pilares sobre como aprovecharla adecuadamente en el aula.
La IA como recurso transformador
La inteligencia artificial (IA) trascendió su rol como herramienta para resolver tareas escolares o generar imágenes, sostiene. Hoy, se posiciona como un recurso estratégico para transformar procesos en diversos campos, incluida la educación
Para Schwartzman, la inteligencia artificial generativa (IAGen) ofrece un amplio abanico de posibilidades, pero también exige un enfoque crítico y responsable.
“La IAGen es un recurso valioso que amplía las fronteras del aprendizaje y la enseñanza. Sin embargo, sus resultados están basados en datos recopilados por los propios sistemas, lo que implica un riesgo de errores o imprecisiones. Por eso, es fundamental que los profesionales cuenten con herramientas y formación que les permitan identificar estas limitaciones, como información errónea o sesgos algorítmicos, y hacer un uso ético y responsable de la tecnología”, afirma la especialista.
Schwartzman enfatiza que la comunidad educativa se encuentra en un momento de transformación profunda: “La inteligencia artificial está redefiniendo cómo enseñamos y aprendemos. Comprender cómo recopila y genera información no solo es vital para interpretar datos con precisión, sino también para proteger y gestionar la información de manera adecuada en un mundo cada vez más digitalizado”. En este sentido, afirma: “Se vuelve prioritario generar espacios para explorar sus usos y promover interrogantes y reflexiones, ofreciendo la oportunidad de construir un pensamiento crítico para considerar cuándo, cómo y por qué podrían ser adecuadas según las necesidades a resolver”.
Con herramientas como la IA generativa, el desafío no es solo adaptarse a las nuevas tecnologías, sino también garantizar que estas sean utilizadas de manera ética y estratégica para enriquecer el aprendizaje y formar a las próximas generaciones de profesionales.
Cómo hacer uno adecuado de la IA en la educación
En la guía Orientaciones para la integración de la Inteligencia Artificial Generativa en la producción académica, la UHIBA propone tres ejes fundamentales para fomentar el uso ético y efectivo de la IA en el ámbito educativo:
Expertise en herramientas de IA: Adquirir conocimientos avanzados sobre las herramientas de IA generativa es esencial para seleccionar las más adecuadas según sus potencialidades y limitaciones, aprovecharlas para finalidades y usos diversos y para entrenar el armado de prompts (la consigna, la instrucción que damos) eficaces y pertinentes. En este sentido, desde la Universidad destacan el artículo La Inteligencia Artificial Generativa en la escena de la educación superior en ciencias de la salud, disponible en línea, como un recurso clave para promover una reflexión crítica sobre el uso de esta tecnología en la comunidad educativa.
Calidad educativa: Garantizar la calidad de la enseñanza y los procesos cognitivos implicados en el aprendizaje sigue siendo una prioridad. En 2024, la UHIBA organizó talleres de especialización para sus docentes, con la participación de 95 profesionales. Estas iniciativas buscan explorar el potencial de las IA generativas en la creación de recursos y entornos educativos digitales, así como promover la práctica docente reflexiva para repensar actividades, evaluaciones y feedback. En 2025, se incorporarán nuevos programas de formación para ampliar estas competencias.
Confiabilidad de la información: Evaluar la validez, actualidad y relevancia de los datos generados por IA es indispensable para evitar la propagación de información errónea o desactualizada.