La gestión eficaz y sostenible del medioambiente, puede considerarse el gran reto de estas décadas aplicando Inteligencia Artificial (IA).
La inteligencia artificial (IA) vuelve a estar mundialmente en el centro de la escena
Resumido de manera muy sencilla, la Inteligencia Artificial (IA) es la combinación de algoritmos desarrollados con el propósito de crear máquinas que imiten la inteligencia humana.
Sam Altman, CEO de la empresa OpenAI, aseguró que: “Aun cuando todos los cambios que se puedan generar gracias al avance en la tecnología de inteligencia artificial pueden considerarse positivos, la humanidad necesita tiempo para adaptarse a ellos”.
La lucha contra los incendios forestales y la tecnología están actualmente más unidas que nunca en su extinción.
La IA cada día tiene un papel más relevante. Es capaz de identificar zonas de riesgo, de concentración de combustible, detección de vertidos, redes eléctricas, vías de ferrocarril, rutas, etc.
Los sistemas autónomos son capaces de detectar un punto caliente antes incluso de que el ojo humano se percate. Porque el tiempo, cuando se trata de extinguir un fuego, es uno de los factores primordiales y una rápida actuación garantiza una alta tasa de éxito.
En la parte de detección de incendios forestales o rurales, las cámaras con inteligencia artificial son claves. Se instalan en las torres de vigilancia y permanecen conectadas las 24 horas sin necesidad de supervisión humana. Estas cámaras usan sensores térmicos y ópticos para la detección de humos.
Es muy importante poder combinar los satélites del Sistema de Observación de la Tierra (EOS), con la inteligencia artificial para la detección temprana de incendios a través de los “puntos calientes”. Mediante algoritmos de deep learning (aprendizaje profundo) el sistema puede hallar cualquier indicio de incendio como puede ser una columna de humo, un aumento de temperatura o un cambio de luminosidad en una zona determinada, y dar aviso a los organismos especializados.
También los medios aéreos se equipan con cámaras cuya información se puede recibir simultáneamente y georreferenciada, pudiendo, el centro de combate actuante tener toda la visual de la cámara para evaluar el incendio, conocer la posición de todo el personal que se encuentra en tierra y comenzar de inmediato las acciones de combate del fuego.
Una vez extinguido el incendio, el siguiente paso donde la tecnología es crucial es en la valoración y posterior restauración de la zona afectada.
Es importantísimo valorar los daños ecológicos que ha sufrido el medio. Estos sistemas permiten ver cuál es la cantidad de superficie quemada. El grado de erosión del suelo o la contaminación de los ríos debido a las cenizas.
Para aplicar soluciones de IA que permitan prever la aparición de incendios forestales, estas deben trabajar con una importante cantidad y variedad de datos, muchos de ellos con su correspondiente componente geográfica. Entre ellos tenemos como destacados:
· Ubicación (latitud y longitud) de los incendios.
· Fecha en que se originaron los fuegos.
· Superficie quemada en cada incendio (en hectáreas).
· Gastos y pérdidas ocasionadas.
· Recursos humanos y materiales empleados en su extinción.
· Número de personas heridas y fallecidas.
· Tiempo que se tarda en controlar y extinguir el fuego.
· Causa que origina los incendios.
· Horas de sol.
· Precipitación acumulada en la zona.
¿Cómo trabaja la inteligencia artificial para predecir incendios forestales?
Con toda esta información, desarrollamos una solución basada en la tecnología Machine Learning o aprendizaje automático que es capaz de detectar con días de antelación la posible aparición de un incendio forestal.
En primer lugar, estos datos captados hay que desmenuzarlos, transformarlos y procesarlos. Además, hay que incluir una proporción mayoritaria de datos que sirvan como “entrenamiento” para el modelo (para que aprenda por sí mismo) y otra como “prueba o test”, que sirve para comprobar que los algoritmos están funcionando correctamente.
Finalmente, el resultado del trabajo de estos algoritmos solamente puede tener dos salidas posibles: “incendio” y “no incendio”. El último paso se basa en evaluar el grado de acierto de la IA. Aquí hay que pensar que no es lo mismo equivocarse detectando un falso incendio, que hacerlo identificando como “no incendio” una zona que realmente se está quemando. Mucho más grave este segundo caso.
No hay discusión de que se trata de una aplicación de altísimo valor de cara al cuidado de nuestro ambiente en un aspecto tan crítico y que tanto nos preocupa a todos.
Stephen Hawking ha dicho: “Cada aspecto de nuestras vidas será transformado [por AI]”, y podría ser “el evento más grande en la historia de nuestra civilización”.
Si tenemos en cuenta que los bosques y selvas cubren casi 1/3 de la tierra a nivel mundial, o, dicho de otra forma, que hay 0,52 hectáreas de bosque por cada persona en el planeta, no es de extrañar que su protección se haya convertido en el asunto a resolver.
La detección y el mapeo de los incendios forestales requieren herramientas eficientes, métodos científicos y observaciones confiables.
A toda esta plétora de tecnologías siempre habrá que sumarle la responsabilidad individual en lo tocante al cuidado de los bosques y selvas.
*El autor es profesor académico. Experto de las comisiones Mundial de Áreas Protegidas (WCPA) y, Educación y Comunicación (CEC). Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN).
Producción y edición: Miguel Títiro - mtitiro@losandes.com.ar