La presentación formal del proyecto de restitución de la momia del Aconcagua, que se dio a conocer oficialmente en una conferencia de prensa del Ministerio de Cultura y Turismo este martes, no calmó las aguas que se habían visto “picadas” por los cuestionamientos del Instituto de Ciencias Humanas, Sociales y Ambientales del Conicet (Incihusa), que reclama participación.
El director de Patrimonio, Horacio Chiavazza había asegurado, en la comunicación a los periodistas, que se habían producido cuatro reuniones, primero con los pueblos originarios a los que se les consulta el proyecto sobre la base de su sistema de creencias “y con la autoridad principal del Conicet en Mendoza, el director del Centro Científico Tecnológico Conicet (CCT) y con la rectora de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo), como con funcionarios del establecimiento que han preservado el hallazgo”.
Estas afirmaciones fueron cuestionadas por la investigadora Beatriz Bragoni, quien indicó en una charla con Los Andes que “este ambicioso y desafiante proyecto no debe obviar a quienes están custodiando y llevando adelante la preservación de estos restos históricos desde hace más de 30 años”.
“La dirección del CCT, como la rectora de la Universidad Nacional de Cuyo no suplen la pertinencia de las personas que han estudiado, preservado y custodiado a la momia, que es el equipo del Incihusa. Hoy una representante planteará la postura de nuestra institución en la reunión del Consejo de Patrimonio, porque hasta ahora no habíamos sido escuchados”, dijo la especialista.
Y prosiguió: “Este proyecto primero se presentó a la prensa y luego, en estos momentos, se está presentando en el consejo de patrimonio y allí nos está representando la investigadora del Conicet Cecilia Raffa”.
La iniciativa del Ministerio de Cultura y Turismo es devolver a la montaña los restos de un niño que formaron parte de un ritual de la cultura inca, en el año 1400, cuando el imperio inca se desarrollaba en lo que actualmente es Mendoza y Santiago en Chile, hasta Quito en Ecuador. El proyecto busca la construcción de un “centro de reflexión”, donde sólo se exhibirá el ajuar.
En 1985, un grupo de andinistas descubrió los restos de la momia perfectamente conservados y de ese entonces están en el Incihusa.