Joaquina Machuca es una chica trans que busca trabajo como cientos de mendocinas y mendocinos. Pero su búsqueda es doblemente difícil ya que cada día debe enfrentar los prejuicios de una sociedad machista.
Hace aproximadamente dos semanas publicó un aviso en el sitio de clasificados de diario Los Andes. “Soy una chica trans, denme la posibilidad de trabajar”, escribió Joaquina de 37 años.
En el aviso, la joven, que vive en la Cuarta Sección, se ofreció a hacer trabajos domésticos o cuidar a una persona mayor de lunes a viernes de 15 a 19 horas.
Sin embargo, el resultado no fue el esperado. “Porque expreso que soy una chica trans me han llamado hombres para pedirme servicios sexuales”, contó la joven a Los Andes.
La decepción fue tal que Joaquina pensó en eliminar el aviso. “Yo vivo en la Cuarta con mi pareja y vivimos con el dinero que él gana en su trabajo”, dijo.
“Estoy buscando trabajo desde diciembre. Antes ejercía la calle pero una quiere salir de ese trabajo, es horrible. Cada tanto lo vuelvo a hacer pero las propias compañeras me corren”, confió Machuca cansada de vivir la misma situación semana tras semana.
Lamentablemente, Joaquina ha sido discriminada desde muy joven y esto ha condicionado todas las etapas de su vida. “Tengo el primario terminado pero el secundario no. No lo terminé por la misma discriminación”, dijo.
“No he mandado curriculum, solo he publicado ese aviso porque nunca he tenido oportunidad. Yo tengo documento femenino pero uno siempre aclara que es una chica trans porque las personas ven a una travesti y piensan en sexo, en droga, en todo lo malo”, explica.
Basada en su experiencia personal y en la de otras chicas trans, Joaquina cree que su búsqueda es prácticamente una misión imposible. “Pienso que no me van a llamar”, manifestó resignada.
“Me ofrezco para limpiar, para acompañar a una persona mayor, para hacer mandados tampoco pido fortunas”, cerró.
Ley nacional del cupo laboral trans
La norma establece que los tres poderes del Estado nacional (Ejecutivo, Legislativo y Judicial), así como también los ministerios públicos, los organismos descentralizados o autárquicos, los entes públicos no estatales y las empresas y sociedades del Estado deben contar en su planta de trabajadores con, al menos, 1% de la totalidad de personas pertenecientes a ese colectivo.
Pese a todos los derechos conquistados, hoy en día el acceso a un trabajo formal sigue siendo una de las mayores dificultades que enfrentan las personas trans y no binarias.